Archivo ABC
ArchivoHemeroteca
ABC CORDOBA 15-10-2012 página 12
ABC CORDOBA 15-10-2012 página 12
Ir a detalle de periódico

ABC CORDOBA 15-10-2012 página 12

  • EdiciónABC, CORDOBA
  • Página12
Más información

Descripción

12 OPINIÓN SALA DE ESPERA PUEBLA LUNES, 15 DE OCTUBRE DE 2012 abc. es opinion ABC FRANCISCO JOSÉ JURADO EL FUERA DE LA LEY Mal asunto que la Policía Local mire para otro lado en los circuitos de carreras en los que se convierten algunos barrios H OY hace cinco años que escribo en ABC. Una de las primeras columnas que publiqué en 2007 se tituló Vial Norte G. P en referencia a la excesiva velocidad que en esa zona alcanzan los vehículos- -hasta 100 por hora- tanto es así que, cada vez que se abre un semáforo, aquello parece la salida del Gran premio del Brasil, que se quiten Fernando Alonso, Hamilton o Vettel, decía yo, pues aquí tenemos nuestro circuito de carreras particular, con los graves riesgos que eso conlleva para el peatón; y sin que la Policía Municipal haga absolutamente nada por evitarlo. Ni antes ni ahora, impunidad total. Por desgracia, esta pasada semana ABC daba una información que venía a decir más o menos lo mismo, pero en otra zona de la ciudad: el Polígono del Guadalquivir, donde siete personas han sufrido graves daños por atropellos, muchas de ellas mientras cruzaban por el correspondiente y protector paso de cebra. La noticia decía que los atropellos se producen por casualidad o por alguna otra razón de mayor peso En concreto, se achaca a la dejadez del barrio- -con la pintura de los pasos- cebra y las señalizaciones en muy mal estado- así como a posibles deslumbramientos del sol, que ciega a los conductores. No discuto que haya sido así en ciertas ocasiones, pero... Entre líneas es donde está la chicha. Tamizado por el miedo a las represalias, algunos vecinos se atreven a hablar claro: la razón es la excesiva velocidad y, de nuevo, la impunidad. Algunos nenes van muy calentitos, con la música muy alta, sin cumplir las normas de Tráfico Eso ocurre en toda Córdoba. Pero la bomba viene después, cuando apuntan: la Policía Local les deja actuar como quieren. No les dicen nada, mientras a cualquier vecino normal nos crujen Esta queja también sirve para el Polígono del Guadalquivir y para toda la ciudad. O para todo el país; pues estamos asistiendo a la formación de capas de población que quedan fuera del Imperio de la Ley, ya sea por arriba- -los super- poderosos- -o por abajo: estos grupos delincuenciales de poca monta que se comportan como auténticos fuera de la Ley, sin respetarla, aunque amparándose en ella para beneficiarse de sus garantías. Mal asunto, pues, que la Policía Local mire para otro lado, pues cuando el Poder renuncia a la vis coactiva contra el infractor- -renunciando así a la protección del ciudadano- -en realidad está renunciando a una de las bases del Estado de Derecho: el equilibrio de la violencia que sólo debe ejercer ese Poder, y el reparto de la Justicia. Y ya sabemos dónde acaba todo esto, ¿no? Y es que cuando el Poder (sea local, autonómico, nacional... abdica de las atribuciones que la ciudadanía le otorga, la primera consecuencia es funesta: el presunto Estado de Derecho deja de ser estado y se tuerce. Eso lo saben los nacionalistas- -y muchos delincuentes- -mejor que nosotros. Nos llevan 30 años de ventaja en este trile de aguantarlo todo. Y así nos va. Y así estamos: crujidos de raíz. POSTALES JOSÉ MARÍA CARRASCAL PREGUNTA- TRAMPA La pregunta del hipotético referéndum catalán esconde una mentira a los hipotéticos votantes Y A lo tenemos otra vez mintiendo. Y, además, como suelen hacer los nacionalistas: con una media verdad para cubrirse las espaldas y una alegoría para dar el paso adelante. La pregunta que hay que hacer a los catalanes en el famoso referéndum de autodeterminación no es ¿Usted desea que Cataluña sea un nuevo Estado de la Comunidad Europea? como pretende Artur Mas. La pregunta es: ¿Quiere usted que Cataluña se separe de España? que es la verdadera intención del referéndum y lo único que pueden decidir los catalanes. Pues el que sea o no un nuevo Estado de la UE, no depende ellos. Depende de dicha Comunidad, cuyos dirigentes han advertido que la cosa no es tan clara, ni tan simple, ni tan rápida como puede pensarse a primera vista, prevaleciendo la opinión, no ya de España, sino de otros importantes Estados de la Unión, de que no es conveniente que se dividan los miembros de la misma. O sea, que la pregunta es una trampa y Artur Mas está engañando a sus conciudadanos ofreciéndoles algo lejos de la realidad. En este sentido, no es tan sólo el nuevo Tartarín de Tarascón, que comentaba jocosamente mi colega Tomás Cuesta el sábado en estas páginas, sino el nuevo Pau Claris, que en 1640, en su empeño de separar Cataluña de España, no dudó en proclamar a Luis XXIII de Francia Conde de Barcelona es decir, en ponerla bajo la corona gala. Con el resultado de que, a los pocos años, los catalanes estaban tan hartos de las tropas francesas que se alzaron contra ellas y se acogieron a la generosa capitulación que les había ofrecido nuestro Felipe IV. Aunque aquello le costó a Cataluña, aparte de largos y penosos sufrimientos, el Rosellón y buena parte de la Cerdaña, que pasaron definitivamente a manos francesas. Que el actual president de la Generalitat lea la Història de Catalunya de Ferran Soldevila, cuyo catalanismo no ofrece dudas, y se entere, si no es que no está enterado ya y lo oculta para que no se le venga abajo el tinglado que está montando. Lo más grave, siendo esto mucho, es que, esta vez, no habrá vuelta atrás, como ocurrió el 1659. Si Mas alcanzara sus objetivos en una España donde el Partido Socialista ha abdicado de su condición de español y en una Europa azotada por la crisis donde empieza a oírse el grito de ¡Sálvese quien pueda! su tartarinada o clarisada causaría daños importantes para todos y, en especial, para Cataluña. Pues una España sin Cataluña sería más pequeña, más débil, más modesta, pero aún así sostenible. Pero una Cataluña sin España sería insignificante en el concierto europeo, por no hablar ya del mundial. Y si le añadimos el nacionalismo que hoy la anima, sería una Cataluña más cerrada, más chata, más manipulable y bastante más pobre, primero porque sus recursos serían más limitados, segundo, porque su proyección sería menor y tercero, porque los nacionalistas han dado muestras durante los ya bastante años que han ejercido el poder autonómico en Cataluña que como administradores son un desastre y que en eso de meter mano en la caja no hay quien les gane. A todo eso se añade lo que puede ser la peor de las consecuencias de la secesión: la quiebra que produciría en la sociedad catalana, una sociedad mucho más mixta de lo que creen o pretenden los nacionalistas. Una quiebra profunda, enconada, con tendencia a crecer, que nadie sabe en qué terminará. Todo por no haber dicho la verdad. Aunque ¿no es ése el signo distintivo del nacionalismo identitario? Mentir. Y si no se le creen, mentir más. ¿Más todavía? preguntarán ustedes.

Te puede interesar

Copyright (c) DIARIO ABC S.L, Madrid, 2009. Queda prohibida la reproducción, distribución, puesta a disposición, comunicación pública y utilización, total o parcial, de los contenidos de esta web, en cualquier forma o modalidad, sin previa, expresa y escrita autorización, incluyendo, en particular, su mera reproducción y/o puesta a disposición como resúmenes, reseñas o revistas de prensa con fines comerciales o directa o indirectamente lucrativos, a la que se manifiesta oposición expresa, a salvo del uso de los productos que se contrate de acuerdo con las condiciones existentes.