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ABC CORDOBA 29-03-2015 página 19
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ABC DOMINGO, 29 DE MARZO DE 2015 abc. es PRIMER PLANO 19 ¿ENFERMO O ASESINO? El copiloto del A 320 tenía unos problemas de visión que le atormentaban Andreas Lubitz, a una exnovia: Un día haré algo que cambiará el sistema y entonces todos conocerán mi nombre y lo recordarán PABLO MUÑOZ FOTOS: ÁNGEL DE ANTONIO ENVIADOS ESPECIALES A SEYNE- LES- ALPES n loco o un asesino que sabía distinguir entre el bien y el mal y eligió el segundo; una persona que sufría una depresión, o alguien obsesionado con volar, con llegar a convertirse en piloto de rutas de larga distancia en Lufthansa y que era incapaz de gestionar sus frustraciones porque veía que no iba a conseguir su sueño... Andreas Lubitz es el epicentro de la investigación de la tragedia del A 320 de Germanwings, en la que se busca una explicación lógica a una decisión que nunca puede tenerla: la de este copiloto que, sea por las razones que fueran, decidió sobre su vida y sobre las de 149 personas más, con una frialdad que estremece. Quizá a la opinión pública le sea más fácil aceptar que, simplemente, era un enfermo mental, pero sus actos, premeditados al menos desde el momento en el que el piloto del vuelo GW 19525 abandonó la cabina del aparato, sugieren una personalidad tenebrosa y cruel. U Una azafata El Bild alemán abundaba ayer en esta línea y aportaba el testimonio de una auxiliar de vuelo, exnovia clandestina de Lubitz al menos ella dice serlo que asegura que el copiloto le dijo que un día haré algo que cambiará todo el sistema y entonces todos conocerán mi nombre y lo recordarán Se alteraba por las condiciones en las que tenemos que trabajar: poco dinero, miedo por el contrato, demasiada presión añadía esta mujer, que cree que su expareja estrelló deliberadamente el aparato, porque se dio cuenta de que debido a sus problemas de salud su gran sueño de un empleo en Lufthansa, de trabajar como coman- dante y piloto de rutas de larga distancia era ya prácticamente imposible Asegura, además, que su expareja era capaz de ocultar sus problemas mentales, que de hecho nadie de su entorno profesional había detectado aunque ella sí era conocedora de los mismos. Es más, el día del suceso no tenía que haber volado, porque dos médicos distintos le habían dado la baja, sin que él se lo comunicara a su compañía, Germanwings. Se abre el debate, claro está, de si las bajas por problemas mentales deben ser comunicadas de oficio por los médicos a las empresas, pero se trata de un espinoso asunto en el que se compromete también el derecho a la intimidad en aras de una seguridad que nunca va a ser total. La Policía alemana y agentes franceses desplazados interrogan a todas las personas de su círculo familiar, social y profesional en busca de respuestas. En Francia, Alemania y España cada revelación sobre su vida es seguida con enorme interés al tratarse de un caso sin precedentes en la aviación civil que ya está teniendo consecuencias en la seguridad aérea. Artur Mas, presidente de la Gene- ralitat de Cataluña, puso su granito de arena en la polémica y aseguró que en su opinión no ha sido solo, como algunos han dicho, un suicidio, sino que ha sido un crimen, claramente, si se confirma la hipótesis Y no son pocos los que comparten esta visión de los hechos. El New York Times, por su parte, aportaba ayer otra información relevante: Andreas Lubitz sufría problemas de visión que podrían haber puesto en peligro su trabajo, y con ello su sueño de llegar a piloto de rutas largas de la compañía de bandera alemana. El diario estadounidense cita dos fuentes del caso pero no precisa el tipo de dolencia, de la que habría buscado tratamiento. Un centro hospitalario, por su parte, confirmó que este hombre acudió allí por una enfermedad que no era de origen depresivo No aportó más datos, amparándose en la confidencialidad que debe a sus pacientes, aunque aclaró que todos los datos ya están en manos de la Fiscalía alemana. Notas personales También Die Welt aportaba hitos del historial del sospechoso. Estaba siendo tratado por varios neurólogos y psiquiatras aseguran fuentes de la investigación consultadas por el rotativo alemán, que añade que Lubitz sufría un síndrome subjetivo de sobrecarga lo que se conoce como burn out o estar quemado por estrés laboral y tenía una fuerte depresión. Agrega que esas circunstancias se desprenden de notas personales del piloto, que guardó y archivó y que ahora han sido encontradas en los registros. Además, aseguraba que en su vivienda se hallaron numerosos medicamentos para tratar lo que califica como un grave trastorno psicosomático sin dar más detalles. Con todo, lo más sorprendente ayer fueron unas declaraciones del fiscal de Marsella encargado de la investigación. Brice Robin, que el jueves había recibido unánimes elogios por su claridad al expresarse durante la rueda de prensa en la que informó sobre la marcha de las investigaciones, calificó los hechos de homicidio involuntario porque no cree que el copiloto Andreas Lubitz tuviera intención de Registros En su vivienda se han encontrado muchos fármacos para tratar una enfermedad mental grave Criterio sorprendente El fiscal no cree que quisiera matar a los viajeros y ve en los hechos un homicidio involuntario ÁNGEL DE ANTONIO

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