ABC CORDOBA 21-01-2015 página 44
- EdiciónABC, CORDOBA
- Página44
- Fecha de publicación21/01/2015
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44 INTERNACIONAL MIÉRCOLES, 21 DE ENERO DE 2015 abc. es internacional ABC ALFONSO ROJO EL PESO DE LA HISTORIA Obama seguirá en la Casa Blanca hasta el 20 de enero de 2017, pero el peso del estigma ya ha caído sobre el presidente icen que después del Pato Donald no hay ánade más importante en el mundo que el Pato Cojo expresión con la que se describe al presidente de Estados Unidos al final de su segundo mandato, cuando imposibilitado por ley para presentarse a la reelección, tiende a volverse inoperante. Barack Obama seguirá en la Casa Blanca hasta el 20 de enero de 2017, pero el estigma ya ha caído sobre él. Con ambas cámaras del Congreso en manos republicanas, el margen de acción del hombre, que según The Economist llegó convencido de que era capaz de caminar sobre el agua y se ha hundido hasta el cuello parece escaso. EE. UU. es un país donde la separación de poderes funciona de verdad. A pesar de ello, no da la impresión de que Obama se resigne a abandonar el escenario sin dejar su marca. Lo natural es que echara un cuarto a espadas en la guerra contra el Estado Islámico y no se conformara con haber descongelado las relaciones con la Cuba castrista, pero la batalla contra los fanáticos musulmanes se perfila larga y complicada. Y a la espera de resultados, el presidente Obama ha optado por intentar algo sonoro en el ámbito doméstico, donde no ha podido rematar como soñaba sus planes en inmigración, sanidad o cambio climático. Anoche, en su séptimo discurso sobre el estado de la Unión, colocó la lucha contra la desigualdad en el centro del debate político, proponiendo subidas de impuestos a los más ricos y un rosario de medidas redistributivas destinadas a favorecer a las casi siempre apaleadas clases medias. Tiene nulas posibilidades de que el Congreso de luz verde a sus planes, pero la iniciativa estará en el centro de la campaña de las presidenciales de 2016 y él, con suerte, puede pasar a la Historia como un presidente que sacó al país de la recesión y se fajó en luchar contra las desigualdades, para mantener vivo el sueño americano D Obama, durante su visita a un centro educativo de Washington en honor a Martin Luther King REUTERS Obama intenta captar a la clase media en su discurso anual La apertura a Cuba y la mejora de la economía, claves del informe del Estado de la Unión ante el Congreso EMILI J. BLASCO CORRESPONSAL EN WASHINGTON Barack Obama se presentó anoche ante el Congreso estadounidense, en su discurso del Estado de la Unión, con el viento a favor de la mejora económica y de un repunte en las encuestas. A pesar de la derrota demócrata en las recientes elecciones legislativas, Obama acudió a la sesión conjunta del Senado y la Cámara de Representantes con la intención de mantener un pulso con los republicanos durante los dos años que le quedan de mandato. Durante su intervención, de madrugada en España, el presidente estadounidense tenía previsto defender una reforma fiscal que favorezca a la clase media, rebañando ingresos procedentes de las rentas más altas y de las entidades financieras. No es el único punto que le enfrenta a los republicanos, pues la Casa Blanca ya ha anunciado que vetará al menos cinco iniciativas legislativas que los republicanos impulsan en el Capitolio, entre ellas la construcción de un nuevo gasoducto y la aplicación de más sanciones contra Irán si fracasan las negociaciones que se mantienen con ese país sobre su capacidad nuclear. El jefe de la mayoría republicana en el Senado, Mitch McConnell, lamentó horas antes del comienzo de la sesión que Obama estuviera escogiendo una vía de confrontación. Hemos pedido a la Casa Blanca una implicación constructiva, pero lo que vemos, al menos hasta ahora, está siendo desalentador. Tenemos que cambiar esta dinámica. Debemos pasar página. El Estado de la Unión ofrece esa oportunidad indicó McConnell. Especial consternación ha causado entre los republicanos que Obama haya optado por presentar un plan de reforma fiscal, cuya necesidad también defienden ellos, sin esperar a abrir conversaciones. Los republicanos ya acusaron al presidente de tomar medidas unilaterales en relación a inmigración a finales de noviembre, sin esperar a que se formara consenso en el Congreso. Pero Obama quiere demostrar que no se ve a sí mismo como el pato cojo que supone ser presidente solo por dos años más, con un Congreso adverso. El líder demócrata no se encuentra en un momento de gran popularidad, pero ha mejorado desde otoño, cuando obtenía un apoyo de en torno al 40 por ciento. Una encuesta del Wall Street Journal y la cadena NBC le daba ayer al presidente una aprobación del 46 por ciento. Otra del Washington Post y la ABC subía esa nota al 50 por ciento. Ese ascenso tiene mucho que ver con la sensación de salida de la crisis que se vive en Estados Unidos. Si en octubre, solo el 27 por ciento de los ciudadanos consideraba que el estado de la economía era bueno o excelente, ahora es del 41 por ciento. En ese contexto, Obama ha reiterado los últimos días que el resurgimiento de América es real La lista de Michelle También ha revitalizado ligeramente al líder norteamericano el anuncio de restablecimiento de relaciones diplomáticas con Cuba, no tanto por el apoyo que la medida ha encontrado entre la población (el 63 por ciento aprueba ese acercamiento, si bien al mismo tiempo el 60 por ciento es escéptico sobre un avance de Cuba hacia la democracia) como porque da imagen de una Casa Blanca activa y con capacidad aún de actuaciones importantes. Precisamente para acompañar la referencia en su discurso a la nueva línea de acción con La Habana, Obama contó entre los invitados a la sesión en el Capitolio con Alan Gross, el estadounidense detenido en isla cuya liberación fue el eje central de las negociaciones mantenidas por EE. UU. y Cuba en el último año y medio. Gross formaba parte de la lista de Desafío Pese a estar en minoría en las dos Cámaras, Obama quiere dar la batalla los dos años que le restan