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ABC CORDOBA 04-02-2018 página 78
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78 CULTURA DOMINGO, 4 DE FEBRERO DE 2018 abc. es cultura ABC Alberto Conejero: Mi deuda con Lorca es infinita El dramaturgo publica Comedia sin título continuación de la obra en la que trabajaba el poeta al ser fusilado JULIO BRAVO MADRID C uando Federico García Lorca fue fusilado, en agosto de 1936, estaba trabajando en una nueva obra que había de seguir la estela de El público y Así que pasen cinco años es lo que se ha denominado su teatro imposible De aquel texto solo quedó un emborronado manuscrito con el primer acto, que transcurre en un teatro, y diversas referencias en entrevistas y artículos. Por ellas se sabe, entre otras cosas, que era una obra ultramoderna y sumamente fuerte en la que el espectador no iría a ver lo que pasa, sino a sentir lo que pasa como se decía en El heraldo de Madrid el 12 de febrero de 1936, en un texto que recogió Ian Gibson en su libro Lorca y el mundo gay También se sabe que el poeta granadino pensaba titular la obra El sueño de la vida como homenaje a Calderón de la Barca y su obra maestra. Y El sueño de la vida se titula el texto de Alberto Conejero que se publica, editado por Cátedra, la próxima semana. Se recoge el primer acto lorquiano y la continuación que, a la manera de Lorca ha escrito el dramaturgo jiennense. Conejero fantaseaba hace muchos años con la idea de continuar el texto allí donde Lorca lo había tenido que dejar. Jaime de los Santos, consejero de Cultura de la Comunidad de Madrid, le dio el espaldarazo definitivo. Tras La piedra oscura y Amor de don Perlim- plín con Belisa en su jardín Jaime de los Santos me preguntó si tenía algún proyecto más relacionado con Lorca. Y le hablé de éste, que yo venía imaginando desde hace muchos años. Ha sido una obsesión tal que no he podido deshacerme de ella, ni con el tiempo ni con el vértigo de asomarme ahí, intuyendo además lo que podía venir... Jaime me animó y su apoyo ha sido decisivo ¿Qué es lo que más le atrae de Comedia sin título Precisamente lo que no puedo nombrar, lo que pertenece al misterio, la pulsión de querer atender una llamada incierta. Siempre que terminaba la lectura del primer acto de Lorca no podía contener las ganas de escribir. ¿Por dónde decidió que continuarías el texto y por qué tomó esa decisión? No hablaría de continuación He escrito un nuevo texto cuyo primer acto es exactamente lo que dejó escrito Lorca. Sin mover una coma ni un punto. Luego he seguido una cartografía de la que apenas quedaban noticia (los relatos de Margarita Xirgu y Pablo Suero) y mi propia intuición. ¿Y en qué ha consistido su trabajo? ¿Cómo ha quedado El sueño de la vida Creo que a veces perdemos la idea del Historia Arriba, Lorca en un homenaje a Alberti y María Teresa León; a la izquierda con Lola Membrives juego, de la diversión (que no es distracción) y aquí hay mucho de eso. Encerramos el material tras una puerta de solemnidad, y ahí adentro sólo hay polvo y custodias nubladas. He escrito dejándome llevar, queriendo no saber demasiado, no pensar demasiado; hay algo de alucinación en la propuesta y me he entregado a eso. Sí tenía muy claro desde el desarrollo de los personajes de la Actriz y del Criado. Tenía tantas ganas de escapar, siquiera en una obra, del todo del realismo. Siento mucha nostalgia de aquellos lugares y momentos en los que el realismo no ha sido el sistema de representación imperante. Por eso admiro a Mouawad, a Rambert, a Liddell... y antes a Koltès y a Shakespeare y a Calderón. Todos han entendido la escritura teatral más cercana al misterio que al conflicto, más cerca de Dionisos que de Hegel. Al realizar una tarea así, ¿se trata de imitar el estilo del autor original en este caso Lorca, o se intenta mantener la propia personalidad? ¿Ha hecho lo que usted hubiera hecho o lo que pensaba que Lorca habría hecho? No hablaría de imitación sino de imantación. Pero es que mi escritura ya tenía parte de esa transferencia antes de El sueño de la vida y la tendrá des- Fragmentos del Acto II El sueño de la vida Espectador 2 -Si fueras como las otras mujeres, que se conforman con dar de comer a los pequeños animales planos o con el millón de muertecitas que tienen en el mercado. Pero a ti te gusta el teatro y ver las formas vivas, ¡vivas! ¿Por qué te habré hecho caso? Mi abuelo, que era un hombre bueno, quiso que mi padre fuera taxidermista como él. Y mi padre, que perdió un brazo en Viena, quiso que yo fuera taxidermista como él. Y yo hubiera tenido una vida feliz de taxidermista si no me hubiera casado contigo. En este preciso momento estaría masticando tabaco y poniéndole los ojos a ese zorro azulado que me espera en el zaguán. ¡Pero tuve que dar contigo! ¡Alegre! Si te compro un abrigo de piel ya estás pensando en qué foyer lucirlo; si te compro unos zarcillos quieres que te lleve al hipódromo para presumir. ¡Y a mí no me gusta el sudor de los caballos ni el olor turbio de la hierba! Criado. -Ya no tendré miedo de los telares con paisajes fingidos. ¿No lo entendéis? Hay que repartir bofetadas a las gallinas. Miles de hombres con escarcha en las manos, madrugando cada día por un mísero sueldo, y vosotros aquí, con los duendes y los ríos de polilla. Hay más verdad en un gol de escuadra que en t o d o Shakespeare. Habéis abierto las puertas del teatro y hemos pasado. Nos hemos subido a los palcos como nos subimos a los andamios. Somos el pueblo que ama la canción de la pólvora. Somos los hombres que partimos el pan con la mano. ¡Con la mano! Espectadora 2 ¿No cree usted en el teatro? El dramaturgo Alberto Conejero

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