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ABC CORDOBA 14-01-2018 página 72
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  • EdiciónABC, CORDOBA
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72 CULTURA DOMINGO, 14 DE ENERO DE 2018 abc. es cultura ABC Los políticos se creen los dueños y señores de los espacios públicos Juan Carlos Pérez de la Fuente Director teatral El próximo viernes es el estreno de Óscar o la felicidad de existir la obra con la que Pérez de la Fuente regresa a la escena tras su polémica destitución como director del Teatro Español JULIO BRAVO MADRID Pérez de la Fuente, ante la escenografía de Óscar o la felicidad de existir T iene Juan Carlos Pérez de la Fuente grabada la fecha del 22 de mayo de 2016. Aquel día caía el telón de la Numancia que dirigió en el Teatro Español y ponía obligado fin a su etapa como director de este emblemático escenario. El próximo viernes se cerrarán casi veinte meses de silencio escénico; ese día se estrena Óscar o la felicidad de existir un monólogo de Éric- Emmanuel que interpreta Yolanda Ulloa y que ve la luz, producido por UNIR, en la Sala Arapiles 16 de Madrid. Aún no se han cerrado las heridas de aquel ensañado despido del que, dice, ha aprendido mucho pero el dolor se ha aliviado en la sala de ensayos y en el escenario, los lugares en los que quiere vivir siempre. ¿Estos casi dos años han sido para usted la travesía del desierto... -Y muy dura. Después de mi destitución y del juicio con el Ayuntamiento de Madrid; bueno, en realidad no juicio Tengo que aclarar que yo no pacté con el Ayuntamiento. Estaba claro que aquel era un juicio político; la juez creía que no debía celebrarse, y así me lo dijo mi abogado. Así que llegamos a un acuerdo que económicamente fue un desastre para mí: recibí poco más de 13.000 euros de indemnización por lo que fue un despido improcedente. Una vez pasado todo aquello, te das cuenta de todo lo que tienes por delante. Y yo quedé tocado y señalado para siempre; seré el director que tuvo un enfrentamiento con el Ayuntamiento de Podemos. Los teléfonos dejaron de sonar, el plan de vida que había hecho para los años siguientes se vino abajo... Con la casa hipotecada, tuve que ir a los bancos, porque me he quedado casi en la ruina, y hasta allí sabían quién era. Han sido meses muy difíciles. Y hay que plan- tearse por dónde puedo volver a empezar. A ello hay que sumar problemas familiares graves. Y confieso que en ese momento me vine abajo. Pero, por contra, en estos momentos descubres quiénes son verdaderamente tus amigos. Valoro mucho que la empresa Focus me dijera que podía contar con ellos. Y llegó la luz con la llamada de UNIR para este proyecto... En resumen: aquello no puede volver a pasar. Se ha abierto una brecha; no entiendo para qué se hacen los concursos públicos, se ha demostrado que echar a un director es muy fácil. Los directores de los teatros públicos no tenemos ninguna protección. ¿Se ha planteado alguna vez tirar la toalla y dejar el teatro? -Jamás. Eso sí que no. El teatro es mi amante... El problema era que no tenía dinero; me quedé tiritando, tenía solo seis meses de paro. He tratado de llevarlo con toda la dignidad del mundo, no haciendo llamadas impertinentes... Ha habido gente que me ha querido ayudar, y otros que no. Nos hemos reconocido muchas personas desde el silencio... También a nivel político. ¿Han quedado al descubierto los verdaderos amigos? -Sí, sí, sí... Ahora conozco mejor a algunas personas. Ya no me engañan y, si tenía alguna duda, ya no la tengo. En mi vida han cambiado muchos conceptos; ha habido silencios que daban demasiados gritos, y no eran precisamente de los que me despidieron... ¿A qué se refiere exactamente? -Es muy complicado. Nadie me debe nada, de verdad... Pero... No puedo decir más. Ha habido meses en que yo notaba que le resultaba incómodo a algunas personas. Hice muy pocas visitas a nivel institucional no político las que creí que tenía que hacer, y me encontré las puertas cerradas. Y hay que asumirlo. Pero aquí estoy, tengo nuevos proyectos, ese período ha pasado ya y he crecido, indudablemente. Pero cuando estás en el epicentro... ¿Se arrepiente de algo? -No. En absoluto. Lo digo con total seguridad. ¿Pero se equivocó en algo? -Posiblemente... Claro que me equivoqué en algunas cosas. Pero cuando repaso la película de mi estancia en el Español me acuerdo del 18 de enero de 2016, cuando en mi despacho Ana Varela y Santiago Eraso, consejera delegada y director, respectivamente, de Madrid Destino, me dijeron que no contaban conmigo pero que no sabían cuándo me iban a quitar. Y empezó el reino de la ilógica y viví un suplicio. Posiblemente cometí errores; ataqué porque me sentía muy atacado. Quizás hice cosas mal, no lo sé; lo que no hice fue ponerme al servicio de unos políticos, ni les rogué ni pedí nada, la dignidad está por encima de todo. Pero fue todo una barbaridad. Me gustaría, cuando Manuela Carmena deje de ser alcaldesa, poder reunirme con ella para que sepa, como Manuela Carmena Me gustaría poder reunirme con ella para que sepa el daño que se le puede hacer a un ser humano cuando se juega con su trabajo Los verdaderos amigos Ahora conozco mejor a algunas personas. Ya no me engañan; ha habido silencios que daban demasiados gritos juez que ha sido, el daño que se le puede hacer a un ser humano cuando caprichosamente ella, o su concejala que sabía perfectamente que era una frívola juegan con el trabajo y la vida de un profesional. Ninguno de los que me echaron está ya, y Carmena misma es la concejala de Cultura; ¿no hay nadie a su alrededor que pueda llevar la cultura de Madrid? ¿Se ha sentido instrumento político? -Claro. De unos y de otros. Todos me han utilizado y me han tirado después como una colilla. De mí se han dicho muchas cosas, en cuestiones políticas me refiero, pero es que nadie sabe a quién voto; mi ideología estaba en mi programación. Esa sí que hablaba. Qué papeleta meto en la urna cuando voto es una cuestión mía, particular. Desde 1996, cuando el Gobierno del PP me nombró director del Centro Dramático Nacional, algunos empezaron a decir que yo era el chico del PP. Pero es que a mí, mientras estuve en el CDN, me dejaron hacer lo que quise: y fue una programación progresista, más que la de otros que estuvieron con Gobiernos del PSOE. Y lo mismo en el Español. Pero, curiosamente, este Ayuntamiento, que se proclama de izquierdas, le declara la guerra a Max Aub y a Arrabal solo porque yo he puesto su nombre a dos salas; y al tiempo, Manuela

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