ABC CORDOBA 22-02-2015 página 88

88 DEPORTES Córdoba CF- -Valencia CF La clave DOMINGO, 22 DE FEBRERO DE 2015 abc. es deportes ABC El portero del Córdoba Mikel Saizar despeja, ayer, un balón aéreo en su estreno en Primera con 32 años VALERIO MERINO El arquero vasco se estrena con buena nota en Primera, pero los focos de El Arcángel le deslumbran en el 1- 2 de Piatti Saizar debuta en la élite JOSÉ M. DOMÍNGUEZ CÓRDOBA S aizar, titular Así se daban ayer las buenas tardes en El Arcángel. El debate estaba en la grada. Cuando cada jugada a balón parado o cada centro lateral encoge los corazones de una afición, a la defensa y el portero les toca repartirse culpas. La zaga blanquiverde y Juan Carlos saben de eso. Se han pasado la temporada en entredicho, desde el primer gol de Benzemá, en el Bernabéu, hasta el último de Iborra, en el Pizjuán. Allí tocó a su fin una etapa. Y lo demostró ayer Miroslav Djukic al tomar una de esas decisiones que resultan más desagradables para cualquier entrenador. En el fútbol, un cambio de portero encierra muchos significados e infinidad de sentimientos. Contrastes únicos que, salvo sanción o problemas físicos, aparecen en momentos, de por sí, complicados. Ayer perdía la con- fianza del técnico un guardameta al que la directiva había renovado por dos temporadas hacía apenas nueve días. Sus guantes se los enfundaba Mikel Saizar, un vasco con ADN califal, un tipo que parece calcar en su carrera los altibajos históricos del CCF. Como cuando acarició la Primera División con la Real Sociedad hace más de una década; jamás debutó. O cuando le tocó curtirse durante media vida en los campos embarrados de Segunda B... Tampoco se entendería fuera del ilógico entorno cordobesista el fichaje de un portero que había encajado 75 goles en Segunda División. Nadie se había equivocado. El arquero de Ibarra demostró dos de las virtudes que han distinguido desde siempre a los de su especie: paciencia para soportar el banquillo (pasó una temporada a la sombra de Alberto García) y solvencia para detener a los delanteros rivales cuando el jefe se lo encomienda. Da igual cuándo y dónde. Contra al Barcelona, en la Copa del Rey, o contra el Sabadell, en el que había sido, hasta ayer, su último partido oficial con el Córdoba. En la jornada 31 de la pasada campaña en Segunda, en la Nova Creu Alta, se fracturó un dedo. Albert Ferrer recurrió a Juan Carlos y decidió mantener al sustituto tras la recuperación de Saizar. Al guipuzcoano le tocó volver a contemplar desde el banquillo las andanzas de sus com- Sueño El portero recibió el premio a 32 años de constancia y a diez temporadas fuera de su casa en Ibarra Objetivo El estilo sobrio del meta ayudó a la defensa a ganar en seguridad en los balones aéreos y la estrategia pañeros, disfrutar del ascenso desde uno de los puntos de vista más agridulces: el de un portero suplente. La Primera estuvo cerca de darle la espalda por segunda vez. Pero Saizar no salió de la plantilla en verano. Se quedó a pelear más por un sueño que por un puesto, pese a que la etiqueta de reserva amenazaba con mandarle al olvido. En invierno también miró de reojo la salida. De aquello hace menos de un mes. Ayer los focos de El Arcángel iluminaban la espigada silueta de un portero clásico, enemigo de las excentricidades. Quizá abanderado del aplomo que necesita una defensa que tiembla cada vez que llueve un balón. Mikel Saizar reconocería tras el partido que llevaba 32 años esperando ese momento. Diez fuera de mi casa precisó. Debutaba en Primera con la misión de aportar tranquilidad al colista y de mandar en su área. Por eso salió decidido a por cada envío cruzado y despejó de puños una vez tras otra. Nada pudo hacer para evitar el 0- 1 de André Gomes. En el segundo tiempo, a raíz del empate, se le acumuló el trabajo. Y lo despachó, fiel a su estilo, sin palomitas para la foto pero con eficacia. La grada se lo reconocía con aplausos. Aunque la línea que separa la gloria de la frustración es transparente en El Arcángel. Los focos del estadio, de Primera, deslumbraron a Saizar, que no pudo ver la parábola que describió un remate defectuoso de Pablo Piatti. Cosas del ADN...