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ABC CORDOBA 15-12-2015 página 40
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ABC CORDOBA 15-12-2015 página 40

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40 CÓRDOBA TRIBUNA LIBRE MARTES, 15 DE DICIEMBRE DE 2015 cordoba. abc. es ABC JESÚS POYATO VARO PENSAR LA EDUCACIÓN La emergencia educativa en su raíz es causa y efecto de una crisis antropológica portancia al proceso que al resultado; se sobrecarga al profesorado de tareas administrativas; no se valora el esfuerzo ni el rendimiento académico; leyes que fomentan la formación profesional sin dotar de recursos a los centros. Se pondera la educación pública como única posible, olvidando que el Estado debe garantizar que sean los padres los que eligan libremente la educación que quieren para sus hijos, sin imposiciones ideológicas o partidistas. El igualitarismo es entendido, no como oportunidades educativas para todos, sino como aprobados para todos. El compromiso con el estudio disminuye y el aburrimiento crece. Se ha ido descargando la responsabilidad únicamente en los centros educativos sin ningún apoyo de otras instituciones. Esto sin entrar en la familia, que ha relegado en muchas ocasiones su primera tarea: ser los primeros y principales educadores de sus hijos. Steiner decía acertadamente que una sociedad que no honra a sus profesores, es una sociedad defectuosa Muchos maestros y profesores, auténticos héroes solitarios, piensan con preocupación lo que les deparará su día en las E l sistema educativo español se encuentra gravemente dañado. En los últimos años los informes internacionales PISA muestran un desplome constante en los niveles de lecto- escritura, matemáticas y conocimientos científicos de los escolares, hasta el punto de que España se ha hundido hasta los últimos puestos de la OCDE. Estos datos son irrefutables, al margen de sus causas. Desde los años 70 se han sucedido hasta siete leyes educativas, en ocasiones conviviendo parcialmente. Tras el 20- D, quizá nos pueda venir otra. La educación ha dejado de ser un valor apreciado y la figura del profesor maestro vive con la sombra del desprestigio en muchas ocasiones. El panorama real, no el que a menudo nos presentan, muestra demasiadas incertidumbres e incoherencias en una cuestión tan primordial. Muchos planteamientos pedagógicos actuales, impuestos por la Ley, resultan ineficientes y conceden más im- aulas. Nuestra educación parece repeler de los centros a maestros y alumnos. Los factores que influyen y las causas que lo provocan son sin duda complejas y presentan muchas aristas, pero al menos hay que pararse a pensar que algo no estamos haciendo bien. Es prioritaria una reflexión serena sobre la educación en la que estén implicados especialmente los agentes sociales, al margen de partidismo o ideología. No quisiera quedarme sólo en el diagnóstico sino apuntar algún horizonte. La emergencia educativa en su raíz es causa y efecto de la profunda crisis antropológica del mundo posmoderno. Es, en el fondo, crisis del hombre. La clarividencia del Papa Benedicto XVI señalaba, en efecto, que vivimos en un tiempo en que los criterios de cómo ser hombre se han hecho inciertos. La solución no pasa por un cambio de tipo meramente organizativo o funcional, por más que las cosas puedan mejorar. Para educar, antes que otras valoraciones posibles, hace falta un adecuado conocimiento del hombre, de su naturaleza, de sus aspiraciones íntimas. En una cultura en donde el relativismo es su credo, y por consiguiente, sin certezas y y valores, incapaz de hablar de la verdad, la educación se hace casi imposible. Resulta paradójico que los centros educativos quieran dar referencias de sentido (y esto es parte esencial de la tarea educativa) en un contexto socio- cultural marcado por el sinsentido. Nuestra educación, impotente para dar al alumno un sentido ético para su vida que le sirva en su día a día, se contenta con impartir cursillos informativos sobre drogas, sexo o educación vial (a la par que sube el consumo de drogas) El reciente Libro blanco de la profesión docente y su entorno escolar atiende a esta cuestión de la mano del filósofo A. Macntyre cuando apunta al proyecto ético de la escuela. Pero se queda en el apunte, y no es posible lograrlo sólo desde la escuela. En este sentido, centrar el foco de atención en la labor docente es un paso positivo pero insuficiente y descentrado. ¿Qué pasa con la sociedad y con la familia, puntos vitales en la educación? El libro blanco nace ya con un apellido y en el momento actual, me temo que pronto pasará al cajón del olvido. La situación es preocupante pero también hay motivos de esperanza. Las dificultades son la otra cara de la moneda de ese don precioso que es nuestra libertad (unida a la responsabilidad) En el ambiente palpita una demanda por una educación humana íntegra y verdadera a cargo de muchas voces de distintos ámbitos. La Iglesia tiene amplia y reconocida experiencia en educación. De ella nació la Universidad. ¿No sería bueno dejar escuchar su voz? Debemos aceptar la provocación para ofrecer nuevas vías de sentido. JESÚS POYATO ES DIRECTO ADJ. DEL CENTRO SAGRADO CORAZÓN Y VICARIO EPISCOPAL DE CÓRDOBA

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