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ABC CORDOBA 25-05-2015 página 15
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ABC CORDOBA 25-05-2015 página 15

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ABC LUNES, 25 DE MAYO DE 2015 abc. es opinion OPINIÓN 15 EL CONTRAPUNTO UNA RAYA EN EL AGUA ISABEL SAN SEBASTIÁN UN ESCENARIO ENDIABLADO El descalabro del PP exige que Rajoy asuma responsabilidades pensando en las generales IENTRAS escribo estas líneas, con el ordenador de Interior arrojando todavía los últimos datos del escrutinio, por ejemplo en Madrid, los altos mandos de los partidos redactan argumentarios al uso destinados a convencernos de sus buenos resultados. La autocrítica se estila poco. La humildad es una rara virtud, más necesaria que nunca. Lo urgente a estas horas para muchos parece ser sobrevivir, lo cual requiere imaginación en la venta del veredicto. El PP jaleará su victoria sin mentir, puesto que ha sido el partido más votado, aunque el descalabro sea monumental y apenas haya aliados que permitan conservar parte del poder perdido a costa de compartirlo y o rectificar rumbos. Las mayorías absolutas del 2011 quedan para la Historia en todas las comunidades autónomas, y lo mismo ocurre con los grandes municipios, algunos de los cuales cambiarán de manos. En Cataluña, País Vasco y Navarra, amenazadas por el secesionismo, se pierde el rastro de sus siglas, lo que constituye un fracaso clamoroso, amén de una grave amenaza dado el alarmante avance del nacionalismo excluyente, que se hace fuerte en el viejo reino con su marca más siniestra: Bildu. Pero lo más significativo es la pérdida rapidísima del caudal de confianza recibido hace tres años en beneficio de la abstención. Alguien debería reflexionar sobre los porqués de este abandono y alguien, probablemente Rajoy, habría de pagarlo como se pagan estas cosas en política, aunque albergo pocas esperan- M zas al respecto. Es más fácil buscar excusas o confiar en el miedo con vistas a las generales que asumir responsabilidades. El PSOE tiene igualmente motivos para la preocupación. Ha perdido el segundo puesto en la ciudad de Madrid, donde Carmona tendrá que conformarse, en el menor de los casos, con el papel de escudero de la podemita Carmena, y retrocede en papeletas prácticamente en toda España, además de eclipsarse en su antiguo feudo catalán. Sus portavoces nos contarán que recuperan Sevilla y pueden entenderse con Podemos en algunas plazas, como Extremadura, firmando de ese modo su condena a muerte aplazada, pero saben que caminan hacia el abismo al que ya cayeron los socialistas griegos y también los italianos. Les queda el reducto andaluz y la guerra civil en ciernes que ya afila los cuchillos. Susana Díez y Pedro Sánchez tienen por delante un duelo por ver cuál de los dos gestiona a medio plazo los restos del naufragio. Podemos ha irrumpido con fuerza en el escenario y, si nadie lo remedia, empezará su asalto al cielo por la mismísima capital. El descalabro del puño y la rosa impide la formación de frentes populares en otras muchas fortalezas puestas en el punto de mira, pero Iglesias sienta sus reales en dos villas emblemáticas. Veremos lo que dan de sí la jueza y la líder okupa al frente de los destinos de Madrid y Barcelona. Si los coletudos permanecen unidos, a pesar de Monedero, echarán su cuarto a espadas en las generales, donde el previsible encamamiento municipal con los del puño y la rosa juega claramente a su favor y en contra del debilitado Sánchez. Por último, Ciudadanos sale de la contienda con un sabor agridulce en la boca, ya que queda muy lejos de recuperar el cuantioso voto huido de los populares. Rivera adquiere, no obstante, un poder considerable. No hay lugar ya para el discurso de la ambigüedad, pues le es preciso mojarse a fin de constituir gobiernos allá donde sus escaños marquen la diferencia. Son necesarias coherencia, valentía, flexibilidad e inteligencia para demostrar a sus votantes que no han dado un salto al vacío. Es hora de negociar pensando en el interés general. Si los elegidos no están a la altura exigida, las generales pueden ser demoledoras para España, que se juega en esa lid la confianza internacional. IGNACIO CAMACHO UN ERE POLÍTICO El PP resiste en precario a costa de sufrir un ERE político, un despido masivo de cargos. El Gobierno lleva el motor gripado I las elecciones las gana, como parece obvio, el que tiene más votos, el PP ha ganado por los pelos las de ayer. El pírrico triunfo cuantitativo le sabrá amargo porque ha sufrido una sangría de apoyos, ha disipado sus mayorías absolutas, se ha descalabrado en su simbólica ciudadela de Madrid y con alta probabilidad va a perder significativas cuotas de poder. Todo un ERE político, un despido masivo de cargos públicos. Rajoy ha cumplido más mal que bien su principal objetivo, que era el de encabezar el partido más votado; con el resultado de ayer volvería a ganar, aunque en minoría insuficiente y muy raspada, las generales. Aunque desde su perspectiva de resistencia haya salido vivo del trance, los costes son muy altos y dan más sensación de desplome progresivo que de atisbos de remontada. El Gobierno lleva el motor gripado y su estrategia está bloqueada; no le acaba de funcionar el discurso de la recuperación, ni el de la estabilidad, ni siquiera el del miedo. Todos los errores de estos tres años de Gobierno la falta de respuesta a la corrupción, el desprecio por la sensibilidad política, el desamparo de sus sectores naturales de apoyo han cristalizado en un ajuste de cuentas ejecutado a la mínima oportunidad por el electorado. El fracturado centro- derecha está en riesgo como proyecto de mayoría social. El bipartidismo ha resistido en conjunto, refugiado en los votantes de edad madura, la embestida de los emergentes a costa de perder estabilidad y mucha masa crítica: adelgaza hasta poco más del 50 por ciento. El balance del PSOE de Pedro Sánchez resulta inverso al de su adversario especular: puede compensar su insuficiente facturación en votos con el gobierno de algunas autonomías y ayuntamientos en coaliciones multipartidistas. En Madrid, Barcelona y Valencia ha cedido ante el empuje de candidaturas radicales, lo que deja su condición de alternativa nacional demasiado condicionada por la fuerte presencia de Podemos. El partido de Pablo Iglesias le está quitando el voto útil en las grandes zonas urbanas y ese éxito sugiere su capacidad de mediatizar la hegemonía de la socialdemocracia en el bloque de izquierda. O por lo menos de desplazarla de su vocación moderada. La otra formación nueva, Ciudadanos, adquiere enorme peso cualitativo sin obtener ningún triunfo absoluto. Su papel de bisagra va a resultar decisivo para la gobernabilidad de muchas instituciones y también, en la medida en que Albert Rivera sepa manejarlo, para sus propias expectativas nacionales. C s tiene en su mano la facultad de decidir activa o pasivamente quién va a gobernar y dónde, y ése es un compromiso que implica consecuencias indeclinables. Su gran desafío consiste ahora en interpretar y proyectar el sentido de sus votos. Se ha acabado la hora de las lecciones teóricas y empieza la de asumir riesgos y responsabilidades. S JM NIETO Fe de ratas

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