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ABC CORDOBA 05-10-2015 página 22
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ABC CORDOBA 05-10-2015 página 22

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22 CÓRDOBA TRIBUNA LIBRE LUNES, 5 DE OCTUBRE DE 2015 cordoba. abc. es ABC CORDUBA NOSTRA LA PLAZA DEL CRISTO DE GRACIA Y SU ENTORNO INMEDIATO Lo que debería dignificar esta parte de la ciudad, sus mayores hitos urbanos, la están empobreciendo mental, pero en un estado de conservación lamentable. Aparecen manchas de humedad en distintos lugares, unas negras por su antigüedad, otras claras muy recientes; hay desprendimientos varios en los enlucidos; algunos ladrillos de su coronación se han perdido; figuran jaramagos y otras hierbas en algunos sitios, y hay alguna grieta de cierta envergadura. En suma, lo que debía dignificar la plaza, la está empobreciendo. Levantada por los almorávides a finales del siglo XII para la defensa de la ciudad, la muralla del Marrubial es contigua a la iglesia de los Padres de Gracia y, a pesar de ser de tapial, conserva todavía un lienzo de unos 400 metros de longitud con torres cuadradas adosadas a su cara exterior. Es éste el único monumento que queda en la ciudad de aquellos aguerridos norteafricanos. Hace unos años, con motivo de unas obras de restauración que prontamente se interrumpieron, se la cercó con vallas metálicas de ínfima calidad, las mismas que la ciñen y afean hoy, muchos años después, desconocemos si ello es fruto de la desidia o del afán de proteger tan antiguo monumento. Sea lo que fuere, lo único cierto es que la muralla se está deteriorando aceleradamente debido a los agentes atmosféricos y a la falta de conservación, cuya manifestación más evidente son las hierbas que lucen en su coronación. Frente a la cara exterior de la muralla y en terrenos de lo que fue cuartel de Lepanto, a un paso de la iglesia referida y cerca también del lugar donde estuvo el quemadero de la Inquisición, hay dos edificios de aire regionalista y buena factura que fueron construídos a mediados del siglo XX para viviendas de militares. Posteriormente serían vendidas a sus moradores, salvo algunas que todavía conserva el Instituto de Vivienda de las Fuerzas Armadas. Hoy, con sus paramentos sucios y desconchados, sus herrajes oxidados y la carpintería de varias procedencias y colores, presentan un as- A diferencia de esas plazas íntimas y recoletas, peculiares de Córdoba, la del Cristo de Gracia ocupa una vasta extensión que se dispone alrededor de una zona destinada a solaz de los ciudadanos en cuyo centro hay una fuente de indudable valor artístico, trasaladada allí desde Puerta Nueva, donde estuvo ubicada anteriormente. Cierra la plaza por su lado norte la popular e importante iglesia de los Padres de Gracia, careciendo de interés los demás edificios que la circundan y que le dan un cierto aire pueblerino. Muchos cordobeses asociamos este lugar con la Semana Santa y, en concreto, con la madrugada del Viernes Santo, primera ocasión en nuestra juventud que nos pemitían llegar a casa a altas horas de la madrugada para que pudiésemos asistir a la entrada del Cristo de Gracia en su iglesia, acontecimiento en que los mejores saeteros de Córdoba pugnaban por mostrar su pericia y facultades al ofrecer sus plegarias a tan venerada imagen. Hay quien todavía recuerda alguna saeta de María la Talegona allí cantada. Construida en las postrimerías del siglo XVII, la iglesia de los Padres de Gracia es templo muy concurrido por encontrarse en él Nuestro Padre Jesús Rescatado y el Cristo de Gracia, imágenes de honda devoción de los cordobeses. El monumento es de estilo barroco y, visto desde la plaza, tiene cierta resonancia de las iglesias coloniales de América. Su fachada principal- -sin duda el elemento de más valor de la iglesia- -dispone, en la parte inferior, de tres hornacinas con sus correspondientes altares- -el principal, destinado a La Trinidad- más arriba, de cinco ménsulas con distintas imágenes, y, en su coronación, esculturas de la Virgen y dos arcángeles, todo muy artístico y orna- Aspecto de la plaza del Cristo de Gracia ARCHIVO pecto desolador e impropio de una ciudad como Córdoba. La responsabilidad de la conservación de la iglesia y los edificios a que nos hemos referido corresponden a la Orden Trinitaria y los propietarios de las viviendas, pero no debemos olvidar que la normativa de la Administración local asigna a los ayuntamientos la labor de vigilancia y tutela del patrimonio inmobiliario existente en sus términos municipales, a cuyos efectos deben requerir a los titulares de inmuebles fuera de ordenanza por cualquier causa para que adopten las medidas correctoras pertinentes. En caso de ser desatendidos, pueden incoar expedientes sancionadores, llegando, en casos graves, a la realización de actuaciones supletorias con cargo a los titulares de los inmuebles. Igno- ramos si el Ayuntamiento de Córdoba ha hecho uso de estas medidas coercitivas en relación con tales bienes. El caso de la muralla es distinto por cuanto su conservación corresponde a la Junta de Andalucía, cuya conducta es incongruente. Por una parte, se muestra insaciable a la hora de reclamar competencias y, por otra, es poco diligente en la conservación y tutela del patrimonio a ella encomendado. Mucho tendrían que decir los parlamentarios cordobeses, de uno u otro signo, en el Parlamento regional en temas como este. En cambio, parecen preferir el silencio y la inhibición. Lo que nosotros demandamos a la Junta en este caso no es ya que realice en Córdoba una nueva inversión, sino que conserve el patrimonio que administra. ¿Será mucho pedir?

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