ABC CORDOBA 30-03-2015 página 26

26 SEMANA SANTA LUNES, 30 DE MARZO DE 2015 abc. es ABC DOMINGO DE RAMOS Y el aire se llenó de azahares Una bofetada de olor y calor primaveral recibe a las primeras cofradías en una jornada calurosa, multitudinaria y brillante Por Luis Miranda O entendió mejor que nadie la gente del Cerro, con esa intuición certera que tienen los sencillos para dar con la clave de las cosas. Se lo dijeron en la víspera palpitante del Sábado de Pasión a quienes tenían que pinchar las flores: nosotros ponemos al azahar. Y como sabían que estaba a punto, lo cogieron de los árboles de sus calles y lo pusieron a los pies de la Virgen de la Encarnación como una ofrenda auténticamente popular de su barrio. Llegaron a punto los azahares, ni un minuto antes de lo que debían, para que nadie dijera que estaban pasados ni que todavía les faltaba un poquito. Como si un soplo celestial los guiase, que los guiaba, nacieron los azahares del todo el Domingo de Ramos, retrasados por el último y providencial frío, y se unieron con un cielo sin tacha y una atmósfera de primavera baja, de calor, para que el Domingo de Ramos tuviera la consistencia de un sueño, el color de una fotografía imaginada que se guarda durante más de un año y que se anhela en secreto cuando nadie más parece pensar en ella. Lo sabían los devotos del Cerro y muchos más de quienes pusieron flores a los pies de sus imágenes, y los guiaba más un presentimiento que una certeza. Como aquel espíritu sabio del que habló Manuel Chaves Nogales, el azahar hubiera guiado hasta a los ciegos, porque es la única flor que además de oler, y de oler con la sencillez efímera que pronto morirá y caerá al suelo para que se la pise, también deja el aire tibio, lo hace más dulce, invita a quitarse la chaqueta y cuenta que es primavera. Con esa dulce impresión llegaban los cordobeses a la cofradía de la Entrada Triun- L Las Penas avanza por la calle Agustín Moreno tras su salida de Santiago EL CALOR ERA MENOS DE MARZO QUE DE PRIMAVERA, DE MANGA CORTA EL SEÑOR DEL HUERTO EVOCABA SU ESTAMPA DE LOS AÑOS 90 fal, y si el aire era templado, la mañana era radiante y luminosa, a ratos más de una primavera en manga corta que de un mes de marzo. Había quien se frotaba los ojos para comprobar que era verdad, que el aire y la luz los cortaba un paso, que se cimbreaban con dulzura las vestimentas de las imágenes, que había flores frescas, que las cornetas no sonaban en una grabación y que la bulla era bulla de verdad. Le habían alfombrado un camino con flores de colores al primer misterio de la Semana Santa, donde Jesús de los Reyes vestía de oscuro con el mantolín rojo y la luz dibujaba destellos imposibles, que el invierno hasta ese momento había ocultado. Era la sorpresa, como si el alma no supiera que era Domingo de Ramos y casi hubiera encontrado el ancho misterio en la calle. Una multitud esperaba en Capitulares y otra más, la de las familias vestidas de fiesta que querían disfrutar del primer día de la Semana Santa, ocupaba las calles por las que tenía que pasar después. El resto era costumbre, o más bien el hacer cotidiano lo que es extraordinario, como si de pronto nunca se hubieran terminado los Domingos de Ramos anteriores. Ya estaba uno en el aire simpar de un paso de palio, y aunque el conjunto fuera sencillo, como el de la Virgen de la Palma, ya se había hecho al golpe de los flecos en los varales, a la música, y más si eran campanilleros, al llanto y a la mirada que parecen siempre dirigirse a quien está viendo y a nadie más. La dulce embriaguez de los azahares, la tibieza que nace de las flores que además de oler crean primavera con temperatura,