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ABC CORDOBA 12-01-2015 página 13
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ABC LUNES, 12 DE ENERO DE 2015 abc. es opinion OPINIÓN 13 EL CONTRAPUNTO UNA RAYA EN EL AGUA ISABEL SAN SEBASTIÁN SOCIALIZAR LA RESISTENCIA Demostremos a esas bestias sanguinarias que, como dejó escrito Albert Camus, de los resistentes es la última palabra C ONTRARIAMENTE a lo que muchos creen, cuando los terroristas de ETA decidieron socializar el sufrimiento no estaban poniendo en su punto de mira al conjunto de los ciudadanos, de manera indiscriminada, sino colocando una diana en la frente de ciertos colectivos especialmente influyentes, como políticos, jueces o periodistas. Considerando que el autor intelectual de esa estrategia, Rufino Echevarría, es hoy un dirigente de Sortu, partido legal y considerado democrático a pesar de estar integrado por gente como él, hay que concluir que la idea fue excelente para los intereses de la banda, toda vez que los señalados, salvo alguna honrosa excepción, optaron por propiciar una negociación política que nos ha traído hasta donde estamos, con Bolinaga o Santi Potros en la calle y el brazo ideológico del terror afianzado en las instituciones. La socialización del sufrimiento ha demostrado ser una modalidad retorcida y perversa del terrorismo asesino cuyos efectos resultan, si cabe, más devastadores aún para las sociedades atacadas que los de las matanzas a ciegas. Y los terroristas lo saben. Todos los terroristas, incluidos los que matan en nombre de Alá y su profeta, presuntamente a fin de vengar su honor. Los yihadistas que irrumpieron el pasado miércoles en la redacción de Charlie Hebdo habían calculado muy bien su golpe. Su objetivo no eran las per- sonas, sino la libertad, el derecho a transgredir e incluso a ofender dentro de los límites establecidos por la Ley, o asumiendo las consecuencias legales de conculcarla. Un principio nuclear de nuestra civilización avanzada cuya defensa justifica con creces la movilización sin precedentes que se vivió ayer en París. Era imprescindible responder a la brutalidad islamista con una presencia masiva de los llamados a encabezar la resistencia occidental frente a su avance sanguinario: jefes de Estado y de Gobierno, responsables de la seguridad colectiva, líderes de opinión. Y no por otorgar un mayor valor a las vidas de los dibujantes galos que a las de tantas víctimas inocentes degolladas o abatidas a tiros por los secuaces del Califato o Al Qaida, como sostienen algunos análisis simplistas, sino por lo que está en juego. Porque habíamos de replicar a esta calculada socialización del sufrimiento con una socialización mayor de la resistencia que oponemos, y no rindiendo nuestros principios. La población francesa ha dado estos días una lección encomiable de unidad y coraje frente a quienes pretenden ponerla de rodillas, pero dado que no es Francia el enemigo del islamismo fanático, sino todos nosotros, hijos de la luz del humanismo ilustrado, éramos todos nosotros los llamados a resistir. A desafiar el riesgo inherente a un atentado suicida tomando la calle. A decir alto y claro que no abdicaremos una sola de las conquistas de la razón. A proclamar, como Voltaire, que no estoy de acuerdo con lo que dices, pero defenderé con mi vida tu derecho a expresarlo Yo suscribo de la cruz a la raya esa afirmación y por ello habría publicado las célebres caricaturas de Mahoma, o al menos alguna de ellas, el día siguiente a la masacre perpetrada en el semanario satírico. Estoy convencida de que una agresión como la sufrida por ese medio de comunicación constituye un golpe mortal para todos los medios de comunicación, y lamento que la mayoría de la Prensa autodenominada libre no haya sido solidaria. Esa omisión concentra el riesgo sobre los pocos que se atreven a plantar cara al terror, significándose, y demuestra a los terroristas que sus acciones criminales no sólo son legítimas a sus ojos exaltados, sino también útiles. No lo son. No deberían ni pueden serlo. Demostremos a esas bestias sanguinarias que, como dejó escrito Albert Camus, de los resistentes es la última palabra IGNACIO CAMACHO NOUS SOMMES TXAPOTE Blindados al latido del mundo, ensimismados en la prioridad de la tribu. Ellos y sus presos. Eso sí que es una casta LLOS a lo suyo. Blindados al latido del mundo, sordos al clamor gigantesco de las víctimas, inasequibles al suspiro universal de la piedad. Erre que erre en torno a las sagradas prioridades de la tribu. Ensimismados en su cápsula de aislamiento. Cuando medio planeta lloraba en las calles por la barbarie yihadista, cuando en las plazas de la vecina Francia se encendían las velas trémulas de la libertad, el impermeable linaje batasuno salió el sábado en Bilbao a pedir el reagrupamiento y la amnistía de los presos etarras. Tan campantes, con un par. Ajenos a la sístole emotiva de una sociedad global sobrecogida por la matanza de París y espeluznada por la reaparición de la sombra siniestra del terrorismo. Enrocados a salvo de cualquier atisbo de solidaridad que asome fuera de los límites del caserío. Con un sentido de la oportunidad fuera de lo común. En el sitio preciso en el momento justo. Inconmovibles, inalterables, impertérritos. De todos los fines de semana del año tuvieron que escoger precisamente éste. El de una de las mayores manifestaciones antiterroristas de la Historia moderna, a la que ha asistido hasta el jefe del Frente de Palestina. Qué más les daba a ellos, ésa no es su guerra. Lo suyo es lo suyo, la endogamia tribal, el sentimiento de pertenencia al clan étnico. Sus familiares y amigos encerrados tan lejos de casa, olvidados por esta opinión pública tan novelera; total, si sólo apiolaron entre todos a unos 850 cristianos mal contados. Hace años que no hay muertos, el conflicto pasó, ya incluso mandan ellos en las instituciones vascas. Por qué no van a volver los chicos sin hacer daño a nadie. Un tiempo nuevo, pelillos a la mar. No eran pocos, no; en todo caso bastantes más que la media de los que salían en el País Vasco a protestar por los atentados, aquellas almas solitarias de la Plaza Moyúa en los años de plomo. Y tampoco estaban solos. Además de la plana mayor de Sortu se vio por allí al diputado catalán Tardá, a los líderes de los sindicatos nacionalistas, a los de Comisiones Obreras y al inolvidable Madrazo, un abrazo. Y Podemos- Navarra apoyando en Twitter la movilización por los derechos humanos de los terroristas. Lo mejorcito de cada casa unido para ocasión tan magna. Ninguno encontró tiempo para cruzar la cercana frontera francesa y juntarse en alguna Plaza de la República a cantar el alonsanfánsdelapatrí junto a los atribulados conciudadanos de los dibujantes asesinados. Eso son asuntos internos de otro país. Sólo les importan los hijos pródigos de la patria vasca, esas criaturitas cruelmente dispersas en las cárceles del Estado opresor insensible al sufrimiento de sus familias. Allí estuvieron, los tíos, dale que te pego con su matraca. Presoak etxerá Ni Nous sommes Charlie ni liberté- egalité- fraternité. En todo caso, Nous sommes Yosu o Nous sommes Txapote eso sí que es una casta. E JM NIETO Fe de ratas

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