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ABC CORDOBA 14-12-2015 página 17
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ABC CORDOBA 14-12-2015 página 17

  • EdiciónABC, CORDOBA
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ABC LUNES, 14 DE DICIEMBRE DE 2015 abc. es opinion OPINIÓN 17 VIC LA CERA QUE ARDE RAFAEL GONZÁLEZ AUTOAYUDA Cómo vencer la tentación liberal y participar en un sistema capitalista de parcela T EL MOLINO DE LOS CIEGOS JESÚS CABRERA EL ESPÍRITU DE NÁPOLES Cuna de artistas, avates históricos comunes. Todo ello, en un Belén E L auge que en los últimos años ha tomado el Belén napolitano en Córdoba no responde a la casualidad sino que más bien es una consecuencia lógica del sutil espíritu que ambas ciudades comparten. Pese a la distancia, ellas saben bien del esplendor de tiempos pasados, de ser cabeza de reinos, de cuna de artistas de primer orden en las más diversas disciplinas, de ser foco de atracción para un turismo cultural y de élite que busca lo que no se encuentra en otras ciudades por cercanas que estén. Toda esta amalgama de avatares históricos deja lentamente y de forma imperceptible un poso de refinamiento que se guarda de puertas adentro, como un preciado tesoro, y que es alimento espiritual para minorías selectas que distinguen a velocidad de vértigo el grano de la paja, porque tanto en Nápoles como en Córdoba hay un reducto social que practica el epicureísmo, que vive en un exilio interior que rara vez se identifica con lo que sucede a su alrededor, porque la sociedad apolínea poco o nada quiere saber de la otra mitad dionisiaca, y viceversa, afortunadamente. Que nadie se apresure a simplificar todo esto como una cuestión de clases sociales, porque se equivoca de plano. Ambas ciudades comparten, por tanto, esa dualidad existente entre la calle ruidosa y el silencio de las iglesias, el gracejo forzado y el humor hondo, la certeza del pasado y las dudas del futuro, entre otras muchas con fronteras perfectamente delimitadas. Pero fue allí, en Nápoles, donde adquirió su gran- diosidad en el siglo XVIII el Belén que trasladado a Córdoba encaja a la perfección, como el guante a la mano. Los belenes napolitanos son especies exóticas en otros lugares pero en esta ciudad es perfectamente compatible con el Belén popular de toda la vida, con el que se compraban la piezas de barro en los puestos de la calle Nueva. Entrar en estos días en la ermita de la Alegría y encontrar en su centro un Belén napolitano provoca, en primer lugar, la sensación de que no desentona lo más mínimo en ese entorno tan barroco y tan cordobés, que cumple perfectamente su papel de envoltorio discreto, apenas dibujado en la penumbra. Después, eso sí, viene la lógica admiración por el montaje que combina tanto la exquisitez de la instalación, como la belleza de las figuras o la carga semántica de las distintas escenas y de los detalles interminables. José Luis Rey y Valeriano García Domenech han dado forma este año al Belén de la hermandad de la Sentencia que cumple con la ortodoxia napolitana, pero que cuenta con la valiosa aportación de sus extensos conocimientos, lo que ha enriquecido considerablemente el resultado que en estos días se puede admirar. Todo esto no hubiera sido posible sin la colaboración de Ángel Aroca, Federico Almagro o Manolo Portillo, así como la iluminación de Miguel Pastor o la selección musical que ha realizado Ángel Salvatierra y que son el complemento perfecto a la visita. Pocos visitantes a la ermita de la Alegría se conforman con una sola vuelta a este Belén circular. Si el primer impacto es la apoteosis de la Natividad, en su rededor impactan las distintas escenografías, perfectamente ensambladas, en las que se combina lo popular con lo sofisticado, el mercado con el palacio, el noble con el pastor, y todo ello en una armonía y un equilibrio en la que nada desentona. El Belén de la hermandad de la Sentencia de este año va a crear afición al napolitano, eso fijo. Como esta semilla fructifique la Vía San Gregorio Armeno se llenará de cordobeses que irán arriba y abajo buscando misterios, suonatori viejas con bocio, finimenti los benignos durmientes y las pequeñas ampollas de cristal de vino de Falerno para traer a Córdoba una modalidad navideña que muy bien pudiera haber nacido aquí. ODAS las mañanas cuando despierto suelo hacerme las preguntas habituales que nos hacemos los seres humanos en esta parte del planeta: ¿Catedral o mezquita? ¿He pagado el IBI? ¿Qué hago con los petardos que compré en los chinos? ¿A quién voy a votar? Lo del voto lo decidí hace tres campañas electorales, con lo cual me están sobrando estas dos últimas claramente. Las campañas y los debates entre María Teresa Campos y Bertín Osborne o lo que quiera que sea eso que he visto en los resúmenes del telediario. De hecho, a mí ninguna campaña electoral me ha servido para decidir el voto, sino para todo lo contrario. Me gusta ir al colegio electoral corriendo y en mallas pero nunca los apoderados ni los presidentes de mesa entienden el mensaje: voto pero no me cogeréis. Lo más incómodo de ese método es que el DNI suelo portarlo en el bolsillo que da justo con la rabadilla, donde acaba la espalda, y me tiro todo el camino mirándome ahí para no extraviar el documento, con lo que puedo sufrir alguna colisión accidental con algún vecino o vecina o incluso con una farola LED de esas tan monas y eficientes que ahora nos están colocando. Hágase la luz. De eso se trata, se supone, en las campañas electorales. Este diario ofrece una aplicación que te ayuda a descubrir a qué partido estás más próximo según contestes a las preguntas que te hacen. Como ya he dicho que soy aficionado a la introspección me aventuro con el invento para ver si de paso, me llevo alguna sorpresa y debo acudir corriendo a un psicólogo conductista que me oriente. O a uno Gestalt, si la cosa se pone muy chunga. Y el resultado es el siguiente: se ha roto la aplicación y me dice que soy anarcocapitalista. La hemos liado. Creo en la libertad de horarios comerciales. Creo en la libertad de los mercados. Creo en la libertad de expresión. Creo que el comunismo es un desastre. Creo en el individuo. Creo que el Estado nos asfixia. Creo que la burocracia bloquea al progreso. Creo que no hay partido al que votar, según esto, aunque yo ya tenga decidido mi voto. Creo que tengo que curarme, pues, porque por este camino ni yo ni mis impuesto van a servir a la sociedad. Así que he decidido comprar el manual de autoayuda de los comerciantes y hosteleros cordobeses, el famoso Consejos vendo En él nos explica claramente cómo vencer la tentación liberal y participar en un sistemilla capitalista de líderes incombustibles y peroles en la parcela. El primer capítulo se titula Exija que la Catedral abra 24 horas para que nosotros hagamos negocio El segundo capítulo es el apasionante Los cursos de formación nos llevan de excursión El tercero, Tenemos derecho al descanso pero que no abra El Corte Inglés No he llegado al quinto capítulo. Me he comprado uno de Paulo Coelho para ponérmelo en los pies, darle mecha con el mechero con el que no puedo encender los petardos, y quemarme a lo bonzo.

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