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ABC CORDOBA 23-12-2012 página 14
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ABC CORDOBA 23-12-2012 página 14

  • EdiciónABC, CORDOBA
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14 OPINIÓN POSTALES PUEBLA DOMINGO, 23 DE DICIEMBRE DE 2012 abc. es opinion ABC JOSÉ MARÍA CARRASCAL NUESTRA DEMOCRACIA Democracia es el cumplimiento de las leyes. Algo que en España se practica cada vez menos a todos los niveles. Y así nos va N O tenemos una crisis económica. Mejor dicho, tenemos una crisis económica, pero ésa no es la mayor de nuestras crisis. Nuestra mayor crisis es política. Y si lo quieren precisar, al ser la palabra política demasiado amplia, una crisis democrática. Algo tremendo porque si lo que falla en España es la democracia, el mal está en la propia sociedad, condenada, como Sísifo, a subir una roca montaña arriba, para verla rodar, ya en la cumbre, ladera abajo. ¿Qué es democracia? No me digan que es el gobierno del pueblo porque al pueblo se le manipula, se le seduce, se le engaña. Tampoco que son las elecciones, las cámaras, los gobiernos elegidos, etc. etc. Esos son los productos de la democracia, no la democracia misma, y si ésta no es auténtica, tampoco lo serán aquellos. De ahí que volvamos a preguntar: ¿qué es democracia? Democracia es el gobierno de la ley. Que las leyes se cumplan. Y en España no se cumplen. El primero en no cumplirlas es el Gobierno, los gobiernos, mejor dicho, no pagando a sus proveedores y obligando a los empresarios a adelantar el IVA de las facturas aún no cobradas, que pueden no cobrar nunca. Y del Gobierno abajo, todos. En este mismo momento, el Gobierno catalán amenaza con no obedecer la ley de las leyes, la Constitución, si se le niega el permiso de celebrar el referéndum independentista que exige. Mientras las más diversas comunidades autonómicas se han negado a obedecer las normas establecidas sobre pagas de navidad, recetas médicas, planes de enseñanza, sueldos de funcionarios, oposiciones y otros asuntos. Ante tan mal ejemplo en las alturas, ¿tiene algo de extraño que el ciudadano corriente no se crea obligado a cumplir las leyes? Y no quiero entrar en el terreno de la corrupción, porque entonces me vería obligado a decir que España emula a aquella Dodge City, ciudad sin ley de las novelas y películas del Oeste. Pero se le aproxima cada vez más. El español que puede es decir, el que cree que no va a ser pillado se salta la ley, y el famoso ¿Con IVA o sin IVA? es el mejor ejemplo de ello. ¿Cómo puede funcionar un país así? ¿Cómo puede llamársele democrático? Más que de Derecho, hemos levantado un Estado torcido, en el que cada cual se cree autorizado a no cumplir las normas que nosotros mismos nos hemos dado, cuando no le favorecen. Eso sí, reclamando aquéllas que le favorecen. Algo que no puede terminar bien. La democracia es un pacto de convivencia por el que asumimos determinados derechos y obligaciones, no una carta de restaurante con los platos a elegir. Posiblemente, parte de las normas que nos dimos no eran las correctas. Pero, entonces, lo que hay que hacer es corregirlas, no violarlas. Y mientras estén en vigor, quien las viole no tiene excusa para no cumplirlas. Ni puede presumir de demócrata. PRETÉRITO IMPERFECTO FRANCISCO J. POYATO KILOS DE SOLIDARIDAD Lean y escuchen a quienes están en primera línea de una pobreza que amenaza con cronificarse en manos del peor aliado: el silencio L A solidaridad no aparece en la carta estadística del INE. Ni en el parqué de la Plaza de la Lealtad de Madrid, donde se levanta el Palacio de la Bolsa, pero es el único valor en alza. No le podía faltar su particular prima de riesgo, la desidia, y siempre anda acuciada por el déficit de la necesidad que se abre camino a dentelladas inmisericordes. Últimamente se mide en kilos, en bolsas y en colas humanas. Es mejor que sea horizontal, porque así implicará el respeto mutuo. Es la fuerza de la gente débil y la fatiga compartida. Nos acerca mucho más a la condición humana y es la pequeña revolución diaria sin héroes que conquista desde el anonimato a poderosos enemigos. Desprende ternura y a la vez sentido firme de la responsabilidad por el bien común. No hay día en que un grupo de personas decida emprender un sencillo acto de recogida de alimentos, ropa, juguetes o simplemente dinero. De la parte que llegamos a conocer, podemos extraer la mejor historia. En la desconocida, incluso, habita el atractivo de una historia aún más poderosa si cabe. De unas y otras, seguro, sólo cabe pensar que lo realmente importante en estos momentos está ahí. Tanto en lo que la marea de solidaridad auxilia como en quienes agitan incesantes olas de ayuda para aplacar la sed. Las páginas especiales que hoy les ofrecemos en el periódico a modo de foro son el modesto kilo soli- dario que quienes hacemos ABC Córdoba queremos participarles. Bolsas enteras de palabras, mensajes, reflexiones, análisis, vivencias, quejas, demandas y agradecimientos de quienes hoy en Córdoba están en primera línea de una pobreza que amenaza con cronificarse con el peor de los aliados: el silencio. Banco de Alimentos Medina Azahara que reparte toneladas y toneladas de alimentos al año, pero pide que se ponga el acento en la alimentación y las necesidades básicas de los niños de esas familias que se han quedado sin nada. Piden voluntarios permanentes, pues la operativa es compleja en los repartos de toda la comida. Cáritas Diocesana de Córdoba, que atiende a cerca de dos mil familias y un centenar de personas cada madrugada en la capital que pasan frío y hambre, y que pide aceite y alguna salida para centenares de currículum que su directora tiene sobre la mesa con una formación intachable. Cruz Roja, que trabaja sobre doce municipios, con un ejército siempre insuficiente de socios y voluntarios, pero sin sitio para poder almacenar la ayuda que le llega, solicita potitos, pañales, toallitas higiénicas, material escolar y algún almacén donde puedan aliviar su logística. Los padres Trinitarios con la Fundación Prolibertas, al cargo del comedor social San Juan Bautista, ponen cada día mesas hasta en los pasillos porque no dan abasto. Un centenar de personas y familias comen caliente cada jornada. El año pasado fueron 20.000 almuerzos, 4.500 prendas de ropa entregadas y 3.500 duchas. Demandan ayuda para construir un centro de día que aglutine talleres en los que poder trabajar con aquellos que arrastran una exclusión y marginalidad mayor. Demandan voluntarios especializados. Está pasando, aunque la propia realidad nos engañe, nos simule otro relato de los hechos menos cruento. Como bien señalan estas oenegés, no pueden ser las únicas responsables de salvaguardar las necesidades básicas de la población en esta crisis, desbordadas como se encuentran, si en los representantes públicos está implícita esa responsabilidad. Entretanto, son esos kilos solidarios anónimos, con traje de voluntario, con soporte económico de socio, con una incalculable generosidad que habita, afortunadamente, con mucho espacio, los que siguen salvando la papeleta y compartiendo la fatiga.

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