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ABC CORDOBA 22-03-2015 página 79
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ABC DOMINGO, 22 DE MARZO DE 2015 abc. es sociedad SOCIEDAD 79 La sangre de San Genaro se licúa ante el Papa por primera vez desde 1848 Sus frases A la Camorra Quien emprende voluntariamente la vía del mal se roba la esperanza a sí mismo, a los demás, a la buena fama de la ciudad y a la economía A los ciudadanos Todos corremos el peligro de ser corruptos. Es una tentación, es un resbalar hacia los negocios fáciles, la delincuencia A las autoridades Un cristiano que deja entrar en sí la corrupción no es un cristiano. ¡Apesta! A los jóvenes Abandonar a los abuelos es una eutanasia oculta, pues la soledad es el peor veneno No había sucedido en las visitas a Nápoles de Juan Pablo II en 1979 ni Benedicto XVI en 2007 JUAN VICENTE BOO CORRESPONSAL EN EL VATICANO El curioso prodigio de la licuefacción de la sangre de San Genaro, que tiene lugar sólo en tres fechas fijas cada año, se produjo ayer cuando el Papa Francisco impartió la bendición con la reliquia del obispo martirizado en el año 305 y venerado por los napolitanos como muy pocos santos en todo el planeta. Al término del encuentro con sacerdotes, religiosos y seminaristas en la catedral de Nápoles, y después de sufrir un auténtico asalto por parte de las religiosas de clausura, que le adoran, el Papa dio la bendición con la reliquia. Cuando la recibió, la sangre estaba sólida, en un lado de la ampolla de vidrio. Al devolver el relicario al cardinal Crescenzio Sepe, el arzobispo de Nápoles lo miró y dijo: Se ve que San Genaro ama al Papa, pues la sangre se ha licuado ya a medias El Papa, ante el cardenal Sepe, besa el relicario con la sangre de San Genaro AFP Un prodigio de buena señal da en una ciudad con 3.000 personas entre rejas. Representaban todas las categorías de delitos asesinatos, narcotráfico, robo y de situaciones personales: jóvenes, ancianos, transexuales, inmigrantes africanos e incluso un argentino al que todos reconocieron el derecho a saludar a su compatriota. El Papa les entregó su discurso pues, en lugar de leerlo, prefirió conversar con unos y otros, como haría en los encuentros con los sacerdotes, con los enfermos y con los jóvenes. Entregaba los hermosos discursos que había preparado y se ponía a hablar con el corazón. Remachaba ideas sin miedo a caer en lo políticamente incorrecto calificando el abandono de padres y abuelos como eutanasia oculta pues la soledad es el peor veneno para los ancianos O denunciando el egoísmo de quienes no quieren tener hijos porque a nosotros nos basta con un perrito y un gato Así se habla en Nápoles, y era evidente que le entendían. Había momentos de lágrimas sin freno y otros de aplausos sin límites, hasta enrojecer las manos. Es el corazón napolitano El fenómeno suele requerir varios minutos antes de que la masa rojiza reseca adherida a un lado de la ampolla se convierta en sangre completamente líquida que cubre todo el vidrio. El Papa Francisco quitó importancia a su persona, replicando inmediatamente: Se ve que el santo nos quiere sólo a medias. Tenemos que convertirnos más El curioso fenómeno que se percibe al girar la reliquia y observar las manchas en el cristal se produce sólo tres veces al año: el primer domingo de mayo, el 19 de septiembre, fiesta de San Genaro, y el 16 de diciembre Fuera de esas fechas, el fenómeno no tiene lugar por mucho que se haga girar el relicario. Sucedió sólo una vez, en 1848, cuando el Papa Pío IX, La última vez Fue en 1848, cuando Pío IX, forzado a huir de Roma, se refugió en Nápoles y fue a venerar la reliquia forzado a huir de Roma por una revuelta popular, se refugió en Nápoles y fue a la catedral a venerar las reliquias del santo patrón de la ciudad. Desde entonces, en más de siglo y medio, no había vuelto a ocurrir. Ni siquiera durante las siguientes visitas de los Papas, la de san Juan Pablo II el 21 de octubre de 1979, y la de Benedicto XVI el 21 de octubre del 2007. La Iglesia no califica este fenómeno de milagro sino meramente de prodigio pero para los napolitanos es mucho más. Cuando, en la fecha prevista, la sangre no se licúa, temen grandes desastres. Por el contrario, un prodigio suplementario fuera de esas fechas, lo interpretan como buena señal. JOSÉ FRANCISCO SERRANO OCEJA EL MÉTODO DEL PAPA A la hora de presentar un mensaje no parte de la doctrina, sino de la situación E Vea las mejores imágenes de la visita del Papa a Nápoles l segundo aniversario de la elección del Papa Francisco nos ha traído algunas interesantes novedades editoriales que pretenden ayudarnos a comprender lo que está ocurriendo en la historia de la Iglesia. La primera, desde la perspectiva intelec- tual laica. Frédéric Lenoir, director del suplemento sobre las religiones del diario Le Monde considera, en su libro Francisco, la primavera del Evangelio que se está confirmando la tesis del filósofo Marcel Gauchet del cristianismo como la religión de la salida de la religión con el papa de la salida del papado en el sentido de que somos testigos del final de una concepción de la Iglesia. Un cambio de paradigma en el que prima el profetismo de la misión y no la institucionalización del movimiento de Jesús. Más preciso teológicamente es el cardenal Walter Kasper en su libro El Papa Francisco. Revolución de la ternura y el amor El autor, protagonista en no poca medida de los temas teológicos de esta época, insiste en que el Papa de las sorpresas marca una diferencia no en las verdades de fe sino en el estilo, el enfoque metodológico y los acentos. Francisco es un Papa postideológico que a la hora de presentar su mensaje no parte de la doctrina, sino de la situación. Un Papa que tiene como modelo el poliedro y no los círculos concéntricos. Y que no está preocupado por dejar un magisterio cerrado. Ofrece la continuidad de los principios en la discontinuidad de la aplicación práctica, tal y como apuntó el beato John H. Newman en su Ensayo sobre el desarrollo de la doctrina cristiana No se trata de legar las cenizas, sino el fuego de brasa que se conserva bajo ellas. Un Papa al que le resulta ajena toda ideología unidimensional. La realidad, por tanto, es más importante que la idea. Esta hermenéutica inclusiva tiene un centro: la misericordia. Pero no hay que confundir la medicina de la misericordia con la condescendencia pastoral y el cristianismo light. Nos falta aún en español el libro de Austen Ivereigh, The Great Reformer Una delicia de la que habrá que escribir otro día.

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