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ABC CORDOBA 22-02-2018 página 15
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ABC CORDOBA 22-02-2018 página 15

  • EdiciónABC, CORDOBA
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ABC JUEVES, 22 DE FEBRERO DE 2018 abc. es opinion OPINIÓN 15 UNA RAYA EN EL AGUA EL CONTRAPUNTO ISABEL SAN SEBASTIÁN NUESTRA FIESTA No es casual que quienes han prohibido las corridas de toros sean los mismos que luchan por quebrar la cohesión de España L O dijo la Infanta Doña Elena en la entrega del prestigioso PremioTaurino ABC, que este año ha recaído en los aficionados: Amar la Fiesta es amar esta España en la que cabemos todos Todos sin excepción, incluidos quienes se empeñan en destruir el formidable patrimonio que es esta gran nación. Con los toros ocurre lo mismo. Quienes disfrutamos de un espectáculo pletórico de belleza y simbología, cuyos orígenes se remontan a la civilización minoica surgida en el corazón del Mediterráneo hace más de cuatro mil años, no excluimos ni imponemos nada a nadie. Únicamente pedimos respeto y libertad para mantener una tradición tan enraizada en nuestra cultura como el olivo, el vino o los frutos de la mar. El mismo respeto que profesamos a quienes, en uso de su libertad, deciden no acudir a la plaza. Amar la Fiesta es amar a España. ¿Se puede amar a España sin amar la Fiesta? ¡Por supuesto! Pero no es casual que quienes con más fervor combaten las corridas de toros, hasta el extremo de prohibirlas, sean los mismos que luchan con todas sus fuerzas por quebrar la cohesión de esta nación secular. No es casual que fuese el parlamento de Cataluña el primero en vetar la Fiesta, generalmente apellidada nacional por su carácter español, sin tomar medida alguna contra otros espectáculos taurinos como los correbous, iden- tificados con la tradición catalana. ¿O acaso es más cruel dar muerte a un toro bravo en la plaza, brindándole la oportunidad de defenderse del matador que se enfrenta a él con un estoque, que colocar al animal unas bolas de fuego en los cuernos y hacerle correr enloquecido por las calles, en medio de una multitud vociferante, para acabar electrocutándolo en un matadero? La hipocresía es tan flagrante que no es preciso insistir en ella. Amar la Fiesta es amar a España y es amar la Cultura, con mayúscula. Porque decir tauromaquia es decir antropología, arte, historia, mitología. Más allá de las superficialidades al uso, caracterizadas por una profunda ignorancia, conocer el porqué de la Fiesta es entender de dónde venimos y a qué obedece buena parte de lo que somos. Lo que simboliza el toro en nuestro acervo común desde la Edad del Bronce, entre cuyos vestigios arqueológicos abundan representaciones bellísimas del combate singular librado entre la fiera astada, considerada máximo exponente de la fuerza y la bravura, y el ser humano empeñado en demostrar su valor y su destreza. En definitiva, la batalla del hombre (y hoy en día también la mujer) por superarse a sí mismos en el contexto de un ritual regido por la elegancia y el respeto casi reverencial hacia el protagonista de la ceremonia, que no es el matador, ni su cuadrilla, ni mucho menos el público, sino el toro. Una de las criaturas más hermosas que pueblan la faz de la tierra. Afirman los antitaurinos, en un alarde de simpleza, que la lidia es sinónimo de maltrato animal. Como me decía un ganadero la otra noche, en la cena de ABC, ningún toro destinado a morir en la plaza tras cuatro años de disfrute en la libertad de una dehesa cambiaría su suerte por la de un ternero manso abocado a convertirse en chuletas. Y es que pocos animales gozan de la vida tanto como lo hace un toro bravo y mueren de forma tan digna como lo hace él en la plaza. Nadie es obligado a presenciar ese momento. Pero no me digan que no van porque aman a los animales. Es como rechazar la ópera porque a uno no le gusta el ruido. IGNACIO CAMACHO GALONES Sánchez ha cometido el error de agraviar a Rubalcaba. Un mal enemigo experto en maniobras de intriga soterrada N su refundación del PSOE como partido caudillista, Pedro Sánchez cuenta con una circunstancia favorable y otra contraria. La ventaja consiste en que se trata de un partido disciplinado con una fuerte cultura orgánica. El inconveniente es que esa tradición ha generado cuadros muy potentes que no se dejarán laminar sin plantear batalla. No la dieron en el congreso ni en el Comité Federal porque eso habría supuesto cuestionar el resultado de las primarias, pero en las potentes estructuras territoriales están dispuestos a vender su piel bien cara. Aunque la principal oposición tiene un apellido, Díaz, y un nombre, Susana, el secretario general ha cometido el error de provocar a un mal enemigo que se llama Alfredo Pérez Rubalcaba. Un experto en la intriga conspirativa con una agenda de relaciones de influencia contrastada. Toda la organización ha interpretado el veto a Elena Valenciano para presidir el Grupo Socialista Europeo como una puñaladita al predecesor de Sánchez, un escarnio innecesario. Es probable que la razón no sea sólo esa y que el líder tenga sus propios planes para la futura Eurocámara, que se renueva dentro de un año. Sin embargo, a menudo las cosas en política no son como son sino como parecen, y el rechazo a la actual jefa de delegación ha parecido un agravio contra Rubalcaba, epítome del viejo orden ahora cuestionado. El mensaje de que no habrá piedad con los vencidos ha sentado muy mal en las baronías autonómicas que aspiran a conservar el statu quo de sus liderazgos y ha creado un movimiento de autodefensa que presagia un ambiente cargado. Los generales como dice el expresidente andaluz Rodríguez de la Borbolla, no van a dejarse arrancar sin resistencia los galones de mando. Han entendido con criterio acertado que el sanchismo se ha fijado la prioridad de deshacerse del antiguo aparato. Por ahora las fuerzas están desequilibradas y los disidentes se limitan a mostrar su protesta en escarceos mientras tratan de levantar diques contra el asalto interno. El malestar existe y Rubalcaba no es, aunque aparente distancia, de los que se quedan quietos. Tampoco Díaz quita el ojo de la estrategia nacional, con un road show por las televisiones, mientras protege su retaguardia contra las tentaciones de desestabilizarla desde dentro. La nueva configuración estatutaria garantiza a Sánchez el control de las listas de diputados en el Congreso pero las candidaturas autonómicas y locales de 2019, donde se ventila mucho poder real, serán una disputa a cara de perro. No hay deshielo, aunque tampoco incendio... de momento. Sólo movimientos para conservar posiciones, maniobras de tanteo. La nueva dirección tiene año y medio antes de pasar en las urnas el primer refrendo abierto. La engañosa paz sanchista tiene límite de tiempo: con un mal resultado, el blindaje de la militancia tendrá que probar su consistencia contra el fuego. E JM NIETO Fe de ratas

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