ABC CORDOBA 22-02-2015 página 31

ABC DOMINGO, 22 DE FEBRERO DE 2015 cordoba. abc. es Faltan ADÍAS 35 días Domingo de Ramos para el CÓRDOBA 31 La Cuaresma en ABC El obispo anima a los jóvenes cofrades Jóvenes participantes en el encuentro, ayer, en el Palacio Episcopal L. M. CÓRDOBA ABC No tengáis miedo ni vergüenza de decir que pertenecéis a una hermandad y a la Iglesia Con estas palabras el obispo de Córdoba, Demetrio Fernández, animó a los jóvenes pertenecientes a las hermandades de la diócesis a perseverar en su tarea. Fue durante el encuentro que mantuvieron, y que comenzó con una misa en la Catedral y continuó con conferencias y convivencias en el Palacio Episcopal. Demetrio Fernández exhortó a los jóvenes en que sigan mostrando su alegría en sus tareas en sus cofradías, pero también insistió en que las hermandades son un lugar de encuentro, de compartir la fe y de caridad con aquellos que más necesitan Una conferencia y una charla en la que el sacerdote y cofrade Ignacio Sierra les expuso su vivencia de vocación fueron la culminación de una jornada en que los jóvenes se acabaron sumando al Vía Crucis de las cofradías. EL PATERO DEL DOMINGO LUIS MIRANDA FOTOS: MIGUEL ÁNGEL POSTERGACIÓN Muchos viven la espera con una ansiedad que tienen que llenar de sucedáneos ba allí la luz morada de en los faroles que habían ido en el viejo paso de la Oración en el Huerto, y se mantenían encendidos y trémulos al final, cuando iba cayendo la tarde y el cortejo buscaba el regreso a San Basilio y el camino por su barrio antes de volver al templo. El ritual simbólico de la Cuaresma estaba repetido y sólo quedaba seguir contando. N O sé si es la austeridad castellana o un sano principio de postergación de los placeres para que sepan mucho mejor cuando llegan, pero hace tiempo que admiro a los cofrades de Zamora, que no consienten que su música más querida suene hasta las cinco de la madrugada del Viernes Santo, cuando al alba sale Jesús Nazareno. Los amantes de la sobria, honda y monumental Semana Santa de esta ciudad castellana la habrán tarareado clandestinamente, pero hasta la hora señalada no rompe el silencio la Marcha Fúnebre de Sigmund Thalberg, un himno para toda la ciudad que no está justificado más que en los momentos únicos de verdad. Quizá algún día me asome a la Semana Santa de Zamora, como me estarán sugiriendo algunos de los que hayan empezado a fruncir el ceño mientras leen, pero desde luego la idea contrasta con esta espera ape- nas soportada que tiene que vivir los días no con sus afanes y sus rituales propios, aunque estén muy lejos del incienso y de la cera, sino con una como ansiedad que hay que llenar con sucedáneos y palabrería que reviste de piedad impostada una afición. Desde otoño empezaron a descontarse días a cuentas que primero eran de tres cifras, y que desde hace un tiempo son de semanas, a ver cuántos jueves o martes quedan para su día. Cada uno dedicará su tiempo ordinario a lo que quiera, pero igual que en Zamora comprendieron bien que suena Thalberg porque es Viernes Santo, también habría que pensar que a quien le gusten mucho las torrijas quizá no las saboree tras muchos días de pan, miel y huevos por separado.