ABC CORDOBA 02-05-2015 página 5
- EdiciónABC, CORDOBA
- Página5
- Fecha de publicación02/05/2015
- ID0006447670
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ABC SÁBADO, 2 DE MAYO DE 2015 abc. es ENFOQUE 5 Rajoy impone a Nadal la Medalla de Oro al Trabajo, en presencia de Fátima Báñez, ayer, en el palacio de la Moncloa ERNESTO AGUDO Nadal, Medalla de Oro al Trabajo Dos maneras de ser español ÁLVARO MARTÍNEZ Para mí es un verdadero honor recibir esta Medalla, que encarna los méritos al trabajo. Durante toda mi vida, desde pequeñito, siempre he puesto dedicación máxima en cualquier cosa que hago e intentado dar el máximo, lo que sin duda es una de las claves de mi carrera. Nunca imaginé que pudiese recibir una medalla así y en un lugar tan importante. Estoy muy agradecido (Rafael Nadal, Primero de Mayo de 2015) No he sentido emoción ninguna al recibir el Premio Cervantes. Siento la aceptación del reconocimiento como una inútil celebración. Digamos bien alto que podemos. No nos resignamos a la injusticia, el panorama de España es sombrío (Juan Goytisolo, 23 de Abril de 2015) Las que anteceden son dos de las maneras que un español tiene de recoger una distinción del Estado. La primera es, en principio, la que más se ajusta al sentido común y tiene que ver con el sentido de gratitud, la humildad y el respeto a quien está detrás de esa distinción, que son todos los españoles. Así lo entendió Nadal cuando le fue impuesta la Medalla de Oro del Mérito al Trabajo, no por sus incontables méritos jugando al tenis sino por la dedicación y el esfuerzo con los que ha logrado ser el mejor deportista español de todos los tiempos y un ejemplo para millones de personas. La segunda, la mostrada por Goytisolo en Alcalá de Henares, está en las antípodas de la gratitud y tiene que ver con la confusión del culo con las témporas, el yoísmo reconcentrado, un resentimiento inextinguible y el maleducado desdén a quien concede el premio que, repetimos, es el Estado del que están detrás todos los españoles. ¡Ah! Y hay otra diferencia sustancial entre ambas reacciones: la primera se produce sin que la distinción tenga un euro de recompensa económica; la segunda, en cambio, lleva embuchados 125.000 euros que salen del bolsillo de los contribuyentes de ese lugar tan sombrío llamado España. DEPORTES