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ABC CORDOBA 14-11-2015 página 14
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ABC CORDOBA 14-11-2015 página 14

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14 OPINIÓN VIDAS EJEMPLARES PUEBLA SÁBADO, 14 DE NOVIEMBRE DE 2015 abc. es opinion ABC LUIS VENTOSO JAKE BAILEY Su entereza y elogio del trabajo bien hecho arrasan F RENTE a cada Jihadi John hay millones de anónimos llenos de luz. Jake Bailey tiene 18 años y había sido elegido para pronunciar el discurso de graduación en un colegio de élite de Nueva Zelanda, el Christchurch Boys. Fundado en 1881, el centro es una fértil cantera tanto de primeros ministros como de cachimanes que se parten la cara al rugby con los All Blacks, el temido y triunfal equipo nacional. Jake leyó su alocución a comienzos de esta semana, pero en una silla de ruedas y casi de prestado. El vídeo arrasa en internet. Esta vez vale la pena. Arranca con Jake contando que poco antes de la graduación le informaron de que padecía un cáncer terminal, por lo que he dado otro giro al discurso explica con media sonrisa rota. La enfermedad era el linfoma de Burkitts y se tenía que someter con urgencia a quimioterapia. Los médicos le hablaron de un mes de vida. Parecía dudoso que pudiese leer su escrito. A los 18 años apenas has empezado a conocer los deleites y amargores del amor, no has fundado una familia ni has tenido una singladura laboral, apenas has visto el mundo. Todo es un manojo de energía y expectativas. Si de repente te dicen que has entrado en tiempo de descuento, que en breve morirás, no sería raro caer en la desesperanza absoluta, o en una justificada auto conmiseración, o en una explosión de nihilismo destemplado. Nada de eso hay en Jake, que exhala serenidad y afecto por la vida, a pesar de que sus palabras sugieren que no cuenta con el consuelo de una esperanza religiosa. Pálido, con las fuerzas menguadas, bien peinado, vestido con un encorbatado uniforme Harry Potter clásico de los colegios bien anglosajones, Jake detiene el tiempo con sus frases varado en la silla. En lugar de cultivar la autocompasión elige impartir la lección moral de un estoico, inesperada en un chaval de su edad. Con buen criterio recuerda algo que todo ser humano prefiere olvidar, pues no podríamos vivir de asumir lo cierto de este aserto: Ninguno de nosotros saldrá vivo de la vida A partir de ahí ofrece a sus compañeros su último consejo: Así que sé valiente, sé grande, sé amable y agradece las oportunidades que tienes En plena pelea con la muerte, elige despedirse con un elogio del trabajo bien hecho: Olvida los sueños a largo plazo. Dedícate apasionadamente a conseguir tus metas en corto. Trabaja con pasión y orgullo en lo que tienes enfrente. No sabemos dónde podemos terminar ni cuándo Una tronada de aplausos y el canto del himno del colegio en su honor cierran el acto. Pero hay más: una docena de compañeros se plantan frente al estrado y le dedican una haka, la agresiva danza maorí con la que los All Blacks amedrentan a sus rivales del rugby. Son alumnos grandotes, musculados, barriles de testosterona en la plenitud de su vigor. Berreando su haka con gestos nervudos y secos parecen guerreros inmortales. A ellos, como a todos, como al plutócrata del récord, la diosa carnal o el caudillo irremplazable, también les aguarda el gran apagón, la duda final, un miedo cerval o una penúltima esperanza inquieta. Jake, pequeño y herido, ya es mucho más fuerte que ellos. Ha entendido de qué va una partida que siempre se pierde. HORIZONTE RAMÓN PÉREZ- MAURA CUANDO MARIO CONDE ERA LA SOLUCIÓN Puede tener predicamento un retórico sofista, que deslumbra con su palabra al margen de lo que verdaderamente diga S EMANAS atrás tuve el privilegio de participar como jurado en el XV Trofeo Rector de Debate de ICAI- Icade. No disfrutaba de ese tipo de espectáculo de oratoria desde mi adolescencia en el colegio en Inglaterra. Allí participé habitualmente y con diferente suerte en los debates de la Abindong Society sobre los temas más diversos. Algo que en los colegios españoles era casi desconocido. En el caso del debate que me tocó juzgar el mes pasado en la Universidad de Comillas la cuestión planteada era ¿Ha dañado irreparablemente la crisis de Grecia el proyecto de la Unión Europea? Se enfrentaban dos equipos de dos alumnos cada uno. Y, lo que me pareció más fascinante, aunque ambos conocían el tema desde hacía días, sólo en el último minuto se decía a cada uno qué postura debía defender, tras participar los oradores en un sorteo de ambas posturas. Este tipo de debates produce grandes oradores, sin duda. Pero, sobre todo, produce grandes sofistas tal y como entendía el sofismo Píndaro: el que es capaz de defender una cosa y la contraria según le interese. Comenzó, además, a interesarse por la política y la oratoria, bajo la influencia de profesores como el peruano José Carlos Remotti y participó en una liga de equipos universitarios de debate por toda España; su equipo resultó vencedor en el 2000 La cita anterior está tomada de la entrada de Albert Rivera que aparece en Wikipedia. Y es, probablemente, una buena explicación del auge de este joven catalán que deslumbra a muchos como orador, pero que resulta más escaso cuando se analiza el contenido de sus propuestas. Rivera encarna hoy una de las características más acendradas de la derecha española: buscar la forma de romperse. No son muchas sus propuestas programáticas originales y ahí no incluiremos las ocurrencias. Como otras personas brillantes Rivera es visto hoy como una gran esperanza igual que a principios de la década de 1990 había quienes creían que el verdadero líder de la derecha española debía de ser Mario Conde, asentado entonces en la gloria de la presidencia de Banesto, a la que había llegado con 39 años. Tanto se hablaba de aquella posibilidad, que cuando Javier Arzallus descalificó en El País Semanal al conjunto de la derecha española diciendo que se ponía nerviosa fácilmente y se apresuraba a buscar para liderarla al maricón de turno pudo corregir fácilmente su exabrupto aduciendo que le habían entendido mal y que lo que realmente había dicho era el Mario Conde de turno Cuesta entender en base a qué lógica hay quien cree que es mejor una democracia sin mayorías claras, más fragmentada, en la que el poder esté en manos de muchos y sea más difícil definir y atribuir aciertos y errores. Quizá por eso veamos un auge de Albert Rivera y los suyos. Y también por eso pueda tener tanto predicamento un buen retórico sofista, que deslumbra con su palabra al margen de lo que verdaderamente diga. Y llegados a ese punto, es probable que en medio de la crisis catalana, sea mayor el número de votos que capte en las filas del PSOE que en las del PP. Pues el discurso de Sánchez frente a Mas es mucho más melifluo que el de Rajoy. Y, después de todo, nada tendría de raro que un partido que se define como de centro- izquierda en su página web, capte más votos a izquierda que a derecha. Porque ante el problema catalán el aliado natural de Ciudadanos es el PP, no el PSOE del funesto Pacto del Tinell. ¿O sí, señor Rivera?

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