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ABC CORDOBA 10-11-2012 página 60
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ABC CORDOBA 10-11-2012 página 60

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60 CULTURA SÁBADO, 10 DE NOVIEMBRE DE 2012 abc. es cultura ABC Paul Preston En un país de crispaciones como España, la Monarquía es una valiosa jefatura neutral HISTORIADOR Y AUTOR DE JUAN CARLOS, EL REY DE UN PUEBLO El prestigioso hispanista define a Juan Carlos I como un caso único entre los reyes del siglo XXI por haber creado su propia legitimidad BORJA BERGARECHE CORRESPONSAL EN LONDRES Qué cabrón exclamó Don Juan al leer la carta de Franco, llena de inquina y rencor, en la que le informaba de la elección de su hijo Juan Carlos como sucesor en la jefatura del Estado. Lo cuenta el historiador e hispanista británico, Paul Preston (Liverpool 1946) con su virtuosa capacidad de convertir la reconstrucción de los grandes momentos de la Historia de España en narraciones íntimas pegadas al factor humano. En la cocina de su casa al norte de Londres, el director del centro Cañada Blanch de estudios españoles de la London School of Economics se declara republicano intelectualmente pero defensor de la Monarquía en Gran Bretaña y en España por su papel estabilizador Una bandera tricolor y varias tazas de aniversarios de las Brigadas Internacionales dan cuenta de su corazón republicano. Pero su biografía sobre Juan Carlos I, El Rey de un pueblo publicada en 2003 y actualizada ahora en la editorial Debate, no deja dudas sobre su admiración por el Rey. -Su libro muestra una gran empatía con esa infancia y juventud en la soledad del Rey. ¿Qué siente hacia Juan Carlos I y cómo ha evolucionado su visión de él? -Una de las cosas que aprendí escribiendo la biografía de Franco 1994 fue descubrir que lo que más me gusta es escribir sobre personas. Pero además, aprendí que la buena biografía es la que transmite al lector la ilusión de haber conocido al personaje y, para ello, el propio autor debe crearse esa ilusión a sí mismo. Por mis estudios sobre la Transición ya tenía una visión muy positiva del Rey, pero lo que cambió profundamente mi punto de vista fue ir dándome cuenta, a medida que avanzaba en mi investigación, de lo horribles que habían sido su niñez y su adolescencia por la soledad, la falta de cariño y el sentimiento de ser un peón en un juego de otros. Yo, a pesar de las apariencias, también fui niño, tengo hijos, y fui criado, al ser huérfano, con mucho cariño por mis abuelos, y este contraste juega un papel. ¿Cómo fue esa infancia? -El momento emblemático para mí es Infancia en soledad Cambió mucho mi punto de vista ir dándome cuenta de lo horribles y solitarias que fueron la niñez y la adolescencia del Rey Príncipe Felipe Es más frío y carece del don de gentes de su padre, pero lo que puede parecer una desventaja es en realidad una ventaja Republicano intelectual Intelectualmente soy republicano, pero pragmáticamente no por la estabilidad que aporta la Monarquía Graves errores Como en el Reino Unido hace diez años, en España vemos ahora errores graves en la Familia Real y unos medios muy transparentes aquel viaje horrible que hace en noviembre de 1948 con diez años en el Lusitania Expres, cuando entra en España por primera vez solo, rodeado de señores mayores vestidos de negro que debían de parecerle siniestros. Ni siquiera tuvieron el gesto de dejar pasar al niño a la locomotora a conducir los mandos, placer infantil que dejaron que monopolizara el duque de Zaragoza. ¿Qué destaca de su juventud? -Estuvo sometido a un doble lavado de cerebro. Por un lado, el de la familia, que es comprensible. Don Juan de Borbón piensa, porque es su deber pensarlo, que la misión más importante es recuperar el trono. El otro lo realiza Franco, que piensa en garantizar la continuidad del régimen. Y entre esos dos procesos de lavado está la tortura psicológica que le hace Franco de si le nombra o no sucesor, lo que genera inseguridades en el joven príncipe. En los últimos diez o quince años de franquismo, ya le está entrenando para ser sucesor de Franco. Cuando Franco dijo aquello, en referencia a su sucesión, de todo está atado y bien atado lo que quería decir es que Juan Carlos estaba atado. Un gran motivo de admiración es cómo el Rey se libra de todo esto, cómo reconoce que una Monarquía franquista solo podría sobrevivir vertiendo mucha sangre y opta por una vía democrática. ¿Desarrolló Franco sentimientos de abuelo hacia Juan Carlos o todo era parte de su típico cinismo? -Con Franco nunca hay un solo motivo para las cosas. Franco siempre añoró tener un niño y, a medida que le trataba, desarrolló un auténtico cariño hacia Juan Carlos. Pero trabaja siempre dentro de su visión franquista de un rey nombrado a dedo para mantener la continuidad del régimen. Franco trató a la familia Borbón con una malicia muy pensada, pero mantuvo siempre una duplicidad porque una de las cosas que le garantizaba la lealtad de muchos altos oficiales del Ejército era la promesa de restaurar la Monarquía. Todo su juego con los diferentes candidatos al trono y su decisión final de nombrar a Juan Carlos y no al heredero natural, que era Don Juan, eran una manera de decir que estaba por encima de la Familia Real. ¿Cuánto de la transición democrática tiene ya en la cabeza Juan Carlos cuando se convierte en Príncipe en 1969, a los 30 años? -Creo que muy poco. El mérito del Rey es enorme en hacer de la Transición una transacción entre las fuerzas más moderadas de la izquierda con las fuerzas más progresistas del régimen. Asegurar que esa transacción fuera posible sin intervención militar es indudablemente mérito del Rey. Pero aquel gran montaje teatral que fue la Transición tuvo tres protagonistas: un empresario, el Rey; un guionista, Torcuato Fernández- Miranda; y un actor principal, Adolfo Suárez. En el 69, hasta entonces él había pensado que su misión era asegurar la vuelta de su padre al trono, hasta que asume que la familia está por encima y acepta que será el heredero. En ese momento, empieza a pensar en cómo va a conservar un trono que recibe de manos de Franco. En esa reflexión tuvo muchos inputs y entiendo que tuvo contactos con la Familia Real griega, la británica, con muchos diplomáticos, con su padre y con sus asesores y tutores, como Torcuato Fernández- Miranda o Carlos Ollero. El mérito del Rey es absorber todas esas opiniones y tomar la decisión que tomó. -Forzado por la Historia, llega al trono dentro del franquismo... -Sí, atraviesa un proceso de incremento de legitimidad: empieza siendo Rey por gracia de Franco, recupera la legitimidad dinástica de manos de su padre, y luego adquiere la legitimidad popular en la Transición, lo que le convierte en un caso único entre los reyes del siglo XXI. Es un hombre que crea su propia legitimidad. No sé si en su fuero interno era ya un demócrata convencido o un realista convencido de que tenía que ser demócrata, no lo puedo decir. Pero me da igual porque tomó la opción que tomó, ser Rey de todos. ¿Es diferente la soledad de un joven Rey con el futuro por delante a

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