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ABC CORDOBA 15-03-2015 página 85
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ABC CORDOBA 15-03-2015 página 85

  • EdiciónABC, CORDOBA
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ABC DOMINGO, 15 DE MARZO DE 2015 abc. es cultura CULTURA 85 Mark Knopfler en una imagen promocional de su nuevo disco, Tracker ABC bién, y tocarlas, porque sé que gustan y yo disfruto tocando para la gente. La última vez que le vi en España, en un extraordinario concierto en un jardín de la Costa Brava, la verdad es que la gente suspiraba por sus solos de guitarra... Sí, algo de eso también hay, ja ja ja. Me encanta tocar en España. ¿Por qué? La gente. Es asombrosa. También me gusta tocar en las plazas de toros, aunque no me guste la fiesta taurina. Y pienso que es ridículo que se prohíban y se conviertan en centros comerciales, como en Barcelona ¿Qué clase de persona puede hacer eso? El nacionalismo. Ya... Pero incluso así... No sé... Puedes impedir los toros sin llegar a acabar con el lugar. Es un sitio natural para tocar, un lugar para el espectáculo. Una pena. ¿Nunca ha tenido la tentación de introducir la política en sus canciones? Bueno, no sé lo que haré en el futuro. Leo los periódicos como todo el mundo. Me asombra que se siga discutiendo por los territorios, que hasta EE. UU. y Canadá estén separados. El hombre tranquilo de los arpegios complicados La crítica inglesa no le hace demasiado caso (no resulta moderno ni cool, y tampoco busca a los medios) Pero su calidad sigue intacta. Presenta un nuevo disco, Tracker y resulta ser de los recomendables. Sus manos, más bien manazas, siguen pellizcando arpegios complicados y gratos en las cuerdas de su guitarra. También mantiene el buen ojo para las viñetas impresionistas, para comprimir pequeña iluminaciones en cuatro minutos, que él compara con bonsáis. La canción que sirve de single está dedicada a la escritora Beryl Bainbridge, una mujer libre hecha a sí misma, de vida dura y ninguneada por el establishment literario inglés más esnob. Cinco veces la nominaron al Booker, y aunque The Times la llamaba tesoro nacional nunca se lo dieron. Solo se acordaron de ella a título póstumo. Knopfler afea todo aquello con una canción perfecta. Tal vez se reivindique a sí mismo por persona interpuesta. En los días en la cima de los Dire Straits registraba sus discos en paradisíacos estudios caribeños. Cuando le comentamos que pensábamos que seguía grabando en algún paraíso del mojito le da la risa: Nooo. De eso hace mucho Knopfler, que se ha casado tres veces y se da el lujo de ser amigo de Bob Dylan y del novelista Richard Ford, parece buen tipo, que se queda desconcertado cuando al final de la conversación le preguntamos si es la persona algo triste que parece. Usted nació en Glasgow. ¿Le pidieron su opinión en los agitados días del referéndum de Escocia? Muchos músicos se pronunciaron. No. ¿A quién le puede interesar lo que opine sobre eso un músico o un compositor de canciones? Mi opinión no es más importante que la de un hombre que esté haciendo una carretera. Decía antes que lee los periódicos cada día. ¿Cuáles? Sí, dos cada día. Compro el Telegraph y el Guardian uno de derechas y uno de izquierdas, y luego hago mi balance y saco mis conclusiones. Su primer trabajo fue como periodista. Tras su éxito musical, supongo que no lo echará de menos. Más que periodista, casi diría que fui un reportero- bebé. Tenía 22 años. Es una buena cosa para un chico joven. No creo que yo tuviese la materia prima para aquello. Para ser un buen periodista necesitas la tinta en vena. Si la tienes es una cosa fantástica, pero no era mi caso, componer canciones es más adecuado para mi forma de ser. Realmente, yo lo que quería era tocar. Pero el periodismo me enseñó muchísimas cosas sobre la vida, sobre cómo es la sociedad. Cuando eres un chaval no tienes ni idea de cómo funciona el mundo. Escribiendo información, casi sin darte cuenta, aprendes a manejarte con la realidad y también a hacerlo todo más corto, a condensar. Hacer canciones también funciona un poco así: coges una realidad enorme y tienes que encajarla en unos minutos. Es como un bonsái. A veces me gusta hacer canciones con muy pocas palabras. Como un cuadro impresionista. Pues sí, algo así. Seleccionas y con cuatro versos fijas la idea. Es algo pequeño. Yo no puedo escribir la prosa de Richard Ford. Tengo que buscar otra forma de escribir. Yo no podría escribir un libro. No es mi formato, es muy duro. Tienes que buscar lo que encaja con tu persona, como te pasa a ti con el periodismo. Bueno, lo mío es más bien un medio de vida. ¿De verdad? Eso es lo que dicen los ladrones Knopfler suelta una de sus carcajadas, feliz con su salida Usted se ríe bastante, pero parece un hombre triste. ¿Es así? ¿Triste? No, no. Soy justo lo opuesto. No valgo para estar solo. Me gusta desayunar con gente. En la carretera soy muy feliz estando con el equipo. Precisamente una de las cosas que me gustan de las giras es reírme, nos estamos riendo todo el rato. No soporto desayunar solo. Y en la carretera me gusta beber algo con los chicos, cenar con ellos... Vino español, espero. Oh, muy bueno. Rioga Riberra del Duerro el blanco de Galicia... A veces tomas unos vinos allí en España que luego vienes a Londres y dices: ¿y dónde podría yo encontrar esto? Pues lo hay. Pues ya me dirás. Algún día, por los buenos ratos que nos ha hecho pasar con su música sin prisas, habría que mandarle a Knopfler dos buenas botellas de godello. Es seguro que sabría despacharlas.

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