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ABC CORDOBA 14-11-2015 página 94
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ABC CORDOBA 14-11-2015 página 94

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SÁBADO 14.11.2015 Editado por Diario ABC, S. L. San Álvaro, 8, 1 3, 14003 Córdoba. Diario ABC, S. L. Reservados todos los derechos. Queda prohibida la reproducción, distribución, comunicación pública y utilización, total o parcial, de los contenidos de esta publicación, en cualquier forma o modalidad, sin previa, expresa y escrita autorización, incluyendo, en particular, su mera reproducción y o puesta a disposición como resúmenes, reseñas o revistas de prensa con fines comerciales o directa o indirectamente lucrativos, a la que se manifiesta oposición expresa. Número 36.479 D. L. I: M- 13- 58 Apartado de Correos 43, Madrid. Publicidad 957 497 675 Suscripciones 901 400 900 Atención al cliente 902 530 770. EL MEJOR CINE DE LOS 80 CON ABC, CADA DOMINGO VISTO Y NO VISTO La jungla de cristal ABC ofrece cada semana las mejores películas de los 80. Mañana, el filme que hizo de Bruce Willis un héroe de acción y del que derivarían tres películas más DAVID GISTAU IGNACIO RUIZ- QUINTANO CARMENA BANANAS En las galletitas de la suerte de un chino en Usera se ofrece el mejor análisis político del problema de España con la sedición catalana noche, huyendo del Madrid de Carmena Bananas (homenaje a Woody Allen) a 70 kilómetros por hora en un auto con matrícula par por delante y non por detrás, acabé en el mejor chino del mundo, que está en Usera, donde las galletitas de la suerte ofrecen el mejor análisis político del problema (frivolidad y corrupción) de España con la sedición catalana: -Si las designaciones son justas, el orden reina; si son equívocas, reina el desorden. El que confunde las designaciones corrompe el lenguaje. Las cosas prohibidas sustituyen entonces a las permitidas. La inexactitud toma el lugar de la exactitud y lo falso ocupa el sitio de lo verdadero. Allí donde reina el desorden es que las designaciones de las leyes no están en su debido punto. El príncipe del Tsi, espíritu confuso, podía servirse de la expresión shi pero no sabía con certeza lo que esta expresión significaba. Los príncipes del Tsi son los jefes de los partidos llamando a la sedición catalana golpe contra la democracia ese fetiche europeo, como si la forma de gobierno (la democracia es una más) tuviera importancia al lado de la unidad de España, base para la supervivencia de la nación. Y pajes de los príncipes del Tsi son los tertulianos que, con eso y la mala literatura del tejerazo, hacen una almóndiga (por hablar como manda esta Academia de cuota sindical) y dicen golpe al Estado democrático confundiendo (espíritu shi Estado con Gobierno. Otra galleta, con leche de tigre del Lun- Yu -El hombre noble escoge sus designaciones de tal modo que puedan ser empleadas sin equívoco en el discurso, y compone sus discursos de tal suerte que puedan, sin equívoco, transformarse en actos. Así se explica que el Consejo de Estado, en su carta atenagórica al Gobierno, venga a decir, a lo Del Bosque, que, contra la sedición, proporción, cosa que no se hace con ningún cliente pobre del Código Penal. ¡Como si en La Moncloa viviera Gengis Kan! ¿Qué matrícula toca hoy? E l episodio inaugural de la saga La jungla de cristal (1988) tuvo que solventar un problema de redefinición de los maniqueísmos. Dicho de otro modo: en pleno fin de la historia de Fukuyama, no estaba claro quiénes eran, para Hollywood, los malos de los cuales había que salvar, si no el mundo, al menos a los cautivos de un rascacielos de Los Angeles, el Nakatomi. Los soviéticos estaban de colapso y ya no daban miedo a nadie. La moda marciana había pasado. Los yihadistas aún no habían aparecido. En Arma letal y aprovechando el clamor mundial contra el apartheid y por la liberación de Nelson Mandela, habían intentado convertir a los bóers en nuevos villanos mundiales. Con escaso éxito. De esta manera, el director John McTiernan tuvo que encomendar su amenaza terrorista a un grupo confuso, compuesto por una mezcolanza de nacionalidades casi todas europeas en las que podían intuirse residuos resentidos provenientes del otro lado del telón de acero. De rodarse hoy, los terroristas de los cuales nos salva Bruce Willis serían de Estado Islámico. Bruce Willis (aún con pelo) venía de series ligeras como Luz de luna y aceptó con reticencias mutuas, suyas y del productor, un primer papel en la acción de palomitas que en principio estaba pensado para Arnold Schwarzenegger. Fue un acierto. Arnold jamás habría podido imprimir al personaje ese aire de hombre corriente, de poli cualquiera devorador de donuts, que, tratando de salvar su matrimonio, acaba obligado a salvar la vida de un montón de rehenes escogidos entre los ejecutivos de una multinacional en plena época de la plata dulce y el yuppie Toda la película A La jungla de cristal mañana, por 1,99 euros con ABC Yippi Ki Yay... hijo de puta era una de las frases memorables de esta película de acción, dirigida por John McTiernan y estrenada en 1988. La dijo Bruce Willis cuando iba a liquidar a uno de los malos empeñados en volar un rascacielos donde, entre otras muchas personas, se encontraba su mujer. Es, pues, uno de esos latiguillos cinematográficos que tan felices hacen a la afición. Willis ganó millones de adeptos. insiste en que el agente John McLane no es un superhéroe, ni un comando, ni nada por el estilo, sino un policía de cabotaje con una vida personal desmoronada que dio la talla cuando la mala suerte lo ubicó en el peor lugar y en el peor momento posible. No en vano, el mejor amigo que hace durante su aventura es otro policía de bajos vuelos, el patrullero Al Powell, que le hace terapia por radio para mantenerlo con el ánimo alto en los momentos más difíciles. Working Class en su dimensión heroica. Mientras elimina uno a uno a los sofisticados terroristas, que, ellos sí, son élite en lo suyo, Bruce Willis encarna uno de los personajes sobre los cuales se volcó más sadismo en los años ochenta. Le pasa de todo, hasta pisa cristales descalzo, mientras se le tiñe de sangre la mítica camiseta sin mangas con la que le sorprendió el ataque. Tiene su recompensa: qué esposa con dudas no regresaría con un marido que acabara de demostrar así que es capaz de mantener segura la caverna. Verbolario POR RODRIGO CORTÉS Matrimonio, m. Vínculo afectuoso fortalecido con el trato.

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