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ABC CORDOBA 03-01-2018 página 12
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ABC CORDOBA 03-01-2018 página 12

  • EdiciónABC, CORDOBA
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12 OPINIÓN LLUVIA ÁCIDA PUEBLA MIÉRCOLES, 3 DE ENERO DE 2018 abc. es opinion ABC DAVID GISTAU HOMBRES Este exceso de Fernández Vara sólo es posible en alguien que ansía mucho hacerse perdonar un fallo con el que arriesga la credencial de ciudadano perfecto E N los relatos policiales hay muchas referencias al descanso que proporcionan la confesión y la aceptación del castigo. Existe, al menos en el ámbito literario, el policía que adopta la actitud de un confesor e invita al criminal a sacarse de dentro el gran peso de su culpa. Algo parecido ocurre con el adoctrinamiento de masas cuando una ideología narcisista se arroga el control de la corrección social. No se trata sólo de fijar los valores obligatorios para obtener derecho de pertenencia. Se trata, sobre todo, de ejercer una presión sobre el díscolo hasta que no pueda más y rinda sus opiniones culpables y muy probablemente asesinas de Lorca. Como en un interrogatorio. O como en una terapia de grupo de la iglesia socialdemócrata a la que el enfermo acude a ser rehabilitado empezando por un ejercicio catártico: Hola, me llamo X y soy facha ¡Hola, X! le responden todos los fachas que llevan ya catorce o quince días sin consumir doctrina liberal. X, por supuesto, creció y vivió sin saber que era facha, pero tanto se lo llamaron que lo convencieron y preguntó qué debía hacer para que le fuera retirado un adjetivo tan alienante en la vida social: Reprogramación. Urgente Que la reprogramación y las lecciones democráticas corran a cargo, hoy en día, de radicales que hasta condenas por terrorismo arrastran en lugar de exquisitos socialdemócratas como los que predicaban antaño en El País es sólo un recordatorio más del colapso moral español. Por según qué sacerdote de la intelectualidad divina habría sido casi un honor ser sometido a un exorcismo de adaptación democrática. Pero, hombre, por Otegui... Esta presión desborda lo doctrinal y ya es capaz de sembrar complejos de culpa relacionados con casualidades biológicas. Por ejemplo, la de haber nacido hombre. La necesidad de expiar este pecado en concreto ha inspirado a Fernández Vara una de las manifestaciones más descacharrantes de un personaje público. Según el presidente extremeño, los hombres y las mujeres son criaturas de especies distintas, que viven apartadas, de forma que los hombres, todos ellos, traen genéticamente impreso el instinto de asesinar a las mujeres. Como si fueran sus predadores naturales. Todos ellos. Usted y yo también. A las mujeres las matamos los hombres por haber nacido mujeres ésta es, en su literalidad, la necedad) Este exceso de Fernández Vara sólo es posible en alguien que ansía mucho, pero mucho, hacerse perdonar un fallo con el que arriesga la credencial de ciudadano perfecto. La sensación es nueva para él, puesto que la condición de socialdemócrata lo mantuvo todos estos años en el lado correcto del pensamiento. Hasta que, con pavor, se descubrió una carencia: ¡Horror, soy un hombre! ¡Un opresor en potencia! ¡Un asesino natural! Nos reímos pero ese error nos lo tendremos que hacer perdonar todos, incluso los que puedan presentar pruebas de haber vivido una vida virtuosa, que pocos habrá, tratándose de hombres. VIVIMOS COMO SUIZOS ROSA BELMONTE HIJAS A LAS QUE MATAN El periodismo de sucesos no es distinto del resto, el problema es que trata un material más sensible las hijas las matan. Y se puede hacer poco. Dice Zadie Smith que las mujeres han sobreestimado su poder sobre los hijos y que ella sólo intenta no hacerles demasiado daño. Procura que vayan por el camino de la infelicidad ordinaria y no caigan en la miseria. En Tiempos de swing su última novela, se comprueba que las aspiraciones individuales chocan con las normas de la vida en sociedad. Y con lo que no son normas. Ha recordado el magistrado Joaquim Bosch el riesgo que sufren las mujeres sólo por serlo. Como si hubiera que recordarlo. Zadie Smith también parece estar preocupada por los móviles (al menos en las entrevistas) En un capítulo de la nueva Black Mirror el dirigido por Jodie Foster, una madre coloca a su hija un artilugio para saber qué hace en cada momento. Puede ver a través de sus ojos en una especie de iPad. Por supuesto, acaba mal. Aunque sólo sea una buena madre y no una loca de atar como Aurora Rodríguez con su hija Hildegart. Si una habla de mujeres que medran o de esnobs puede tirar de Thakeray. Si hay que comentar la rebelión contra el destino o la megalomanía podemos ir al Melville de Moby Dick Si tocamos los valores de la sociedad burguesa en la que todo gira alrededor del dinero habrá que ir al Papa Goriot de Balzac. Si vemos niños desampa- A rados en un universo hostil pero que a la vez son la encarnación del bien, acabamos en Dickens. A veces los clásicos no sirven. Aunque sea una vulgaridad, lo que pasa últimamente parece cosa de series de televisión (pronunciar como María Barranco lo de Esto parece cosa de terrorismo Esa extraordinaria rueda de prensa que ayer dieron los coroneles de la Guardia Civil sobre el caso Diana Quer la hemos visto con el FBI explicando cómo cazaron a Unabomber. Aunque sin la clave del lenguaje empleado. Es extraordinaria porque estamos ante una investigación en curso. Es tomarse a Eisenhower al pie de la letra y adelantándose. En su biografía de Eisenhower, Paul Johnson cuenta que lo que el futuro presidente aprendió de los disturbios en Washington de 1932 (en los que Patton fue el encargado de la dispersión y de los que se publicaron noticias falsas y disparatadas) fue la necesidad de mantener a los periodistas informados y ser amable con ellos. Pero a lo mejor es demasiado pronto para tantos detalles. Aunque sean oficiales y no las paparruchas que hemos estado escuchando y leyendo en algunos sitios todos estos meses. Volviendo a esos detalles, en el caso de la joven asesinada hay que volver también a los móviles. El teléfono fue clave. También el del depredador. Los dos teléfonos estaban situados en el mismo lugar a la misma hora. Lo más inquietante es que el tipo abordaba a sus víctimas cuando estaban entretenidas con el teléfono. El móvil se ha convertido en alcohol. Una vez que la prensa hurgó en sus vacaciones, Manuela Carmena expresó el temor de que ese periodismo de escándalo que hubo en el corazón se trasladara a la política. Es demasiado evidente que el sensacionalismo no tiene ni origen ni fin en la prensa del corazón. También está en los deportes y en los sucesos. Al final voy a tener que citar a un clásico que a la vez es un lugar común porque hay cosas que no cambian. Actualmente, los periódicos hacen lo posible por inducir al público a juzgar a un escultor por cómo trata a su mujer (Wilde) El problema con la información de sucesos, siendo igual que el resto, no nos escandalicemos tanto, es que trata un material muy sensible: hijas a las que matan. ¿Y quién no espera la entrevista con la cuñada violada?

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