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ABC CORDOBA 15-02-2015 página 68
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66 INTERNACIONAL DOMINGO, 15 DE FEBRERO DE 2015 abc. es internacional ABC Ucrania El fracaso de la diplomacia El Kremlin desea seguir avanzando en territorio ucraniano hasta unir Crimea con Rusia y acercarse a la frontera natural del río Dniéper FLORENTINO PORTERO Entrenamiento militar de oficiales ucranianos en la reserva Nuevo acuerdo en Minsk, nueva violación del acuerdo y más dudas sobre la posibilidad de resolver la crisis a través de medios diplomáticos, por muy acompañados que vayan de sanciones. Desde el inicio los europeos planteamos mal la gestión de la crisis, primero nacional y luego internacional, y a partir de entonces la evolución de los acontecimientos no ha hecho más que complicarse poniendo en evidencia impotencia y diferencias entre aliados. Rusia perdió la Guerra Fría y con ella importantes territorios cuya conquista y reconquista había costado enormes sacrificios en vidas y medios materiales. Pusieron como condición para llegar a un entendimiento permanente con Occidente que el Eje Báltico- mar Negro quedara fuera de las instituciones europeas y atlánticas, a modo de glacis de seguridad. Aunque la Administración de Bush padre dio ciertas garantías verbales, a partir de la llegada de Clinton a la Casa Blanca se arrumbaron criterios de realismo estratégico para primar el derecho de los ciudadanos de esos estados a decidir libremente sobre su futuro. Más aún, fueron muchos los que consideraron desde posiciones realistas o neoconservadoras que la promoción de la democracia, tanto en este eje como en el Cáucaso y Asia Central, sería una garantía de estabilidad para el futuro. En Moscú estos planteamientos sólo podían interpretarse como un intento de cerco y de segregación de sus históricas áreas de influencia La crisis de Ucrania estalla tras un rearme político, ecoUn cubo con granadas de mano en un puesto militar ucraniano nómico y moral de Rusia gracias a la constitución de un poder central fuerte y de años de altos precios de la energía. Rusia había recuperado músculo. La arbitrariedad con la que Estados Unidos resolvió la crisis de Kosovo y la decisión del Gobierno georgiano de acercarse a la Alianza Atlántica fueron el punto de arranque de una campaña de la que Ucrania es sólo un nuevo capítulo. La violación de los resultados electorales, derribando gobiernos prorrusos, y el giro proeuropeo convencieron al Ejecutivo ruso de que más valía retener una parte de Ucrania que perderla del todo. Guerra sin justificación La diplomacia rusa nos recuerda que parte del territorio fue cedido por la Unión Soviética, que parte de la población es de origen ruso, que europeos y norteamericanos han animado revueltas antidemocráticas... Todo eso es cierto, pero no es justificación suficiente para provocar una guerra civil. Rusia no tiene derecho a anexionarse territorios de soberanía ucraniana ni georgiana, de la misma manera que Estados Unidos no tenía derecho a reconocer la independencia de Kosovo. ¿Tienen algún sentido las negociaciones en marcha? Sí, aunque no tengan mucho que ver con los intereses de Ucrania. No es casual que Estados Unidos o el Reino Unido estén fuera de la mesa de negociaciones, como tampoco lo es que Alemania y Francia sí estén. Nos hallamos en presencia de procesos diplomáticos enraizados en la historia, por los que Alemania y Francia tratan de llegar a entendimientos sobre las fronteras del Eje Báltico- mar Negro con Rusia. Cada época tiene su lenguaje. El de nuestros días resulta más AFP hipócrita, porque envolvemos estas acciones en derechos humanos, libertad, democracia... No fue casual que en la última sesión del clásico encuentro anual en Múnich el vicepresidente Biden denunciara el reconocimiento de áreas de influencia en Europa, una poco velada alusión al papel que las diplomacia germana y francesa están desempeñando. Advertencias desoídas La reunión fue tensa, como tensa debió de ser la conversación posterior entre la canciller Merkel y el presidente Barack Obama. En realidad, ni norteamericanos ni europeos podemos sentirnos muy orgullosos del papelón realizado. Hemos jugado con fuego en Ucrania y al final los ucranianos están sufriendo las consecuencias de nuestra diplomacia, tan frívola como inconsciente. Rusia avisó más de una vez y nosotros o no quisimos darnos por Frivolidad occidental Europa y EE. UU. han jugado con fuego en Ucrania y al final los ucranianos sufren las consecuencias de nuestra frivolidad enterados o fuimos incapaces de elaborar una respuesta apropiada. Ni ahora ni en siglos precedentes se ha podido intervenir en esa región sin considerar seriamente los efectos de la más que previsible respuesta rusa. EE. UU. y parte de los aliados defienden armar a las fuerzas ucranianas, lo que llevaría a una mayor intervención rusa y a un agravamiento del conflicto, que tendería a enquistarse. Alemania y Francia, por el contrario, optan por más diplomacia, reconociendo de hecho la anexión rusa de parte del territorio ucraniano. Tienen muchos intereses en Rusia y temen las consecuencias de un endurecimiento del conflicto. En cualquier caso, Rusia va a seguir avanzando, por lo menos hasta el otoño. Tienen que unir la Península de Crimea con Rusia y acercarse a la frontera natural del Dniéper. Saben que estamos divididos, que ni la Unión Europea ni la Alianza Atlántica juegan un papel relevante, que estamos dispuestos a ceder, como ya hicimos en Georgia. Ahora les toca jugar con inteligencia la carta de la paz cuando les convenga para lograr el levantamiento de las sanciones. ¿Cuándo y dónde se detendrán? Será el resultado de la combinación de climatología, recursos y voluntad.

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