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ABC CORDOBA 26-12-2015 página 54
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ABC CORDOBA 26-12-2015 página 54

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54 SOCIEDAD SÁBADO, 26 DE DICIEMBRE DE 2015 abc. es conocer ABC La falta de fondos amenaza al único centro que existe en España especializado en personas sordociegas Manos que son ojos y oídos JESÚS ÁLVAREZ SEVILLA do exterior. En el centro hay una sala de los sentidos donde diariamente se trabajan el tacto y otros sentidos que funcionan. Las pizarras son de imán y los ordenadores tienen el teclado en braille. Todas las paredes de los patios y pasillos del centro tienen barandillas para que los residentes puedan guiarse. Los botones de la tarjeta Algunos se van con sus familias todos los fines de semana. Otros solo lo hacen en vacaciones. Los que no tienen a nadie, o sus padres son muy mayores, pasan aquí todo el tiempo. Otros no saben el día en que viven, si es martes, jueves o domingo, pero sí están pendientes de fechas señaladas como el día en que se van a casa por Navidad. Para no olvidarlo, cuentan los días que les quedan con botones que clavan en una tarjeta y que van quitando cada mañana hasta que solo queda un botón, víspera del día deseado. E l peor día de Dolores Romero Chacón fue el 10 de enero de 1988. Ese día nació Inés, su segunda hija. Los médicos me aseguraron que nacería muerta cuenta esta doctora de 58 años. Su marido, neurocirujano del hospital Virgen Macarena, la acompañó en el duro trance de dar a luz a una niña sin vida, pero Inés, con 6 meses de gestación no murió. Su hija tuvo que pagar un precio muy alto por vivir: sus ojos y sus oídos. Antes de que naciera Inés ni se me había ocurrido que pudiera haber personas ciegas y sordas como mi hija cuenta a ABC Dolores Romero. El día que nació Inés decidí dejar la medicina para dedicarme a ella Y así ha sido hasta ahora. Durante estos 27 años, Inés y su madre han pasado por momentos muy duros. Fueron más de 13 años los que Inés estuvo autolesionándose, desde los 7 hasta los 20. Se golpeaba la cabeza con los puños o se mordía los hombros, los brazos y las manos. Y cuando alcanzó la pubertad, dejó de comer y beber. Medía casi 1,70 y se quedó en menos de 40 kilos. Le dije a su padre y a su abuelo que no había nada que hacer, que había decidido morirse Inés se quedó de nuevo con un hilito de vida pero milagrosamente tampoco se rompió. Poco a poco volvió a comer y a beber. Ahora, con 27 años, parece una chica feliz comenta Dolores. Buena culpa de ello la tiene el Centro Santa Ángela de la Cruz, en Salteras, en el que vive entre semana y que su madre, presidenta de Apascide (Asociación Española de Familias de Personas con Sordoceguera) puso en marcha hace 6 años, el único de su clase que hay en España. Un centro que acoge a Inés y a otras 35 personas sordociegas de entre 16 y 62 años y en el que trabajan 58 personas. La Junta de Andalucía aporta más de 600.000 euros al año para su mantenimiento y las familias de sus usuarios unos 350.000. Cuenta además con donaciones de particulares y de empresas y fundaciones. Nos han fallado varias aportaciones este año y necesitamos unos 43.000 euros para continuar abiertos comenta Dolores, que confía en que la solidaridad ciudadana lo salve. El arzobispo de Sevilla, Juan José Asenjo, muy implicado con la labor del centro, igual que Cáritas y la ONCE, dice que los sordociegos son los más pobres entre los pobres Tal vez no haga falta taparse los ojos y los oídos durante unos minutos para imaginar el aislamiento en el que viven los usuarios del Santa Ángela de la Cruz Y la obsesión de los trabajadores de este centro es comunicarse con ellos, averiguar lo que sienten para poder ayudarlos. Un cartel en una pared del centro recuerda a San Agustín: La medida del amor es amar sin medida Aquí se cumple. Natalia, mediadora de 27 años, presume de paciencia y de templanza: Este trabajo es vocacional: si no, no se podría aguantar Para poder comunicarse con ellos utilizan el lenguaje de signos apoyado Es el lenguaje de los sordos adaptado a los ciegos. Cogen sus manos y marcan en ellas los signos. Las manos de sus cuidadores se convierten en sus ojos y sus oídos, y su ventana al mun- Así se comunican Utilizan un lenguaje de signos adaptado: cogen sus manos y marcan en ellas los signos Victoria, de 54 años, hablando con Marta, su mediadora JUÁN JOSÉ UBEDA Una trabajadora social a la que solo le faltan dos sentidos Genet Corcuera, de 34 años, es una trabajadora social de este centro. Se graduó por la Complutense y tiene los conocimientos, la paciencia y la templanza de todas sus compañeras, pero no es como ellas: Genet ni ve ni oye. Nació en Etiopía y era una niña sana hasta los 2 años, cuando empezó a perder audición y visión. Nos dice con sus manos que terminó la carrera hace 3 años. Una mediadora le traducía las clases y ella estudiaba con libros en braille. Su cociente intelectual es muy alto. Si no fuera sordociega, habría ganado un Nobel dice de ella la presidenta de Aspacide. Mueve las manos con rapidez, como otros escriben en el móvil, y dice que tiene muchos amigos, oyentes y no, ciegos y no. Cuando tenía 7 años, a ella la adoptó una española. No sabe nada de sus padres biológicos, aunque supone que murieron en la guerra. Vive sola en una casa en Sevilla, aunque tiene apoyos de día, tanto de la ONCE como de Apascide. Su móvil lo tiene adaptado y se entiende con sus amigos a través de tarjetas. Genet quiere trabajar y ganar dinero: Somos iguales que vosotros, solo nos faltan dos sentidos. Me siento muy valiente enseñando a personas como yo

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