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ABC CORDOBA 30-03-2015 página 5
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ABC LUNES, 30 DE MARZO DE 2015 abc. es ENFOQUE 5 DIARIO DE UN OPTIMISTA MI BOLA DE CRISTAL POR GUY SORMAN El número de patentes aumenta de forma geométrica, porque el número de investigadores se incrementa y el progreso es acumulativo: cuanto más se investiga, más se descubre trial, lo que hará que la producción de los países con bajos salarios vuelva a los países ricos y consumidores. Y el modelo chino se verá afectado si China no pasa de la reproducción a la innovación. La medicina a distancia nos permitirá autodiagnosticarnos de forma continua, y los datos se transmitirán en tiempo real a los médicos para su comprobación con fines terapéuticos. La visita médica se convertirá en el último recurso para los pacientes no equipados y los casos desesperados. El internet de las cosas nos permitirá controlar todo a distancia, desde la conducción de nuestro coche a la calefacción de nuestro domicilio. La enseñanza a distancia se inició en las universidades estadounidenses (Massive Online Courses) que imparten sus mejores cursos en internet, comprobando al mismo tiempo los conocimientos adquiridos. Las carreras universitarias del futuro exigirán sin duda que se cursen unos años a distancia y un año final en el campus (ya es el modelo de la Universidad de Arizona) y ofrecerán a un gran número de personas una enseñanza de calidad actualmente reservada a las élites. ¿La alimentación sintética? Las proteínas sintéticas permitirán acompañar el crecimiento demográfico, ahora que las tierras cultivables empiezan a faltar y que los efectos beneficiosos de los OGM (Organismos Genéticamente Modificados) se agotan. En este esbozo de un futuro más que probable, no aparecen las energías de sustitución, y como los recursos de carbón, petróleo y gas se vuelven inagotables gracias a la fracturación de las rocas y al aumento de la productividad, los incentivos para cambiar de fuente de energía desaparecen. La captura y la cristalización de los residuos deberían tranquilizar a aquellos a quienes les preocupa el calentamiento climático. Este futuro requiere que la economía de mercado perdure, porque un invento sin un empresario que lo transforme en productos accesibles para un gran número de personas es estéril. Pero no se pueden patentar ni la economía de mercado ni la democracia que favorece el espíritu inventivo. Lo que es patentable es seguro, pero lo que no lo es es incierto, e incluso improbable. Y A está a nuestro alcance predecir nuestro futuro colectivo, incluso aunque no tengamos una bola de cristal. Y basta con remitirse a un indicador que no es mágico, que es preciso y que está a nuestra disposición, pero que rara vez se consulta. Este indicador del futuro cercano es el de las patentes que se registran cada día en el mundo; aunque no todos los inventos tengan necesariamente proyección de futuro, en general, no hay ninguna innovación que no esté protegida por una patente. A principios del siglo XVIII, en Gran Bretaña, donde el Parlamento británico protegía entonces la propiedad intelectual de los inventores, entendieron que la innovación constituye la base del progreso. Más tarde, fue Thomas Jefferson quien incluyó en la Constitución de Estados Unidos esta propiedad intelectual, al considerar que la patente se convertiría en la auténtica riqueza de su nuevo país. También se le debe a Jefferson el hecho de haber limitado la propiedad intelectual en el tiempo para que la patente no se convierta en un obstáculo para la competencia. Estos principios se convirtieron en universales, pero no todas las patentes son iguales. El indicador importante es el del cuadro de las patentes llamadas triádicas, registradas en Estados Unidos, en Europa y en Japón, lo que les otorga una validez casi universal. De este cuadro se desprende que el número de patentes aumenta de forma geométrica, porque el número de investigadores se incrementa y el progreso es acumulativo: cuanto más se investiga, más se descubre. Se descubre donde se investiga, por lo que el primer lugar lo ocupa Estados Unidos, con un tercio de las patentes triádicas anuales. Como se sabe que una proporción significativa de estas patentes se convertirán en los productos y servicios del futuro cercano, la supremacía de Estados Unidos no se cuestiona ni se ve amenazada. Inmediatamente después de Es- tados Unidos, Japón sigue siendo el segundo generador de innovaciones. Nos percatamos de ello cuando la catástrofe de Fukushima (en 2011) paralizó la industria japonesa e interrumpió, por ende, el funcionamiento de empresas del mundo entero, privadas de los repuestos que solo Japón suministraba. Europa aparece en tercer lugar, con una contribución preponderante de Gran Bretaña, Alemania, Francia, Dinamarca, Bélgica y Suiza. Por habitante, Japón y Suiza son los dos líderes mundiales de la innovación. Europa atraviesa por tanto una fase difícil, pero no está marginada, ya que con Estados Unidos y Japón forma la troika que dirige el mundo. Eso permite entender por qué, incluso cuando el crecimiento se frena, la calidad de vida desde la sanidad hasta el teléfono, por ejemplo mejora gracias a la innovación. ¿Y los países emergentes Emergen poco o nada. El único que aparece en el ámbito de la innovación es Corea del Sur. Taiwán también tiene una pequeña presencia. Detrás de ellos, nada. China, India, Brasil y Rusia solo registran patentes de uso interno, cuya finali- dad es ante todo impedir la competencia extranjera. El crecimiento de estos países pseudoemergentes sigue basándose, por el momento, en la imitación y en la subcontratación. El mapa del mundo del futuro se parece al mapa del mundo de hoy en día. ¿Qué se inventa? Si analizamos las patentes triádicas, observamos las principales innovaciones. Destacaremos cinco de ellas: la fabricación en 3 D, la medicina a distancia, el internet de las cosas, la alimentación sintética y la educación a distancia. Las impresoras en tres dimensiones permitirán fabricar, en casa o en las fábricas, cualquier objeto de cualquier materia con un programa informático. El coste de la mano de obra se volverá marginal en la fabricación indus- Mercados Un invento sin un empresario que lo transforme en productos accesibles para un gran número de personas es estéril

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