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ABC CORDOBA 20-02-2015 página 14
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ABC CORDOBA 20-02-2015 página 14

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14 OPINIÓN LLUVIA ÁCIDA PUEBLA VIERNES, 20 DE FEBRERO DE 2015 abc. es opinion ABC DAVID GISTAU OH, UN PÚGIL Todo el mundo tiene un plan decía Tyson hasta que le pegan la primera piña en la boca S Í, ya he visto la fotografía en la que Pablo Iglesias posa para Vanity Fair con unos guantes de boxeo. Unos gastados, con el encanto de lo retro como unas guantillas de Everlast que tengo colgadas en la pared del despacho y que imitan aquellas con las que hacían saco los púgiles de la edad dorada del peso pesado. Los guantes de Iglesias son de cordones, raros de ver ya en los gimnasios, donde se entrena con guantes de velcro porque el entrenador no pierde tiempo anudando por turno a todos sus pupilos, ni los pupilos anudándose los unos a los otros. Procedemos a deconstruir la actitud pugilística de Pablo Iglesias. A quien recomendamos el uso de bucal, por cierto, porque en el retrato no parece llevarlo y ello nos parece imprudente. Puede incluso morderse la lengua si le entra un upper peleando en la distancia corta, que sin duda es la suya, por peso y por actitud. La primera imperfección que detectamos es la guardia. Me puedo imaginar a Jero García reprochándole que la mano de atrás se le cae casi hasta el pecho, cuando debería estar junto al mentón. Es un defecto habitual en el principiante y en el púgil cansado, y a veces se acentúa al lanzar el jab sobre todo si se hace desde demasiado lejos y la inercia del golpe arrastra el cuerpo. Conviene corregirlo, porque una mano de atrás caída deja abierto un espacio muy peligroso por el que puede entrar el crochet de izquierda del rival, así como el jab de contra. La guardia más cerrada, Iglesias. Más armadita arriba, aunque nunca tanto como para impedir que los codos, ayudados por una ligera flexión del abdomen, sirvan para parar los ganchos abajo. En realidad, la mano caída de Pablo Iglesias tiene una función ajena al boxeo. No tapar el rostro en el posado. Permitirnos ver la expresión de trascendencia y ceño fruncido, de rigor intelectual, que es la misma que pone Iglesias cuando anuncia que salvará la patria. Cara de tener un plan. Todo el mundo tiene un plan decía Tyson hasta que le pegan la primera piña en la boca Poco durarán el plan y el ceño fruncido con una guardia tan abierta. Salvo que haga el bending como Nicolino Locche. El arte de la esquiva, muy hermoso de ver. Tenemos otro problema, Iglesias, visible en la fotografía. No cierra usted la mano, no arma el puño. ¿Qué vamos a repartir, collejas? Por no hablar del riesgo de fractura de algún dedo al pegar con una manita fofa. Éste es otro defecto frecuente en los principiantes que suele solucionarse de la manera siguiente: al que lo padece se le obliga a entrenar e incluso a guantear sin atarle los guantes, de forma que se le resbalarán y los perderá si no cierra el puño. Creo que Iglesias necesita que le sea aplicada esta técnica, salvo que pretenda boxear dando golpes de kárate con el canto de la mano. Por último, el pelo. Heinz decía que el pelo largo, al agitarse, hace que los golpes recibidos parezcan peores. Sé que aquí topamos con su imagen de marca, la coleta, pero no es recomendable en el ring. PERDONEN LAS MOLESTIAS ARIS MORENO IMPUTADOS PERO NO TANTO Por lo visto, la imputación que ha dictado el Supremo no es imputación suficiente para exigir la dimisión de los imputados E L Tribunal Supremo acaba de citar como imputados en el fraude masivo de los EREs al señor Chaves y al señor Griñán. Ninguno de los dos son ciudadanos comunes, como usted o como yo. Han sido presidentes de la Junta de Andalucía, la más alta institución de la comunidad autónoma, y su implicación judicial eleva un peldaño más las responsabilidades por el mayor escándalo de corrupción de Andalucía en décadas. Todo indica que el Supremo hace suya la hipótesis de la jueza Alaya, según la cual la desviación irregular de fondos destinados a empresas en crisis no era un hecho aislado sino un mecanismo diseñado para eludir los controles ordinarios de la intervención autonómica. No hablamos de una corruptela menor evaluada en algunos miles de euros. Hablamos de una trama organizada en el estómago de la administración que ya alcanza a decenas de implicados, muchos de ellos altos cargos públicos, y que se cifra en varios cientos de millones de euros. La imputación de Chaves y Griñán certifica la gravedad de la metástasis. No nos pregunten cuántos consejeros están ya en la línea directa de la gangrena institucional, ni cuántos directores generales, ni cuántos responsables orgánicos de la cosa. Hay guarismos que es imposible retener en la masa encefálica. Tratas de alojarlos en el cerebro y tropiezan los cientos de millones defraudados con las decenas de prejubilados intrusos, las decenas de prejubilados intrusos con los comisionistas de las aseguradoras, los comisionistas de las aseguradoras con las mariscadas, las mariscadas con las noches de coca y rosas, y así sucesivamente hasta topar, mire usted por dónde, con el señor Zarrías, que es la salsa de todos los guisos. La citación de dos ex presidentes autonómicos en calidad de imputados podría sorprendernos pero, la verdad sea dicha, nos deja más fríos que una película de cine fórum. Sobre todo, si colocamos el dato sobre el paisaje de un país asolado por los Gurtel, los Pujol, los Bárcenas, los cursos de formación, la Operación Púnica, las tarjetas black y todas estas castañas pilongas que nos desayunamos un día sí y otro también. No sabemos todavía qué grado de implicación tienen los señores citados en el organigrama de lo que se ha venido en llamar técnicamente como transferencias de financiación, que no es sino lo que cualquier hijo de vecino conoce como bombear la pelota para salvar la barrera. Y tanto. Lo que sí sabemos es que la señora Susana Díaz anunció con la solemnidad del momento que si resultaban imputados los ex presidentes de la Junta no le temblaría la mano para pedirles que abandonen el acta. Ayer, en cambio, nos enteramos de que no es lo mismo estar imputados que estar imputado. De tal forma que la imputación que ha dictado el Tribunal Supremo no es imputación suficiente para exigir la dimisión de los imputados. Que quede claro. La presidenta de la Junta ya declaró al inicio de su mandato que sería implacable contra la corrupción. Hasta tal punto que nada más disolver el Parlamento andaluz para convocar las elecciones anticipadas blindó a tres imputables en la causa designándolos miembros de la Diputación Permanente. Como ven, una lucha sin cuartel contra la putrefacción de la vida pública. Y así, tacita a tacita, vamos llenando el océano del hartazgo. O sea.

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