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ABC CORDOBA 23-04-2015 página 14
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14 OPINIÓN VIDAS EJEMPLARES PUEBLA JUEVES, 23 DE ABRIL DE 2015 abc. es opinion ABC LUIS VENTOSO RELÁJESE, DON JUAN La reticencia perenne de nuestro premiado con su país ERÍA uno un atrevido y un auténtico gañán si con unos conocimientos limitados se atreviese a cuestionar las cualidades de la obra literaria y ensayística de Juan Goytisolo, escritor de saberes enciclopédicos, que constituye un género en sí mismo por su originalidad. Aplaudimos que le entreguen hoy el Cervantes, pues ha concitado la unanimidad de quienes saben (aunque los profanos podemos permitirnos la frivolidad de confesar que hemos intentado varias veces adentrarnos en lo suyo y en unas ocasiones nos derrotó el soporcillo, y en otras, la disconformidad con su manera de ver el mundo) Goytisolo es un maestro cosmopolita, que se ha codeado con auténticas luminarias de su siglo y ha visto pasar mucha vida real por delante de sus pupilas. Posee un castellano rico y atemporal y una estética propia. Celebramos, como no puede ser de otro modo, que se premie al gran literato y pensador. Pero en este día de merecido homenaje apetecería decirle con cariño una frase a don Juan, nacido hace 84 años en Barcelona, en el seno de una distinguida familia de clase alta, y que en los últimos 56 años nunca ha vivido más de dos meses seguidos en su país: Relájese, hombre, aparque alguna vez la fatigosa reticencia con que habla y escribe siempre de España Don Juan no se acicalará hoy con el chaqué ceremonial del mayor premio del español. Dice que de ponerse algo sería una chilaba Me temo que el gesto no lo hace humilde, al revés: al desmarcarse de lo que fue norma para todos los premiados anteriores marca un punto de distancia y superioridad que se podría considerar narcisista. En sus artículos, comentarios y entrevistas, don Juan acostumbra a poner verde a España (aunque ahora está algo ilusionado con los lumbreras de Podemos) Para él, los días del final del franquismo y los de la Transición fueron una etapa de palpitante expectativa y de una riquísima vida cultural, que con el tiempo se ha ido al garete. Hoy España, según él, yace en estado de postración En nuestro país añade sigue vivo el canon nacionalcatólico que no sé muy bien en qué consistirá, pero que don Juan, que no vive en España desde el año de la polca pero que es más listo que yo, denuncia con brío desde su dacha de Marrakech. Instalado en Marruecos desde los años noventa, estamos seguros de que don Juan, dado su espíritu comprometido e indómito, pronto nos regalará algún valiente ensayo denunciando que el holding particular del monarca alauí es la primera empresa del país, que su democracia resulta tan imperfecta que a duras penas admite tal nombre, que el machismo atosigante campa por sus calles, que no se acaba de crear prosperidad, pese a un magnífico emplazamiento geográfico, y que España, al lado de su vecino, es un edén de servicios sociales, seguridad jurídica y bienestar. En resumen, que España es la historia de un gran éxito, que hemos construido entre todos mientras don Juan se paseaba desde los 26 años por París, Estados Unidos, Marrakech... para pintarnos deformes en su espejo cóncavo del Callejón del Gato. S CAMBIO DE GUARDIA GABRIEL ALBIAC FIN DE FIESTA El Estado: una máquina cuyo vértice copan gentes que delinquieron como la cosa más natural del mundo T odo se pudre. Inmóvil. Sin que nadie mueva un dedo. No es el PP lo que se está desmoronando: lo de Rato es síntoma de un colapso general del Estado. De este Estado que configuró una Constitución, la del 78, tejida con los hilos de la larga dictadura que se extinguió poco antes. El tránsito de la ley a la ley planificado entonces, funcionó. Tal como había sido concebido: como un gozne. Se trataba de abrir la puerta hacia una Europa sin la cual era ya entonces evidente que ningún horizonte económico sería verosímil. Y, en muy pocos años, la operación quedó sellada. Los oscuros estrategas de la Guerra Fría estaban moviendo sus peones en un tiempo crítico. Aunque eso entonces muy pocos lo sabían, lo que sucedía en España iba a preceder de muy de cerca a un derrumbe del imperio soviético que los comunes mortales ni sospechábamos. Para afrontar ese chasquido, se requería un control total sobre los nuevos gestores de la política en España. Los de Suárez no generaban demasiada confianza en Washington y fueron liquidados en la gran polvareda del confuso golpe de Estado de febrero de 1981. La apuesta sobre los de González fue hecha en firme. Eran los de verdadera confianza para la administración estadounidense. Ella los había fabricado. No se articula una operación así sin prever el súbito enriquecimiento de los recién ascendidos agentes. De la nada a la opulencia, no se transita jamás por vías de las que uno pueda exhibirse orgulloso. La máquina de corrupción universal que fue el Estado, a partir sobre todo de la llegada del PSOE de González al poder en 1982, era inevitable. Los recién llegados debían ser integrados a toda velocidad en el club de los omnipotentes. Lo formuló Solchaga sin ambages: España es el país en el que uno puede hacerse más rico y más deprisa Sobre todo, si gobierna. Pero ese gran reparto del dinero público sólo funciona, en política, cuando es compartido equitativamente con todos. También con los adversarios. Todos. Al cabo de casi ya cuarenta años, ese robo sistemático no hubiera podido acumularse sin que mediasen las grandes lavadoras de dinero de injustificable origen que son las cuentas en estratégicos paraísos. Está aún por determinar qué cifra del dinero español ha huido a cuentas negras en bancos inaccesibles. La repera patatera de la cual tan elegantemente hablaba el director de la Agencia Tributaria, es, no nos engañemos, la calderilla: lo que los intocables quisieron tener a mano en España para gastos de bolsillo. Y el desasosegante énfasis del alto funcionario en su reiterar los todos cuya lista él tiene, no exige grandes sutilezas hermenéuticas: ni un solo partido ni un solo dirigente de un solo partido queda fuera de esta lista. Dice. Como se dicen esas cosas: sin decirlo. Lista de los 715 delictivos, desde luego. Y lista de los otros: esos a quienes el cumplimiento de la amnistía fiscal pone a salvo de culpa. No es, desde luego, el único motivo de la ruina nacional. Pero cuenta. Detrás de Rato vendrán otros. Según interese a quien interese; que es, hoy por hoy, enigmático. Nadie que haya jugado en la alta política española se sabe a salvo. Y eso suelda fidelidades de acero. No son los individuales sinvergüenzas, con nombre y apellido ilustre, los que hoy están en riesgo. Es el Estado: una máquina cuyo vértice copan gentes que delinquieron como la cosa más natural del mundo. Es el fin de una época. Sin que nada de un tiempo nuevo pueda ser atisbado. Todo se pudre. Inmóvil. Fin de fiesta.

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