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ABC CORDOBA 28-08-2015 página 67
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ABC VIERNES, 28 DE AGOSTO DE 2015 abc. es estilo ESTRENOS DE CINE ABCdelVERANO 67 La sangre que no es posible limpiar UN DÍA PERFECTO Dirección: Fernando León de Aranoa. Intérpretes: Benicio del Toro, Tim Robbins. J. M. CUÉLLAR Hay agujeros negros en la Historia, esos que la propia Historia oculta con terrores más horrendos. Como la guerra que hay dentro de la guerra, esa que no es el frente, ni los combates, ni las bombas ni los disparos, ni mucho menos el bayoneta contra bayoneta y los pechos destrozados por el cruel metal. Es la guerra oculta, la que sucede como consecuencia de... Los vecinos que denuncian a los vecinos, que les queman la casa, que les ponen minas alrededor, que ponen vacas en el camino para que des el rodeo y allí, justo allí, qué casualidad, está la mina que te manda al más allá. Es el odio oculto que no tiene más cuchillos que el alma descubierta por el rencor, que es más peligroso que la vida o la muerte cara a cara. Ahí ha entrado Aranoa, pero no a saco, sino con sutileza, que es más difícil de narrar y de rodar. Lo ha hecho con el fino, y a la vez grueso, cordel que mantienen los cooperantes en esta guerra, en cualquier guerra. Es un rela- to desgarrador y, como tal, Aranoa lo ha intentado suavizar con el humor, asunto en absoluto baladí porque es tan real que mantiene sujetos a estos héroes anónimos a la cruda realidad. Es cierto que la ha pifiado con la banda sonora, quizás intentando dar cuerda a ese personaje medio loco, medio excéntrico que encarna con su maestría habitual Tim Robbins, pero que te aleja de la profundidad de la historia. Sin duda es algo buscado: despejar el drama, alejarlo, mirar el horror con cierto desapego, y por ahí también encuentra su gran- deza la película, que tiene más capas que una cebolla. Y, claro, tiene a Benicio, que son palabras mayores. Benicio siempre es otra cosa porque hay pocos actores capaces de hablar sin palabras, de producirte pánico en silencio, de confortarte sin una sola frase. Es en ese balance de los locos cuerdos, de los parlanchines habladores, del ordenado caos, donde Aranoa tira sus naipes y relata la crueldad de todo, el sinsentido de la guerra, allí donde reina el absurdo y muere la razón, allí donde, como dice el libro de Farias, la sangre se hace tan difícil de limpiar. Una obra casi maestra. Estampas de una poetisa zíngara PAPUSZA Dirección: Joanna Kos y Krzysztof Krauze. Intérpretes: Jowita Miondlikowska, Zbigniew Walerys y Antoni Pawlicki. OTI RODRIGUEZ MARCHANTE teresante sobre la naturaleza humana: el odio de los vecinos, las minas, que cuando se acaba la guerra siguen ahí. Es un contexto más interesante que el de los combates, que es algo mucho más obvio. ¿Cómo lleva la dupla documentalista- director de cine? -Yo me considero un contador de historias cuyo principal motor es la curiosidad por las cosas. A mí me enamora más la ficción que el documental. El documental pasa delante tuyo y es difícil abordarlo porque hablas de algo real. -Son héroes atípicos estos- -Es lo que decía Benicio. Lo son simplemente por estar ahí, porque no son muchos los que están dispuesto a hacer este trabajo. -Usted que ha estado en muchos frentes y zonas de conflicto, ¿cómo se entiende tanto odio? -No lo sé, no lo sé. Es algo terrible. Lo que sientes es que estas guerras y estos odios son muy fáciles de comenzar y muy difíciles de parar. Había un chico en Uganda que lo explicaba muy bien. Decía que una guerra no se termina cuando se firma la paz. Las guerras despiertan una inercia que son imposibles de parar después. Por eso decidimos emplazar la acción justo en ese momento entre el final de la guerra y el principio de la paz, que son instantes de confusión. En una de las veces que estuve en zona de conflicto, justo en Bosnia, la sensación que me quedó sobre todo fue de eso, de confusión. Hicimos punto de partida. Tienen que aprenentrevistas a gente desplazada y na- der a manejar la impotencia y a lidiar die entendía qué estaba pasando, no con ella. Creo que eso es lo más difícil. sabían ni en qué lado del frente esta- Quería que la película reflejara esa ban. Nos lo preguntaban a nosotros. energía, mucha acción y poca refleEra una sensación desoladora. xión, sin discursos, con un cierto de- ¿Y, visto lo visto, es sapego. optimista respecto al- ¿Por qué estos actoElección de futuro? res en concreto? actores- -Lo soy, lo soy. Mientras- -En primer lugar, es Tuve que esperar a haya gente como esta, obvio, porque son fanBenicio un año, que está dispuesta a dar tásticos, pero cómo su pero era necesario mucho para cambiar las pregunta va más allá le porque sabía que él cosas y mejorarlas, creo diré que a Benicio yo le entendería muy que hay que ser optimisconocía hace tiempo y bien la poética de la ta. Somos capaces de lo pensaba que eso facilihistoria. En cuanto mejor y de lo peor. taría el acercamiento. a Robbins aporta- ¿Barajó la idea de roHe disfrutado mucho ese personaje que él dar en los Balcanes? rodando con él porque- -Sí, sí. Estuvimos misabía que era un actor define acertadamente como un rando en sitios donde que podía entender alma en llamas muy bien la poética de yo ya había estado. Mila historia y el perfil de ramos en Herzegovina los trabajadores. En y también en España. El cuanto a Robbins, fue paisaje es muy pareciel siguiente paso. Le do. Intento hablar de mandamos el guión, cualquier guerra, no nos reunimos y quisolo de esa. so aportar ese per- ¿De qué pasta essonaje que tiene tán hechos los cooun poco de perantes? punk- rock. Esa- -De resistencia soclave la entendía bre todo porque el muy bien porque es mayor enemigo músico y es rockero. para ellos es el Le venía bien ese padesánimo, no popel que él calificaba der resolver las code alma en llasas, el tener que mas volver siempre al Hay que buscarle la flor al cardo. Una película polaca, de andamiaje macizo, en blanco y negro y que narra capítulos cruciales de la vida de la poetisa gitana Bronislawa Wajs, conocida por su nombre romaní de Papusza. En efecto, a simple vista pinchos por todos lados, pero, entre lo espinoso, la florescencia malva de la trágica historia de esta mujer atrapada como en estampas, en vez de secuencias, que le provocan a la pantalla una insólita visualidad de imágenes fabulosas, arrancadas no a la realidad sino a la fábula, e impregnadas de una música tan cromática que alimenta el ocre de la fotografía y el contraste de un blanco contra un negro que huele a viejo maestro ruso. El guión y la dirección de Joanna Kos y Krzystof Krauze buscan, como su música y su luz, que la realidad quede disuelta en la fábula y alternan épocas y estampas, los saltos de tiempo, para que la vida capitular de Papusza tenga ese aire nómada de caravana que va y viene de su infancia a su vejez, y vuelta a su juventud y posterior declive. Y un fondo convulso de Europa central de mitad de siglo, con la persecución nazi a judíos y gitanos y con aliño costumbrista de ese pueblo incómodo, soñador, orgulloso y errante para el que la escritura y la memoria eran una amenaza, y tan hecho a ser repudiado como a repudiar. La figura de Papusza, su originalidad poética y su esencia romaní, no queda tan bien encuadrada en la película como el impresionante envoltorio que la cubre: mira la figura, pero hipnotízate con el fondo.

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