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ABC CORDOBA 03-02-2015 página 14
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14 OPINIÓN CAMBIO DE GUARDIA MARTES, 3 DE FEBRERO DE 2015 abc. es opinion ABC A LOS CUATRO VIENTOS Alerta de Goldman Sachs Más muertes en carretera GABRIEL ALBIAC PACTO ANTIYIHADISTA El yihadista necesita morir para culminar su negocio con Alá. Y es, así, invulnerable a todas las lógicas de combate clásicas Invertir en populismo supone el peor negocio La euforia y el miedo mueven, de arriba abajo, a los mercados financieros, sometidos a la confianza y el temor que, respectivamente, aportan las perspectivas políticas y sociales. No ha tardado Goldman Sachs en alertar a sus clientes de los riesgos de invertir en las Bolsas de Milán y Madrid, ayer en rojo y sedes de una periferia continental a la que se asoma el fantasma del populismo. Por su tamaño, lo que suceda en Grecia es un mal menor para los mercados, pero el riesgo de que la mancha de aceite se extienda a economías como la italiana y la española alcanza la categoría de emergencia. Exhibiciones como la del pasado sábado en Madrid señalan el camino, directo, de la huida de capitales y la ruina. Exceso de confianza, no de velocidad Con 88 víctimas mortales, el pasado mes de enero se cerró en las carreteras españolas con un estremecedor repunte en la siniestralidad: 27 fallecidos más que en enero de 2014, tras nueve años de caídas. El envejecimiento del parque automovilístico y el deterioro de la red viaria consecuencias de la crisis no pueden servir de excusa a una situación que, en proceso de contención, vuelve a desbordarse y a manifestar la necesidad de insistir en políticas, no solo punitivas y recaudatorias, que mantengan vivo el debate de la seguridad vial. El exceso de confianza es el peor compañero de viaje, al volante o en un despacho de la Administración. L A primera lección que PP y PSOE deben extraer de los asesinatos de París es la necesidad de sellar un pacto de Estado contra el yihadismo. Cualquier interés de partido aquí sería imperdonable. Porque lo que se juega es la supervivencia de lo más elemental: la universal condición libre del ciudadano. Sin distinción de religión ni sexo. El yihadismo no es un terrorismo. Es una guerra santa. En la cual el sacrificio del fiel está, desde el principio, amortizado. Y eso trastrueca todas las reglas defensivas. La rentabilidad perseguida por el terrorista clásico estaba ligada a su arrebatada apuesta por un mundo nuevo. Y se regulaba, como cualquier apuesta, por el equilibrio entre envite y ganancia: el riesgo al cual el terrorista sometía su propia vida era sopesado en función del beneficio común que de él derivase. El terrorista era, así, un apocalíptico mesurado. Llegado el caso, aceptará morir con el lacónico estoicismo del Chen de la novela de Malraux La condición humana: como un precio a pagar para obtener una contrapartida de entidad mayor que su propia vida. El terrorista aceptaba ser un asesino. No un suicida. No prioritariamente. Morir era, para él, huella de un fracaso. En una guerra santa, morir no es fracasar; morir es alcanzar la más alta victoria: sea bajo la descerebrada imagen de las ni se sabe cuántas huríes virginales a disposición y uso privados del mártir, sea bajo formas teológicamente menos ridículas de identificación con lo celeste. El yihadista necesita morir para culminar su negocio con Alá. Y es, así, invulnerable a todas las lógicas de combate clásicas contra el terrorismo. Ninguna constricción racional es eficaz frente a aquel que, por encima de cualquier otra cosa, desea la muerte porque sólo de la muerte en sacrificio lo recibe todo. La yihad tiene hoy un territorio definido: Europa. Y un movedizo asiento logístico al sur del Mediterráneo. Entre esa retaguardia cuya punta de lanza son hoy Irak, Siria y Yemen y el corazón de Europa, hay dos vías naturales de avituallamiento: los Balcanes y España. Son las rutas por las cuales trenzados al colosal negocio del tráfico de estupefacientes armas y dinero hacen operativos a los alucinados que vieron la luz en mezquitas donde oficia un clero salafista. Territorio de yihad, Europa no puede enfrentarse fragmentada a ese nuevo tipo de guerra. Mientras el control de fronteras y la normativa migratoria sean fijados por cada país por separado, la UE será un colador indefendible. Mientras Europa no intervenga con eficacia militar completa para destruir el Califato implantado entre Irak y Siria, el Estado Islámico seguirá entrenando a yihadistas europeos y devolviéndolos a Europa con arsenales de guerra cada vez más potentes. Mientras Europa no imponga por igual la legalidad democrática a todas las creencias religiosas en su territorio, el islam seguirá blindando su Estado dentro de los Estados europeos. Hasta que todo estalle. Es la amarga lección de París en enero. CARTAS AL DIRECTOR Por favor, más bandoleros no Siempre he dicho que los bandoleros no se fueron de las serranías de nuestra Andalucía. Siguen asaltando como en tiempos anteriores. Siempre los andaluces nos hemos chocado fuera de nuestros contornos con unos arquetipos muy insólitos, chocantes en cuanto a la manera de vivir la vida y con falsos argumentos, falacias que en cuanto nos conocen los de afuera, ven que no es así; pero dicho de otra manera, en cada autonomía seguramente habrá gente con parecidas idiosincrasias; en todo esto hay un total desconocimiento de lo que es nuestra tierra andaluza. Es verdad que hubo tiempos donde los bandoleros acampaban por las serranías de Sevilla, Málaga y principalmente por las de Córdoba. En Fitur han aparecido de nuevo estos serranos bandoleros con su pañuelo y catite a la cabeza, guayabera y fajín, para no desentonar estos remedos llevaban al hombro su manta cartujana y el poder que les daba en aquellos tiempos trabucos de largo corte. Estoy seguro que los visitantes en el centro de convenciones de Madrid no les quitaron el resuello cuando vieron aparecer estos bandoleros, nuestro tiempo no está para bollos Más urnas y más millones La señora presidenta Susana Díaz ha tenido un deseo y cómo no cumplirlo en su estado de buena esperanza. Cree la señora Díaz que la democracia sólo son las urnas y cuantas más mejor, pero nada más lejos de la realidad; la frecuencia de las urnas no es más que la incapacidad de los políticos para gobernar, llegar a acuerdos, o los intereses de partido, y curiosamente se dan las tres posibles causas en esta nueva convocatoria. Deseo que la presidenta esté dispuesta a cumplir a pesar del paro que acumula la Comunidad, su desgobierno y la crisis económica; qué son 14 millones de euros para que los andaluces hablen, y que hablen aunque no tengan trabajo. Pero ella cogerá el tren que le conviene para sus intereses, su partido y su lanzamiento personal; y que paguen los ciudadanos. Pero como no hay mal que por bien no venga, una cosa buena sí ha sucedido con su liquidación de un plumazo del Pacto por Andalucía (más bien pacto por la poltrona) que el azote a Córdoba y a los católicos de Córdoba de su ex consejero, Rafael Rodríguez, ha desaparecido por ahora y ya nada tiene que ver con la Catedral. Esperemos que la señora Susana nos deje en paz y se dedique al arte de gobernar que es lo que debe ser una democracia, respete a la Iglesia y sus bienes, a los gobernados, a su fe y a sus creencias. Como digo, más urnas y más millones, no solamente gastar los millones que no hay para tantas cosas en Andalucía, sino que tampoco se preocupa de que aparezcan los millones robados. Se le llena la boca alardeando de colaborar con la Justicia, pero a la hora de disolver la legislatura no se ha olvidado de blindar a los ex consejeros de los ERE señores Ávila y Vallejo y la señora Martínez Aguayo incluyéndolos en la Diputación Permanente del Parlamento; o sea, ponerlos fuera del alcance de la juez Alaya; así colabora con la Justicia. Ahora hasta que el TSJA decida juzgarlos o prescriban; pero responder de su gestión y de los euros perdidos nada de nada. Tejemaneje por el que está claro que toma por tontos a la andaluces, pero se equivoca, las trolas no cuelan señora Díaz, los tontos y los que tragan sus mentiras sabe usted quienes son. I. MORENO JULIÁ CÓRDOBA calentitos y más que ahora estamos fríos por las clemencias de tiempo, pero viendo como está la calle de ladrones- antes llamados bandoleros- -no me extrañaría nada que algunos les desapareciera el hipo.

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