ABC CORDOBA 22-01-2018 página 56
- EdiciónABC, CORDOBA
- Página56
- Fecha de publicación22/01/2018
- ID0006738792
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56 CULTURA LUNES, 22 DE ENERO DE 2018 abc. es cultura ABC PESSOA El instigador de la vanguardia portuguesa El Reina Sofía recupera la figura del poeta como principal responsable de la renovación del arte luso del siglo XX BRUNO PARDO PORTO ENVIADO ESPECIAL A LISBOA Os galgos (1911) de Amadeo de Souza Cardoso MCG Chanteurs Flamenco (1915- 16) de Sonia Delaunay MCG n 1912, con apenas 24 años, Fernando Pessoa publicó en la revista Á Águia una serie de artículos en los que vaticinaba un nuevo renacer de la cultura portuguesa, encarnado en la figura de un poeta mesiánico al que llamó Super- Camoens. La crítica no tardó en reconocer que se refería a sí mismo y que estaba anunciando su deseo de modernizarlo todo. Se trataba de una profecía autocumplida con un objetivo claro: recuperar el prestigio que Portugal terminó de perder con el ultimátum inglés de 1890 el equivalente luso al 98 español a través de la creación de un imperio del espíritu Desde la escritura, y con los conceptos e ideas que puso sobre la mesa, Pessoa marcó de forma crucial la vanguardia del país, imposible de imaginar sin él. A esta faceta del personaje dedica el Museo Reina Sofía su última exposición, una coproducción con la Fundación Calouste Gulbenkian que se inaugura el próximo 7 de febrero y toma por título una de sus frases: Todo arte es una forma de literatura En torno a los escritos e iniciativas del poeta se formó una suerte de E comunidad artística con una sensibilidad compartida explica Manuel Borja- Villel, director del Reina Sofía, en el catálogo de la muestra. En efecto, toda la vanguardia portuguesa estaba marcada por la tensión entre lo local y lo internacional que pregonaba el poeta. Esta se plasmó en una serie de propuestas estéticas que integraban elementos del futurismo o del cubismo con otros netamente portugueses, como los trajes populares o los juguetes tradicionales que pueden verse en las composiciones de Amadeo de Souza- Cardoso o José de Almada Negreiros, principales estandartes de aquella escena. Eclecticismo Pero, más allá de la anécdota, Pessoa marcó el pulso del arte a través de los diferentes ismos que se empeñó en crear, negándose desde un primer momento a la simple asimilación de las corrientes europeas. El paulismo y el interseccionismo derivaron en el sensacionismo, que fue su aportación más crucial y duradera. Su premisa, como él mismo dejó escrito, era la de sentir todo de todas las maneras En otras palabras: ser uno y el otro al mismo tiempo, conjugar lo propio y lo ajeno, hacer de la contradicción una bandera y, al cabo, del eclecticismo un arte. K 4 Quadrado Azul (1916) de Eduardo Viana En la pintura, estos postulados derivaron en técnicas como la multiplicidad de planos, cuyos resultados eran similares a los del collage. João Fernandes, subdirector del Museo Reina Sofía, apunta que el sensacionismo también se puede leer en el cruce de influencias de aquellas vanguardias, que se sirvió del arte de entonces al tiempo que tomó rasgos del art déco, el decadentismo o el simbolismo. Todas estas ideas quedaron recogidas en la revista Orpheu el princi- MUSEU CALOUSTE GULBENKIAN pal espacio de difusión de las iniciativas de Pessoa. Fue esa publicación, que solo tuvo dos números, la que reunió a los artistas del momento. Aunque no se extendió en el tiempo, el investigador Fernando Cabral Martins no duda en que fue ahí donde se mostró en toda su magnitud una poética pensada y asumida, consciente de su novedad radical No en vano, en el célebre retrato de Pessoa firmado por José Almada Negreiros, que centra la muestra, este aparece sentado en una mesa La Lisboa de Pessoa Café A Brasileira Es uno de los lugares más emblemáticos de la ciudad, que siempre recuerda a su autor. Allí se encuentra la célebre estatua en bronce de Pessoa, ataviado con su ilustre sombrero. Era uno de los cafés donde escribía. Café Martinho da Arcada Aunque A Brasileira es más conocido, el Martinho era en realidad su café favorito. Hoy cuelgan de sus paredes varias fotos del escritor, retratado por los paseantes de la Lisboa de principios del XX. ABC EFE