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ABC CORDOBA 01-10-2015 página 14
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14 OPINIÓN VIDAS EJEMPLARES PUEBLA JUEVES, 1 DE OCTUBRE DE 2015 abc. es opinion ABC LUIS VENTOSO LOS EQUIDISTANTES Una tercera vía entreguista en Madrid da oxígeno al separatismo E STOY totalmente de acuerdo con el señor Sánchez, el señor Cebrián y otros defensores de la llamada Tercera Vía: parte del problema catalán radica en Madrid. Pero discrepamos sobre en qué parte en concreto de Madrid. Ellos afirman que en La Moncloa, en el insufrible quietismo marianista, un gobernante empecinado, que siendo el presidente de España ha cometido la terrible extravagancia de encapricharse en cumplir la ley frente a unos sediciosos que proclaman abiertamente que desean destruir el Estado. Estoy de acuerdo con ellos en que la crecida de Mas y Junqueras no habría ido a tanto sin la pasividad de Madrid. Pero yo me refiero a otra pasividad madrileña: la de una izquierda que se avergüenza de su país, que con una empanada tremenda confunde España con Franco y ha renunciado a ejercer el más elemental patriotismo democrático. ¿Nociva pasividad madrileña? Pues sí: la de una Tercera Vía que propugna que para salvar el Estado hay que irlo desguazando al compás que marque el separatismo catalán. En Italia, que completó su unificación en el XIX y no goza de nada parecido a las enormes competencias autonómicas españolas, también han brotado cantos separatistas. El último fue el del Véneto, la región de Venecia, con 4,9 millones de habitantes. Vieron lo de Cataluña y plagiaron el guion: Roma nos roba, cada año damos 20.000 millones a los holgazanes del Sur, solos nadaríamos en oro y además nos acompaña la legitimidad de nuestro glorioso pasado como país independiente, ¿o acaso no admira el mundo a la Serenísima República de Venecia? El líder nacionalista, Luca Zaia, se tiró al ruedo e intentó plantear dos referendos, uno para pedir más autonomía y otro, por si colaba, por la autodeterminación. ¿Qué hizo Renzi? ¿Tercera Vía? ¿Propuso cuestionar todo el armazón del Estado italiano, mucho más centralista que el español, para intentar contentar a los separatistas? Pues claro que no. Llevó el desafío al Tribunal Constitucional, como se hace en cualquier democracia normal del planeta, y tumbaron de inmediato la mascarada. En su falló el alto tribunal explicó que las regiones no tienen atribuciones para referendos, pero además añadió esta frase: La consulta sugiere una agitación institucional radicalmente incompatible con los principios fundamentales de unidad e indivisibilidad de la República, que es uno de los elementos esenciales del orden constitucional Prohibido. Y a otra cosa. En España se está juzgando a Mas porque convocó un referéndum inconstitucional, cuyo fin último era tratar de romper el principio básico de unidad e indivisibilidad del Reino de España. Lo hizo además siendo la primera autoridad del Estado en Cataluña. Si la Fiscalía del Estado y los jueces no hubiesen actuado ante un delito así viviríamos en una tierra sin ley. Sin embargo, un relevante periódico madrileño escribe editoriales lamentando que se juzgue a Mas y destacados dirigentes de la marca catalana del Partido Socialista Obrero Español manifiestan su enojo. Solo por desalojar al odiado partido rival, españoles destacados se afanan en dar por muerto un modelo de Estado que sigue teniendo el apoyo de la inmensa mayoría de sus compatriotas. Tristísimo. CAMBIO DE GUARDIA GABRIEL ALBIAC CÉSAR Se llevó en un pen- drive su archivo del infierno. El de Assad. El de sus enemigos de Estado Islámico, ni siquiera lo conocemos L A Fiscalía francesa abrió anteayer procedimiento contra Bashir Al Assad. Por crímenes contra la Humanidad. No soy ingenuo. Sé que esos crímenes llevan años cometiéndose: tantos cuantos Bashir Al Assad lleva presidiendo Siria. Y muchos más, desde que su padre tomó el poder, en 1971, e implantó el modelo sobre el cual fue creado su partido Baaz en los años cuarenta: sección árabe del nacional- socialismo. Nada de lo que, desde entonces, ha sucedido en Siria resulta extraño o imprevisto. Hitler fue el reivindicado maestro del Baaz de los Assad: han tenido cuarenta años para consumarlo. Y todo, desde la necesidad de exterminar a los judíos hasta la aniquilación de cualquier tipo de oposición política o religiosa, estaba germinalmente en la doctrina del partido. Ni Bashir ni su padre se apartaron un milímetro de esa doctrina. La hicieron, eso sí, más funcional, adaptándola a las correlaciones internacionales. El Baaz nazi no tuvo el menor inconveniente en ser aliado de los soviéticos durante la guerra fría. Ni de buscar el paraguas americano cuando era lo más seguro. Ni de cobijarse, finalmente, en la fraternidad chiita de los clérigos iraníes. En Siria se torturó y se asesinó en masa, al abrigo de todos esos aliados. Se tortura ahora y se asesina en masa, al abrigo del pánico internacional ante la irrupción de una versión más salvaje de la misma barbarie: Estado Islámico, variedad suní e ilimitadamente exterminadora de un idéntico desprecio confesional hacia todos los distintos, hacia todos aquellos que, por no ser del todo humanos, son dignos de un tratamiento que dolería ejercer sobre las bestias. No soy ingenuo. Sé que el humanitarismo europeo y el francés en particular creó en Libia la peor de las hipótesis geopolíticas imaginables: el paso de una brutal dictadura a una aún más brutal matanza tribal sin Estado. Pero eso no debe cegarme ahora. La Fiscalía francesa opera sobre un material escalofriante. Que, antes de llegar a las instancias judiciales de París, estuvo en manos de la ONU: el dosier César (http: static. guim. co. uk ni 1390226674736 syria- report- execution- tort. pdf) Quienes lo manejaron en su totalidad hablan de imágenes no vistas desde Auschwitz. Las menos crudas, ésas pocas que ha dado a ver la prensa en estas semanas, son sencillamente insoportables: ojos arrancados, cuerpos desollados, amputaciones diversas, hombres reducidos a esqueleto antes de morir por hambre... Cientos. Cientos. César es, por supuesto, un seudónimo. Que oculta a un personaje más allá de lo que la literatura trágica hubiera imaginado. Un fotógrafo forense. Especializado en accidentes y crímenes. Que un día de 2011 fue captado por la policía política de Assad para crear su archivo. Su oficio consistía en ir fotografiando las distintas fases de la tortura y la muerte. Después, en las grandes matanzas, dejar constancia gráfica de la eficacia del Ejército. Espejo silencioso de un régimen que cultiva la burocracia del horror como instrumento indispensable para que todos sepan lo que habrá de suceder a aquel que oponga cualquier resistencia al déspota. Lo que habrá de sucederle a él y a toda su familia. Y a todos sus amigos. Y a todos cuantos pudieran tener una relación, aun lejana, con él. 55.000 fotos. César no hacía nada. Sólo mirar y fijar imágenes. Hasta que ya no pudo. Huyó. Se llevó en un pen- drive su archivo del infierno. El de Assad. El de sus enemigos de Estado Islámico, ni siquiera lo conocemos. Infierno frente infierno.

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