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ABC CORDOBA 05-03-2015 página 3
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ABC JUEVES, 5 DE MARZO DE 2015 abc. es opinion LA TERCERA 3 F U N DA D O E N 1 9 0 3 P O R D O N T O R C UAT O LU C A D E T E NA EL ANTICOLONIALISMO EN UNAMUNO POR DONATO NDONGO- BIDYOGO Mientras, el mundillo cultural hispánico permanecía ajeno a las realidades de los pueblos a los que llevaron su lengua. Fenómeno extensible al ámbito político: el proceso descolonizador guineano se desarrolló en la indiferencia generalizada, y los posteriores avatares de guineanos y saharauis apenas tienen resonancia fuera del reducido círculo de las relaciones personales. Por ello resplandece la solitaria clarividencia de don Miguel A reciente conmemoración del 150 aniversario del nacimiento de Miguel de Unamuno fue ocasión para recordar su figura y obra, generadoras de ingente cantidad de estudios críticos. Quizás convenga subrayar algún aspecto insuficientemente destacado, que completa y actualiza la comprensión del pensamiento del egregio filósofo, pilar en su producción ensayística y literaria. Porque la personalidad de quien, según su autorretrato, pasó su vida componiendo paradojas que excitaban la ira de algunos que no las comprendían encierra la singularidad de ser un raro anticolonialista en aquella generación portentosa marcada por la nostalgia del imperio perdido. Su vasta creación intelectual, que abarca todos los géneros, no incluye ningún tratado específico sobre el tema. Es, ante todo, una actitud, un distanciamiento ético y estético de la vorágine imperialista que sacudió a sus coetáneos, dentro y fuera de España. Su formulación se compendia en apenas tres palabras de su artículo Morirse de sueño publicado en El Día Gráfico de Barcelona, el 4 de octubre de 1915: La enfermedad del sueño escribe que hace estragos en nuestra Guinea española ¿nuestra? ¿es española? existe también aquí, aunque en otra forma, y sin necesidad de mosca tsetsé que la produzca Ni la brevedad ni la marginalidad de la cita empañan el ideario, expresado con rotunda claridad: el autor de La Tía Tula comprime en tan escasas palabras volúmenes enteros, como el muy útil estudio La idea colonial en España, del malogrado amigo Roberto Mesa. En otros escritos, Unamuno manifiesta su irritación ante la ramplonería de unas celebraciones retóricas (la Hispanidad) que atribuye a un nacionalismo cerril Abogó por la denominación Fiesta de la Lengua frente al obsoleto Fiesta de la Raza, como empezó a designarse en aquel tiempo el 12 de octubre en ambos lados del Atlántico. Unamuno propuso, asimismo, abandonar el discurso oficial del iberoamericanismo; desde su criterio, impide o retrasa la difusión de la cultura americana en España Es sobre Filipinas donde aparece con amplitud y nitidez el pensamiento anticolonialista del humanista bilbaíno. Confiesa, en su Epílogo a Vida y Escritos del Dr. José Rizal, de Wenceslao Emilio Retama, que cerró la doble lectura de esa biografía del mártir filipino con un tumulto de amargas reflexiones de las cuales emerge la figura luminosa del valeroso autor de Noli me tentes en español narraciones del tono de El corazón de las tinieblas, de Joseph Conrad, o Viaje al Congo y Regreso de Chad, de André Gide. Únicamente Ramón J. Sender, con Imán ambientada en la guerra de Marruecos, donde combatió puede acercarse a esta corriente crítica. León Felipe residió en Guinea entre 1920 y 1922, etapa fructífera en su producción lírica, como anotan Guillermo de Torre y Vicente Granados, y sólo al final de su vida evocaría en un único poema Escuela aquellas vivencias: He dormido muchas noches, años, en el África Central allá en el golfo de Guinea, en la desembocadura del Muni acordando el latido de mi sangre con el golpe seco, monótono y tenaz del tambor prehistórico africano de tribus indomables... He visto a un negro desnudo recibir cien azotes con correas de plomo por haber robado un viejo sombrero de copa en la factoría del Holandés. Vi parir a una mujer y vi parir a una gata... y parió mejor la gata... Plagada de exotismo vacuo, concebida como exaltación del destino manifiesto del hombre blanco sobre los pueblos indígenas, la inconsistencia de la literatura colonial española remite a Rudyard Kipling y Emilio Salgari, sin rozar su calidad literaria. Quizá por ello sus autores están hoy olvidados. Si durante la República surgió algún alegato contra los excesos de una colonización escasamente controlada La Guinea incógnita, de Francisco Madrid; Guinea mártir, de MiNIETO guel Pozanco la etapa franquista, que procederá a la descolonización por imperativos del nuevo tiempo, excitará la fiebre del imtangere: Un hombre henchido de destinos, un perialismo totalitario, impregnada en colonizaalma heroica, el ídolo hoy de un pueblo que ha dores y colonizados. de jugar un día, no me cabe duda de ello, un feuede afirmarse entonces, con rigor, que cundo papel en la civilización humana Y cieno existió conciencia anticolonialista en rra su extenso alegato santificando a Rizal, fuEspaña; paradójicamente, ni en la izsilado diez años antes por el gobernador coloquierda política y sociológica. Aquí nunnial, el general Camilo García de Polavieja, recibido por ello con honores a su regreso a Madrid. Pa- ca llegaron Jean- Paul Sartre, André Breton, Allabras sin duda audaces en aquel contexto: esa bert Camus, quienes, a través de su influencia inbiografía fue publicada en 1907, aún insondable telectual y moral, asumieron como propias las la abismal sima espiritual producto de la defec- legítimas aspiraciones de los pueblos sometidos ción del archipiélago, en una España profunda- por Francia: el existencialismo potenció el momente ensimismada tras perder los últimos vimiento de la Negritud; el surrealismo ahijó el renacimiento cultural de los negros caribeños; vestigios de su grandeza. Trauma que personalidades políticas y cultu- Camus y otros intelectuales galos amplificaron rales de la época pretendieron sublimar median- la voz de los resistentes argelinos durante la guete nuevas adquisiciones territoriales ultramari- rra de liberación, arropando los escritos de Frantz nas, ahora en África: Marruecos, Sahara, golfo Fanon y demás tercermundistas. Mientras, el de Guinea. Período de florecimiento de Socieda- mundillo cultural hispánico permanecía ajeno des Geográficas auspiciadas por el Regeneracio- a las realidades de los pueblos a los que llevaron nismo el propio Polavieja, Joaquín Costa, Ángel su lengua. Fenómeno extensible al ámbito políGanivet, Ramiro de Maeztu Época de delirio tico: el proceso descolonizador guineano se denacionalista, cuyos angostos resquicios dificul- sarrolló en la indiferencia generalizada, y los postaban la introducción de raciocinios heterodo- teriores avatares de guineanos y saharauis apexos. Al contrario que en Francia o Gran Bretaña, nas tienen resonancia fuera del reducido círculo no se alzaron voces discrepantes ante los abu- de las relaciones personales. Por ello resplandesos del expansionismo colonial imperante. Lo ce la solitaria clarividencia de don Miguel. demuestra La novela colonial hispanoafricana, del profesor Antonio Carrasco González: inexisDONATO NDONGO- BIDYOGO ES ESCRITOR L P

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