ABC CORDOBA 28-12-2012 página 64
- EdiciónABC, CORDOBA
- Página64
- Fecha de publicación28/12/2012
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64 ABCdelOCIO VIERNES, 28 DE DICIEMBRE DE 2012 abc. es ABC C ine Críticas El elixir de la infancia jugona ¡ROMPE RALPH! Dirección: Rich Moore. P Hugh Jackman apunta al Oscar con su gran Jean Valjean ABC A la búsqueda de un pero LOS MISERABLES Dirección: Tom Hooper. Con: Hugh Jackman, Russell Crowe. N o hay muchas posibilidades de encontrarle pegas narrativas o dramáticas a la obra original de Victor Hugo y supongo que tampoco muchas a la música que creó para ella Claude- Michel Shönberg; por lo tanto, para arrancarle un pelo al tigre de Los miserables habría que arriesgarse con la puesta en escena, las interpretaciones o eso tan íntimo que llamamos ritmo A mi modo de ver, esas posibilidades de encontrar pegas no mejoran, al menos en los dos aspectos primeros: una puesta en escena gloriosa, cuya perplejidad ya se plasma desde su secuencia inicial, babilónica, en los astilleros, y unas interpretaciones magníficas en la doble empresa de sus protagonistas, cantar con brillo y actuar con pleno y acertado dramatismo. En esta doble empresa, tanto Hugh Jackman, como Russell Crowe y Anne Hathaway están impresionantes en su física como en su química con los personajes, aún teniendo en cuenta el órdago que les echa continuamente el director, Tom Hooper El discurso del rey al someterlos a impúdicos y eternos primeros planos secuencia donde la voz tiene que estar a la altura de los sentimientos, y los sentimientos, a la altura de su vorágine sentimental. Y no sólo el trío dramático esencial (Valjean, Javert y Fantine) cuyos soliloquios y, en especial, el conmovedor de Anne Hathaway, son el alma de la historia y el gran rostro de la película, sino también el de ese fondo romántico, revolucionario, ético y épico encarnado en un gran segundo plano visual y actoral, con personajes arriesgados (como la pareja bufa de Sacha Baron Cohen y Helena Bonham Carter) o en ese triángulo sentimental formado por Cossette, Eponine y Marius, quizá más blandiblup pero que sitúan con encanto en el contexto Amanda Seyfried, Samantha Barks y Eddie Reydmayne. Naturalmente, siempre queda el recurso de criticar el ritmo en una obra grandiosa y que dura más de ciento cincuenta minutos, que suba, que baje, se entretenga, se pierda o se encuentre... Hooper combate ese grumo o sensación de cansancio con el hallazgo de momentos, tensiones o personajes como ese pequeño Gavroche, el niño que encarna el espíritu agitador y renovador de la obra de Victor Hugo, y que interpreta marsellescamente Daniel Huttlestone. Tan difícil como hacer esta gran película resulta, pues, criticarla. OTI RODRÍGUEZ MARCHANTE ues sí, confesémoslo desde ya: más o menos por la época en que Naranjito corría la banda, servidor y compañía agotábamos las existencias de monedas de cinco duros de carteras, huchas y rendijas, ignorábamos que el Comecocos se llamaba en realidad Pac- man aprendíamos música clásica al escuchar la Para Elisa entre nivel y nivel del Phoenix contábamos los pasos para encajarle un directo a la mandíbula a Bald Bull en Punch- Out y nos dejábamos los dedos a ras de muñón apretando frenéticamente los botones del Hyper Sports para alcanzar al Carl Lewis de turno. Seguramente por eso no se nos ha ido la sonrisa más beatífica durante los 101 minutos que dura la mejor película de animación del año (y algo más) Pero, no nos engañemos: si en vez de ser una rata de salón recreativo hubiésemos pasado la infancia en un iglú jugando a los dados con cubitos de hielo, la sensación de felicidad hubiese sido la misma. Bueno, parecida. Porque ¡Rompe Ralph! igual que su gran corto telonero, Paperman es un derroche no solo de guiños o codazos cómplices, sino de imaginación burbujeante, prodigio cartoon, puesta en escena intachable y hallazgos arcade (esa convención de malos anónimos esa central station jugona, ese choque entre vieja escuela y nue- vas generaciones ocho veces más caras... Tanto, que no hay que perder el tiempo anotando las gotas de Pixar en su ADN. De acuerdo que adivinamos Toy Story o Monstruos, S. A. pero también Alicia en el país de las maravillas El mago de Oz La bella y la bestia Cenicienta o La isla del tesoro Si les queda algo suelto de la sangría navideña, echen una moneda a esta mágica máquina. Aunque no peinen canas, lo agradecerán. J. CORTIJO Una manzana atada a un hilo WOODY ALLEN: EL DOCUMENTAL Dirección: Robert B. Weide. trapar a Woody Allen en un documental es como comerse una manzana atada a un hilo y sin usar las manos. Woody Allen, un tipo extravagante y con un ingenio singular, hace una película al año y siempre tiene otra cosa de qué hablar cuando le preguntan. Aunque ya lo ha dicho todo sobre sí mismo, sobre Dios, sobre el amor, el sexo, la pareja, la cultura y los extraterrestres, lo ha hecho de forma caótica y con la cara de alguien al que le queda todo por decir... La voluntad de Robert B. Weide al hacer este documental es dar la impresión de que organiza ese caos que es la vida y la obra de alguien tan minucioso como Allen. Pura contradicción. Pero el caso es que la película es narrativamente muy ordenada en lo cronológico y en lo visual: vemos al Allen niño, al primer Woody que hacía chistes marcianos en A Otros estrenos ristian Mungiu, autor de la memorable 4 meses, 3 semanas y 2 días presenta su nuevo filme, Más allá de las colinas (en la imagen) historia del reencuentro entre dos amigas, una exiliada en Alemania y otra aislada en un convento ortodoxo. Luce dos premios en Cannes (guión y actriz, ex- aequo para Cosmina Stratan y Cristina Flutur) y serias opciones para estar entre las cinco no- C minadas al Oscar al mejor filme de habla no inglesa. Y hoy llega Marieke drama de Sophie Schoukens alrededor de una joven que solo encuentra el amor entre hombres mayores. los garitos de Nueva York, al Allen exprimido en las primeras películas y al exigente de las que vinieron después. La mezcla es suave, archivo fotográfico, televisivo, cinematográfico, declaraciones de su gente colaboradores, actores, amigos... Se pasa de puntillas por su zona oscura, y la guinda, es decir, él mismo hablando (algo) de sí mismo, de su modo arcaico de trabajar y de su modo irónico y muy actual de pensar. No hay puerta para entrar al fondo del personaje y de su talento, pero sí deja este documental la impresión de ventana abierta al friso de su filmografía, aunque el personajillo se quede atado de ese hilo mientras que uno intenta en vano mordisquearlo. O. R. MARCHANTE