Archivo ABC
ArchivoHemeroteca
ABC CORDOBA 09-06-2015 página 15
ABC CORDOBA 09-06-2015 página 15
Ir a detalle de periódico

ABC CORDOBA 09-06-2015 página 15

  • EdiciónABC, CORDOBA
  • Página15
Más información

Descripción

ABC MARTES, 9 DE JUNIO DE 2015 abc. es opinion OPINIÓN 15 MONTECASSINO UNA RAYA EN EL AGUA HERMANN EFICAZ BUCOLISMO BÁVARO En Elmau, Obama ha hecho lo que debió hacer meses antes: exigir a los griegos que realicen las reformas los norteamericanos les fascinan los paisajes alpinos de Baviera. Hace ya mucho más de medio siglo se volvió a casa Walt Disney con la imagen de Neuschwanstein, un castillo tuneado hasta el disparate por Luis II de Baviera, para convertirlo en el de Blancanieves. Y no lejos de allí estaba también la guarida del ogro, la casa de montaña de Berchtesgaden, allí en lo alto, cerca de la frontera con Austria que el monstruoso austriaco hizo desaparecer. Ha sido uno de los lugares turísticos favoritos de los norteamericanos desde que su propietario se encerró en un búnker de Berlín. Ahora ha venido Barack Obama al G 7, al Palacio de Elmau, un prodigioso hotel de la Belle Époque en un prodigioso paraje no lejos de la frontera con el Tirol austriaco y su capital, Innsbruck, y todo indica que en esta cumbre del G- 7 ha habido varios motivos reales para la satisfacción. En esta ocasión el buen rollo no ha sido solo teatralidad de los líderes mundiales. Había mucha cuestión que tratar, alguna urgente, como el terrorismo. Pero ninguno de los participantes venía con un problema propio acuciante que pudiera generar tensiones especiales. Y son varios los frentes en los que todos se congratulan de avances. Tanto en la situación económica mundial, en la que constatan una mejoría, como en cuestiones de control A financiero o el progreso en las negociaciones del TTIP, la gran apuesta por la libertad económica en un ámbito trasatlántico, que podría estar ya en su fase final. Sin dejarse engañar por el idílico lugar, todos podían constatar que no estamos ni mucho menos en el peor momento de los últimos años. Y hasta Obama, nunca generoso en su corta empatía hacia socios con problemas, ha evitado nuevos consejos gratuitos a los europeos en la crisis con Grecia. Consejos que han irritado y llevado a gentes cercanas al Gobierno de Merkel a sugerir a los americanos que, si les parece aceptable la obstinación del Gobierno ultra de Tsipras, les paguen ellos a los griegos los 50.000 millones que necesitan, de momento, para sus lujos socialistas. En Elmau, Obama ha hecho lo que debió hacer meses antes: exigir a los griegos que realicen las reformas que demandan sus socios, porque sin ellas se hundirán. Sin un cambio radical de actitud de su Gobierno, Grecia no tiene salvación en el euro. Hubo plena sintonía en la cuestión ucraniana. Vladímir Putin no puede esperar ninguna reducción de sanciones mientras no cumpla los acuerdos de Minsk. Por el contrario, quedó clara la determinación de intensificarlas si Rusia prosigue con su agresión militar, como es el caso estos días. El eje MerkelObama ha funcionado de forma muy fluida y eficaz y sin rastro de los recelos y lastres que tuvo su relación recientemente por la crisis de los espías. Después de unas temporadas muy tormentosas para muchos de los presentes, lo cierto es que el bucolismo de la campiña prealpina bávara parece haber propiciado ese ambiente que tanto gusta a la anfitriona Merkel. Que consiste en transmitir la impresión de cohesión en frentes conflictivos de actualidad como la invasión rusa en Ucrania, el terrorismo islamista o la crisis griega, pero también unidad en proyectos globales. El anuncio de que el G- 7 proyecta para este siglo la plena decarbonización es decir, el fin del uso de todo combustible fósil, no es solo una llamada de atención ante la Cumbre del Clima de París. Es marca Merkel, ese poquitín de ideología a largo plazo. En el marco de una cordialidad eficaz que ha hecho desaparecer tensiones entre miembros de la alianza occidental que llegaron a alarmar hace unos meses. IGNACIO CAMACHO LOS PACTOS Y LAS VESTALES El de Ciudadanos constituye un raro caso de partido al que tal vez en el fondo no le gusten sus propios votantes ON alguna improbable excepción de última hora ¿Cádiz? el Partido Popular perderá el próximo sábado todas las capitales donde la izquierda en conjunto sume mayoría absoluta, y tal vez algunas más en las que Ciudadanos decida pasarse al bloque de desalojo. Ésta es la realidad subyacente en la cháchara de unos pactos en los que sólo se discuten cuotas de poder y cláusulas de garantías mutuas. El resultado final está decidido desde la noche del 24 de mayo y consiste en una coalición contra la derecha allá donde la aritmética permita formarla. Si el descalabro popular no va a ser mayor se debe a que Albert Rivera sabe de dónde proviene la mayoría de sus votos, aunque algunos de sus dirigentes de vocación socialdemócrata prefieren ignorarlo; en este sentido C s constituye un raro caso de partido al que acaso en el fondo no le gusten sus propios votantes. A Rivera tampoco le agrada demasiado actuar de tabla de náufrago con una organización a la que acusa de corrupción estructural, pero en los ayuntamientos le queda el recurso de abstenerse para permitir que el automatismo de la ley proclame alcalde al candidato más votado. Sin embargo en las autonomías se va a tener que mojar y a tal efecto anda diseñando compromisos compensatorios para repartir apoyos de un modo que no menoscabe su autoasignado papel de vestal de la limpieza democrática. En Valencia, donde la corrupción del PP alcanza rasgos paroxísticos, ha tenido la suerte de sacar un resultado insuficiente que le libera de buscar excusas para no salvarlo. Su gran prueba está en la Comunidad de Madrid, con todo su peso simbólico y mediático. Sucede que allí la facturación electoral de C s se residencia muy principalmente en zonas de sociología conservadora o moderada cuando no constituye un correlato lineal de la sangría de los populares, por lo que propiciar un vuelco en favor de la izquierda puede arruinar gran parte de sus expectativas en las próximas generales. Rivera, que ha tomado el control de la decisión mediante un golpe de autoridad contra sus cuadros madrileños, debe de andar rezando a los dioses para que el marianismo se trague la purga reformista que le ha recetado. Pero hay asesores muy retorcidos que le sugieren a Rajoy el arriesgado órdago de sacrificar la joya de su corona para desmantelar cualquier competencia en su espectro ideológico. Sería un error descomunal; en su actual declive el Gobierno no tiene capacidad de resistir el bombardeo que le caería encima si pierde su bastión estratégico. En la amura de babor todo está más claro: juntos y si es menester revueltos para asaltar las instituciones y echar de ellas al adversario. En el centro derecha, en cambio, hay un sector que aún no ha decidido si le merece la pena el poder. Tal vez porque en su virginal y desconfiada naturaleza regeneracionista todavía no esté seguro de cómo y para qué usarlo. C JM NIETO Fe de ratas

Te puede interesar

Copyright (c) DIARIO ABC S.L, Madrid, 2009. Queda prohibida la reproducción, distribución, puesta a disposición, comunicación pública y utilización, total o parcial, de los contenidos de esta web, en cualquier forma o modalidad, sin previa, expresa y escrita autorización, incluyendo, en particular, su mera reproducción y/o puesta a disposición como resúmenes, reseñas o revistas de prensa con fines comerciales o directa o indirectamente lucrativos, a la que se manifiesta oposición expresa, a salvo del uso de los productos que se contrate de acuerdo con las condiciones existentes.