ABC CORDOBA 18-02-2018 página 17

ABC DOMINGO, 18 DE FEBRERO DE 2018 abc. es opinion OPINIÓN 17 VIC EL ESTILITA JAVIER TAFUR INSTANCIA Media Córdoba necesita defenderse de esa memoria enferma que quiere convertir la historia reciente en una farsa ientras se impone la exigua mayoría de un solo concejal y pese a representar a menos votos que la oposición en su conjunto, el tripartito donde gobierna el comisario García y reina la camarada Ambrosio consuma la primera parte de su revancha antidemocrática, con el cinismo añadido de solicitar el consenso para la misma. Basándose en una legislación inicua aprobada en el Parlamento Andaluz, ante la dócil abstención de populares y naranjas, que además procede de otra que el laxo Rajoy fue incapaz de derogar y precede a una prevista tercera normativa socialista, apoyada en este caso por el partido de Albert Rivera, que recrea la checa y permitirá el probable paseo a todo aquel que disienta de ella, el Ayuntamiento de Córdoba ha decidido represaliar el recuerdo de unos ciudadanos ilustres por la exclusiva razón de no ser de izquierdas. He aquí el relato estricto del suceso. No pienso añadir un pliego de descargo para justificar la bonhomía de los represaliados. Sus totalitarios jueces no lo merecen. Ni estos concejales de aluvión tienen conocimiento ni sus historiadores de brega vergüenza. Por ello me voy a limitar a la instancia a quienes pueden y deben defendernos del agravio político y social a que estamos siendo sometidos. La derecha, que, merced a su generosidad y a su profundo respeto a la ley, ha sido el fundamento de estos años de paz y prosperidad en España, tiene un pasado, como la izquierda tiene el suyo. Ese pasado, para bien y para mal, forma parte de nuestros genes. A veces, incluso, compartimos genes de un lado y de otro. Yo tuve un abuelo falangista y otro republicano. Los dos estuvieron a punto de ser fusilados por los milicianos de la UGT. El primero se salvo por suerte, porque le pilló meando una foto comprometida de la época. El segundo porque era médico tocólogo y necesitaban sus servicios las mineras de Linares. Fue asimilado a capitán médico de un bando y por esta causa estuvo en depuración por el otro bando hasta su temprana muerte. Su mujer y sus hijos, entre ellos mi madre, pasaron la misma hambre compartida que pasaron casi todos en la posguerra. Nada es blanco o negro y menos rojo o azul. La historia profunda, la cotidiana, la de las víctimas, está llena de matices que no pueden simplificarse en una leyenda de buenos y malos. La memoria, siempre subjetiva, no puede, no debe ser antagónica con los hechos objetivos que procura la historia. Al menos media España, media Andalucía y media Córdoba necesitan defenderse ahora de esa memoria enferma que pretende convertir la historia reciente en una farsa. Basta ya de complejos y de ambiguedades. Basta ya de dejar hacer hasta que lo hecho sea irreversible. En este relajo reside el origen de nuestra guerra civil. Vamos, pues, a exigir a los políticos de la derecha que se comprometan a deshacer los entuertos. Vamos a exigirles, a cambio de nuestros votos, que cumplan con los principios que dicen representar. Vamos a pedirles que restituyan cada uno de los nombres ilustres que están siendo vejados. Vamos, en fin, a instarles, si ganan, a que se unan y legislen de nuevo para todos... M PRETÉRITO IMPERFECTO FRANCISCO J. POYATO EL PERFUME DE ÁNGELES Cuando Ángeles se perfuma, sus amigos la detectan a la legua. Y me da que le temen. Es mujer de copla de Rafael de León L a foto. Pedro Sánchez sonríe con una rosa en la mano. En la cresta de aquella ola que no le llevó a ninguna parte. El bodegón político es preciso. Fondo de armario con simpatizantes del barrio bien aleccionados. Una segunda línea donde ya surgen algunas caras conocidas del PSOE en Córdoba. Una concejala del Ayuntamiento, un alto carguito de la Junta. Una diputada provincial de Bienestar Social. Una hermanísima Hasta que los ojos se paran delante del haz de luz de una sonrisa Profiden que emana de Sánchez. A su derecha, un miembro de la cúpula del entramado de Fundación Guadalquivir Futuro, la oenegé que interpreta la solidaridad a mordiscos como ya sabrán a estas alturas. Al lado, el presidente de la Diputación; y a pocos milímetros, la alcaldesa. A la izquierda del líder máximo, la instantánea cobra una viveza especial. Con sus mejores galas Ángeles Muñoz, Ángeles la de Jerez la dueña del cotarro, la madre de Cristian, la doña del Guadalquivir, una especie de Paquita la del Barrio con mejor compás por bulerías. Y al lado, Juan Pablo Durán y Rosa Aguilar. Doñarrosa. La imagen se publicó este pasado martes en este periódico para ilustrar la declaración ante la jueza de una sobrina de Ángeles. Una impagable revelación sobre el bolo alimenticio de las mordidas a los contratos de los parados que empleaba con dinero de la Junta de Andalucía (de todos) esta embajadora de la estética kitsch en su red de redes clientelares. Por la Fundación Guadalquivir entraba engrudo de euros para repartir alimentos, ayudar a discapacitados, enseñar a almas perdidas, dinamizar la pasividad y exclusión... y en realidad salían rulos de cinco mil euros con gomilla verde o sobres lacrados caminito de Jerez de la Frontera. Todo un milagro del embutido paraoficial. Al parecer, Ángeles tiene cierta querencia a las gónadas del político cuando la cosa se complica y proclamaba a los cuatro vientos su inmunidad grosera ante el olor pestilente que le iba llegando mientras la atmósfera se ensuciaba a cuenta de las revelaciones de ABC y los cordones de seguridad que se iban trazando a su alrededor. Más que decirlo, lo cantaba como Paquita la del Barrio. A mí no me pasará nada gracias a mis amigos políticos, a la Rosa y el Juan Pablo Cuando Ángeles la de Jerez se perfuma, sus amigos la detectan a la legua. Y me da que le temen. Es mujer de copla de Rafael de León. Sin medias tintas. Por eso, aquel día en que Pedro Sánchez vino a su casa con todos sus amigos políticos como si fuera una de esas bodas que ella preparaba con tanto gusto, tanto lujo y tantas marcas... ella, todo brío, todo gónadas, le espetó a Juan Pablo Durán aquella memorable frase: Tú eres mi muro de las lamentaciones A estas alturas, interprétenlo como quieran dado el cariz y la erótica del poder. Sorprende, y mucho, que nadie hiciera un mohín en la sala de vistas al escuchar a la sobrina de Ángeles cantar la Traviata Ni que nadie deslizara la pregunta que cualquiera hubiera hecho al escuchar esa melodía... Es evidente que no sabemos hasta dónde llega esa amistad tan íntima de la madre de Cristian, ni qué lamentaciones son las que buscan un muro de ternura, ni si las subvenciones de los tontitos enfilaban otros lares. Aunque no estaría demás arrojar algo de luz en estas sombras por quienes tienen la obligación y el deber de hacerlo. O por la propia interesada, puesta en el centro de la diana. O por los aludidos, que pudieran defenderse ante otro juez... En este asunto de la solidaridad a mordiscos, a medida que se muerde más, el cacho es más grande y jugoso. Y siempre queda un perfume genuino que es difícil de obviar...