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ABC CORDOBA 05-05-2015 página 17
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ABC CORDOBA 05-05-2015 página 17

  • EdiciónABC, CORDOBA
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ABC MARTES, 5 DE MAYO DE 2015 abc. es opinion OPINIÓN 17 VIC DESDE MI RINCÓN JOSÉ LUQUE VELASCO LA DIGNIDAD Y EL VOTO Espero que todos los partidos estén de acuerdo en que nada es más necesario para Córdoba que votar en libertad y con dignidad L PASAR EL RATO das en el estadio de El Arcángel- -total, para lo que hay que ver- -y la ciudad volverá a su antiguo trato con la resignación. Gracias, beneméritos futbolistas y dirigentes todos, por no haber permitido que Córdoba se apoltrone en el confort burgués de la gloria, como Madrid o Barcelona, ciudades viciosas y corrompidas por su familiaridad con el éxito. Se estaba debilitando nuestra personalidad como pueblo, duro, que sabe de penas. Y si algún día el equipo vuelve a subir a Primera porque el rival esté diezmado por la gastroenteritis, podremos perdonárselo. Porque ahora sabemos que no será más que una aventura fugaz, locuras de juventud, nada serio llamado a durar. Lo importante es que mantengamos la fe en el descenso; que no se rompa, después de tantos años, el sagrado vínculo con la monotonía en zapatillas de deporte. Todo reside en la costumbre, como nos enseñó el maestro González Ruano. Una vieja manía, una vieja chaqueta. Los amigos, los bares y las calles de siempre... Nosotros teníamos la costumbre de Segunda, y no se nos puede pedir un esfuerzo moral para el que no estamos preparados. Primera es una patria deportiva ajena a nuestra alma. No nos trae cuenta. Gladiadores de la decepción, héroes de la derrota, arquetipos del fracaso: bajo vuestras botas crujen hoy las hojas secas de tantas ilusiones que el viento de mayo arrastra hacia el Guadalquivir. Tenemos los políticos que nos merecemos. O no. O no todos. ¿Tenemos también los futbolistas que nos merecemos? Política y fútbol, ¿son cosas parecidas? ¿Es el fútbol la política en calzoncillos? Parece que ellos son todo lo que nos ha quedado después de dos mil años de civilización y de haber sido un día la capital del mundo. Pero si alguna vez nos faltaran, quedaríamos reducidos a nuestra vida interior, con lo aburrido que es eso. Mientras estamos en el estadio o en campaña electoral no nos acordamos de la tumba, nos pasa igual que a los goliardos con la taberna. Lo malo es que cuando venga la muerte tenga sus ojos, como en el poema de Pavese. La muy noble, la muy grande, la muy querida ciudad de Córdoba merece un equipo de Primera División. El Córdoba CF, no. Caminos alejados. Vidas separadas. Destinos distintos. Ella, en primera; él, en segunda. Que se besen, a pesar de todo, por si salta la chispa. JOSÉ JAVIER AMORÓS VOLVER Gracias, futbolistas y dirigentes, por no haber permitido que el Córdoba se apoltrone en el confort burgués de la gloria H A costado mucho, porque un fracaso necesita estudio y preparación. Hemos tenido que sacrificar a dos entrenadores para que todo siguiera igual con el tercero, qué sutil estrategia; meter astutamente tres goles en la portería propia y recibir sin emoción los de los otros; no ganar un partido durante diecisiete seguidos, lo que únicamente puede alcanzarse mediante una firme y obstinada voluntad de derrota; y gracias a que en el funeral contra el Barcelona brillaron algunos relámpagos de calidad, perdimos sólo por ocho a cero. Y lo más duro de todo: decepcionar a miles de cordobeses de buena voluntad y mejor paciencia. Pero nada importante se consigue sin un poco de sufrimiento. Y ya ha vuelto el Córdoba CF por donde solía, a la aventura en lo gris, a la rutina, al encanto mínimo y poético de lo cotidiano, a frecuentar a los equipos compañeros de tantos años, a los que el ascenso nos llevó a mirar por encima del larguero. Ya estamos otra vez en casa, en nuestro querido y desgastado sofá de segunda, con la vieja televisión en blanco y negro sobre el mueble bar y en la pared una fotografía sepia del Triunfo de San Rafael, que es el único triunfo que conocemos. Daremos una gran fiesta para celebrar que hemos vuelto con la familia. Queridos hermanos del Alcorcón, del Albacete, la Ponferradina, del Llagostera, el Leganés, ¿cómo habíamos podido olvidaros? Hemos vuelto. Todo es como siempre. Clarearán las gra- a Luna contó a una Estrella esta historia. Cierto día un padre llamó a su hija y le dijo: Ha llegado el momento de casarte. Elige, de entre los candidatos que he seleccionado, el que más te guste La chica, tras leer nombres, traer a su memoria la vida de los elegidos y conocer las intenciones que para ella habían manifestado, se armó de valor y dijo: Padre, ninguno es de mi agrado. Así las cosas, prefiero permanecer soltera El padre, erguido y serio declaró: Te doy la oportunidad de que elijas al que más te guste o al que menos te desagrade La respuesta fue contundente. Padre, ninguno me convence para compartir mi futuro. Elegir el mal menor sería perder mi dignidad. Reconociendo que puedo equivocarme y aunque de momento no lo comprendas, debo ser yo la que elija a aquel que creo puede hacerme feliz Válganos el ejemplo de dignidad de esta mujer. Comportamientos como éste sirven para que aquellos que desde la política pretenden tutelar la vida de los demás negándose a cambiar ciertas normas, sepan que si no lo hacen ellos de buen grado, será la vida la que se encargue, por culpa de ellos, de hacerlo con sufrimiento. En pocos días dará comienzo la campaña electoral para elegir a nuestros representantes municipales y, en algunos sitios, autonómicos. En democracia estamos obligados a ser exigentes a la hora de elegirlos. No alcanzo a entender los mensajes que hablan del mal menor o del voto útil ¿Acaso todos los votos no son útiles... Lo único que debemos tener presente a la hora de votar es hacerlo con dignidad. Preguntarnos antes, ¿por qué la corrupción ha anidado en España? ¿Por qué se permite una inseguridad jurídica que corroe los cimientos del sistema? ¿Por qué Europa nos suspende en independencia judicial? ¿Por qué las formas de recaudar parecen diseñadas por el Sheriff de Nottingham, para zurrarnos la badana como si fuésemos un tambor de Baena? ¿Por qué cada día estamos más alejados de los representantes que nosotros mismos elegimos? Respondiendo a esas y otras preguntas, estaremos mejor formados para tomar una decisión correcta. Si obviamos esa engañosa utilidad del voto, descubriremos que siempre se pueden satisfacer nuestras expectativas democráticas, sin necesidad de perder la dignidad. Todo menos tomar una decisión de la que estemos arrepintiéndonos cuatro años. Recordemos a la chica del cuento y actuemos sin miedos y con dignidad a la hora de elegir. La dignidad se basa en el respeto y la estima que las personas debemos tener de nosotros mismos y, por ello, del respeto que merecemos y debemos exigir a los demás. Espero que todos los partidos, ¡todos! estén de acuerdo en que nada es más necesario por el bien de Córdoba y por nuestra salud mental que votar en libertad y con dignidad.

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