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ABC CORDOBA 28-10-2012 página 54
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54 ESPAÑA DOMINGO, 28 DE OCTUBRE DE 2012 abc. es españa ABC Lleva décadas sembrando desde los púlpitos la semilla del secesionismo. CiU considera al clero decisivo para su plan La Iglesia catalana: entre la cruz y la señera GRACIANO PALOMO E l gran físico italiano y premio Nobel Carlos Rubbia dejó escrito: La Iglesia nos pide que al entrar en ella nos quitemos el sombrero, no la cabeza... Es a lo que se aferran algunos clérigos católicos en Cataluña y País Vasco a la hora de compatibilizar su fe con los movimientos políticos independentistas que alientan y que causan una cierta alarma entre los fieles, pero sobre todo, división en las filas de los creyentes, máxime si se milita en una organización que se define católica y por ende, universal. El monje e historiador Hilari Raguer escribía que ser independentista no es ningún pecado La renovación religiosa del siglo XIX, básicamente en la segunda mitad del siglo, con la fundación de la liga espiritual de la Virgen de Monserrat, impulsó a la iglesia catalana a colgarse del catalanismo como una de sus principales señas de identidad. Franco, bajo palio La llegada de la Segunda República con la consiguiente quema de iglesias y de conventos aparcó, por razones obvias, el avance del catalanismo entre los eclesiásticos catalanes. Ante la agresión (23 religiosos de la abadía fueron martirizados durante los tres años que duró la persecución religiosa) repliegue y una cierta connivencia callada con el nuevo régimen que, al menos, les permitía la supervivencia bajo el manto del nacionalcatolicismo. En el monasterio de Monserrat los abades Marcet y Escarré recibieron a Franco en cada una de sus regulares visitas bajo palio con cantos de la Escolanía. Era tal la simpatía de Franco hacia Monserrat, que financió la casa de novicios e incluso se pensó en ofrecer a los benedictinos la abadía de Santa Cruz del Valle de los Caídos. Pero en los años 60, en pleno desarrollismo tecnocrático, la iglesia catalana dará un giro radical. Olvidados los asaltos republicanos y anarquistas, vuelve por sus fueros nacionales y establece su cuartel general en la Abadía benedictina de Monserrat, monasterio que fue refundado en 1493 por el rey Fernando el Católico que envió 14 monjes procedentes de Valladolid. Durante los últimos años del franquismo el monasterio se convierte en símbolo de la identidad y el sentimien- to catalanista y su abad Aureli María Escarré (1946- 1966) abrió las puertas de par en par a todos los movimientos de reivindicación nacionalista. El abad actual, Josep María Soler i Riba, con jefe de prensa propio, ya se ha declarado independentista confeso, y en otros postulados básicos- -como el aborto- -fuera de la ortodoxia romana. En estos momentos más del 80 por ciento de los eclesiásticos catalanes se declaran independentistas, incluidos los religiosos de distintas ordenes como los jesuítas, franciscanos o capuchinos relata José Miguel Villarroya, profundo estudioso del hecho religioso catalán. Un dirigente independentista cree que el porcentaje es cierto, al mismo tiempo que recuerda que en Monserrat se bendijo la reciente marcha por la independencia con misa incluida. Muchos de los sacerdotes catalanes se niegan a rezar por el Rey y por cualquier mandatario que ellos consideran de corte españolista En algunas parroquias e iglesias catalanas, subraya, las homilías se han convertido en auténticas soflamas de corte nacionalista, lo que ha cosechado como fruto que los fieles no acudan a los templos porque para política ya la tienen fuera sostienen fuentes del catolicismo catalán que prefieren permanecer en el anonimato por miedo a represalias Inaudito. tras el Concilio Vaticano II constituir su propia conferencia episcopal soberana y al margen de la Conferencia Episcopal Española (CEE) Intentos sucesivos cortados de raíz y sin miramientos por el Vaticano, que sólo reconoce a la CEE como su único interlocutor a todos los efectos. Roma sólo tiene un interlocutor válido en España a nivel institucional y ese es la Conferencia Episcopal Española subraya un obispo catalán de corte moderado. Aún así continúan maniobrando ante la Santa Sede para que entienda la realidad nacional de la iglesia catalana por distintos caminos y maneras. Roma es la última ratio Carrera sucesoria El actual cardenal arzobispo de Barcelona, Lluis Martínez Sistach, vino a sustituir en 2004 a Ricard María Carles, un prelado perfectamente incrustado en la CEE y de corte españolista moderado. Sistach navega entre dos aguas: pujolista sin exagerar y muy presionado por el resto de colegas radicales que esperan el momento de su jubilación, ya próxima, para echarse sobre su sillón con fruición. Hay ya planteada una guerra abierta entre los sectores independentistas por el puesto clave en la iglesia catalana, por cuanto el arzobispo de Barcelona resulta el primado de la autonomía. Joan Enric Vives (63 años) actual obispo de la Seu Urgell y Copríncipe de Andorra. Está considerado como el obispo independentista por antonomasia. Se considera a sí mismo la reencarnación del pueblo de Catalunya y su enlace con la Iglesia católica. Forma tándem en esto del nacionalismo con Francesc Pardo i Artigas, obispo de Gerona. Muy conservador, sin embargo, en materia de costumbres, monseñor Pardo forma parte de los bisbes lugareños que entienden que la universalidad católica pasa necesariamente por comulgar con la señera. Pero es don Sebastián Taltavull Anglada (65 años) obispo auxiliar de Barcelona, el que marca el rumbo nacionalista junto con monseñor Vives. Hace tan sólo unas semanas, la Conferencia Episcopal Española parió un documento muy serio y documentado en el que alertaba sobre los peligros de disgregación nacional. Ninguno de los pueblos o regiones que forman parte del Estado español podría entenderse, tal y como es hoy, si no hubiera formado parte de la larga historia de unidad cultural y política de esas antigua na- Imposición del catalán Por su parte, el profesor Eduardo Escartín, de la Universidad Abad Oliva, denuncia que en muchas parroquias enteramente castellano- parlantes se impone el catalán con la excusa de que es la lengua de la Iglesia de Cataluña, con lo que se produce una natural deserción de fieles La pretensión de una buena parte de la jerarquía católica catalana pretendió Homilías independentistas En algunas parroquias, las homilías son soflamas nacionalistas, lo que ha espantado a muchos fieles Posición inequívoca No dudaremos en apoyar la independencia para estar con nuestro pueblo anunció el obispo Taltavull

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