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ABC CORDOBA 11-08-2015 página 22
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ABC CORDOBA 11-08-2015 página 22

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22 CÓRDOBA MARTES, 11 DE AGOSTO DE 2015 cordoba. abc. es ABC TRIBUNA ABIERTA El sueño de la alcaldesa Por GRUPO EPIQUEYA Daría acogida en su círculo a todo aquel que compartiera su entusiasmo para sacar de esta tierra pobre una excelente cosecha. Quizá ese deseo dejaría pronto de ser un sueño. Pero Calderón decía: los sueños, sueños son La realidad de su poder quedó demostrada cuando exilió al crucificado que estaba en una sencilla vitrina en el Ayuntamiento cerca de su despacho. También cuando decidió dejar sin capacidad de conmutación a los cordobeses que viven en Villarrubia, el Higuerón y Alcolea. Su frialdad ante la laicidad de su partido y acompañantes quedó demostrada al dejar tranquilo al San Rafael de Antonio del Castillo. Su progresismo quedó falsamente demostrado cuando izó la bandera arco iris en el Ayuntamiento donde sólo deben ondear las banderas oficiales y obligadas por ley. Le recomendamos por el bien de los cordobeses que deje los sueños a un lado, y que trabaje con eficacia, seriedad y compromiso con todos para procurarles el bienestar que se merecen. L A Alcaldía, como triunfo, no había sido completa satisfacción pues en lugar de experimentar júbilo y complacencia se sintió aterrada ante la posibilidad de acabar en duro desconcierto. La alcaldesa había demostrado mucho arrojo al aceptar el cargo con una mayoría muy minoritaria. Su sonrisa se debía sólo a la excitación del glorioso momento. Una vez que aquel hubo pasado y se recluyó en su hogar, los latidos de su corazón frenaron su marcha. Cuando tuvo tiempo de recordar con detalle la composición de su gobierno junto a Izquierda Unida y analizar a las personas con las que tenía que gobernar la ciudad, rememoró no solo su difícil infancia sino las adversidades superadas dentro de su propio partido político. Tras hacerse la oscuridad, en soledad con su bastón de mando, decidió superar el abatimiento y dejar el lúgubre silencio. Silbó y cantó para espantar los fantasmas que acosaban a su gobierno. Había comprendido que ella era sólo un peón en el juego de los partidos políticos que deseaban tomar el poder, a toda costa, en ese Ayuntamiento. Había tomado la decisión de no dejar el presupuesto exhausto ni reducido a cenizas. No permitiría que los cordobeses fuesen con sus microempresas arrendatarios de los servicios municipales. El cambio de color en el gobierno municipal había conmovido a la ciudad de Córdoba. La complejidad del cambio, el sí y el no de quienes se autotitulan Ganemos, las ariscas escenas, que tuvieron lugar durante las largas horas de negociación, a pesar de la sonrisa que provoca ser depositaria del mando que no del poder, le había dejado un terrible estado de aturdimiento. Pero la alcaldesa dispone de una combinación, poco frecuente, de discernimiento y humildad por lo que probablemente sus cogobernantes tendrán auténtico placer de trabajar con ella, a no ser que la perturben los sofismas de Ganemos y las tautologías de Izquierda Unida. Si trabajaba con honradez, se dijo, terminaría su mandato cansada pero ilesa. El primer día que se aposentó en su despacho descubrió en ella una mezcla de esperanza y aflicción. Esperanza de que el empleo creciente inyectara vida en la ciudad; aflicción porque no siempre podría hacer justicia. Cuatro años pronto pasan y eso le hacía perder entusiasmo, pues le perseguía una co- rriente subterránea de temor. SoNo le importaba la insensibiliñaba con que toda la ciudad oliera dad de esas ruinas. Su pasado era a pan recién horneado para que na- una historia que conducía a otra, die quedase hambriento. Con una que el ayuntamiento no era un misCorredera repleta de panes: pan de terio sino algo abordable que le pociruelas, de soja, de ajo, de sándalo, día conducir al éxito. Se dijo a sí de pequeñas figuras para los niños misma, si con una palanca se puinapetentes. Este soñar le producía dieron colocar estas pesadas pieconsuelo reparador tras el primer dras ¿por qué no iba ella a poder hadía, como alcaldesa, porcer de Córdoba un cieque se cuidaría de la lo? Ella no era mujer Despacho igualdad. fría, cruel, insensible La realidad de sino cariñosa, imagiSoñaba con hacer de su poder se Córdoba una ciudad nuenativa, calladamente demostró va en la que flotara aroapasionada de su proma de casas flamantes, cuando exilió al yecto como alcaldesa; que crecieran las flores Crucificado de odiaba la terquedad en en sus plazas y jardines el ser humano, la falsu vitrina para alejar los olores del ta de inteligencia en pestilente gasoíl. No le algunos de su partido. agotaba empezar esta nueva em- y encontraba insoportable la soberpresa pues pretendía salvar a mu- bia de quienes gobiernan. chas personas de la penuria. Pero, Cuando despertó del sueño estacada vez que en el sueño se enfren- ba convencida de superar el reto, de taba a los sillares del templo de Clau- eliminar esa corriente de inseguridio Marcelo, las columnas y muros dad que inhibe a las gentes y que se le antojaban sombras en su go- llega a paralizar todo tipo de embierno. La frialdad de aquellas pie- presa. dras no era buen augurio para sus No necesitaba un milagro, sino proyectos. superación, cooperación, esfuerzos. La alcaldesa de Córdoba, Isabel Ambrosio, en su investidura ABC

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