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ABC CORDOBA 16-07-2015 página 59
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ABC CORDOBA 16-07-2015 página 59

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ABC JUEVES, 16 DE JULIO DE 2015 abc. es sociedad SOCIEDAD 59 Marco, el bebé milagro de Madrid Pensamos que su vida se apagaba La Guardia Civil halla a un recién nacido en un contenedor de basura y a punto de morir M. J. ÁLVAREZ MADRID A Marco, como ha sido bautizado por las enfermeras del Hospital del Henares (Coslada) el destino le tenía reservada una segunda oportunidad. Su sino era otro, pese a que alguien sin escrúpulos lo arrojó a primera hora de la mañana de ayer a un contendor soterrado de restos orgánicos en Mejorada del Campo (Madrid) antes de que pasara el camión de la recogida. De haberlo hecho, si nadie lo hubiera oído llorar o si el rescate se hubiera prolongado, habría muerto sin remedio. Por suerte, lo ha podido contar. Tiene entre una semana y diez días y está en perfecto estado de salud. Ahora la Policía Judicial de la Guardia Civil está buscando a sus padres o a la persona que lo arrojó al contenedor, para esclarecer el caso. No descartan ninguna hipótesis. Sus tres ángeles de la guarda son Rafael Diéguez, un joven de 29 años, y dos agentes del Instituto Armado, Carlos Rodríguez, de 35, y Andrés Moyano, de 30. Rafa, como lo llaman sus allegados, sacó a sus dos perros a primera hora de la mañana. Estaba en la avenida de los Toreros, en una zona verde muy poco transitada. Eran poco más de las siete cuando, al pasar junto a unos cubos de basura, un ruido que procedía del interior de uno de ellos llamó su atención. Era como el maullido de un gato explica a ABC. Íbamos a sacar a un gato Miró a su alrededor y vio de lejos a Daniel Marín, con quien suele coincidir paseando a los canes. Él hace otra ruta, pero le pedí ayuda para sacar al animal. Se acercó y cuando levantamos la tapa del contenedor nos quedamos conmocionados: parecían gemidos de un bebé. Luego, se hizo el silencio. Alarmado, llamé a la Policía Local relata. Eran las 7.10 horas. De inmediato, comunicaron los hechos a la Guardia Civil. A 200 metros se encontraba la patrulla de Carlos y Andrés, que llegaron dos minutos después. Se oían llantos agónicos de un niño y activamos al Summa, a los bomberos y a los servicios municipales para que trajeran una grúa del servicio de recogida de basura, la única forma de poder resca- tarlo precisa Carlos. Los minutos se nos hicieron horas. La grúa no llegaba y el crío dejó de llorar. Barajamos la posibilidad de introducirnos para rescatarlo, tiene varios metros de profundidad, pero podíamos aplastarlo y no cabíamos narra. A las 7.35, entre la impotencia por no poder hacer nada y la desesperación por si moría, llegó el vehículo agrega Andrés. Con ayuda de los operarios, levantaron el contenedor con sumo cuidado y lo depositaron junto al césped. Rompimos una esquina y fuimos sacando entre treinta o cuarenta bolsas. Estaba en la parte superior y pesaba un poco; era negra y dentro había una mochila cerrada herméticamente, del mismo color; al abrirla, vi un bracito y saqué al bebé, que estaba envuelto en sábanas relata Carlos, padre de dos hijos de 2 y 13 años. Eran las 7.40. Lo cogí y lo apoyé contra mi pecho. Respiraba con dificultad, pues le faltaba oxígeno, estaba muy pálido, tenía el ritmo cardíaco acelerado y la cicatriz del cordón umbilical era reciente. Lo acaricié, le hablé, traté de estimularlo, pero no reaccionaba. Lo pasamos muy mal. Pensábamos que su vida se apagaba, que se nos iba. Hasta que a un kilómetro del hospital, en una rotonda, rompió a llorar indica aliviado. Andrés condujo a toda velocidad. A las 7.45 estábamos ya en el hospital, cuando se tarda más de diez minutos. De Urgencias pasó a planta. Está perfecto y durmiendo asevera Carlos. Su compañero afirma: El tiempo ha corrido a nuestro favor. Si no llega a pasar ese chico, con los gases de la combustión de la basura y el calor de la chapa del cubo, Marco no estaría vivo Quienes tampoco olvidarán lo sucedido son Rafa y Daniel: El rescate se me ha hecho interminable. Todo ha ocurrido en veinte o treinta minutos. Ha sido terrible. Mientras sacaban la basura, como dejó de llorar, pensaba: ojalá sea un gato que se ha asustado por el ruido. Cuando vi al niño, al que le habían dejado un biberón, me eché a llorar Su amigo asentía. Marco, el bebé rescatado ayer en Mejorada del Campo (Madrid) descansa en el hospital ABC El tiempo jugó a su favor Si no llegan a oírle, con los gases de la combustión de la basura y el calor no habría sobrevivido dicen los agentes Un hombre pasa junto al contenedor donde estaba el pequeño ISABEL PERMUY

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