ABC CORDOBA 14-10-2012 página 86

82 CULTURA DOMINGO, 14 DE OCTUBRE DE 2012 abc. es cultura ABC Vieux Farka Touré La primera impresión que tuve de Idan fue la de estar ante alguien con la cabeza repleta de sueños imposibles Idan Raichel Continuaremos juntos en el futuro, porque es mucha le energía que hemos empleado en realizar este trabajo jero de inmigración en un internado donde bullía una inquieta comunidad judía etíope. Así comenzó un intercambio con el país africano que llega hasta hoy. Comencé elaborando maquetas, proyectos piloto en un pequeño estudio de grabación que fabriqué en el sótano de mi casa. Pronto empezaron a sonar en la radio declara. Llegaron entonces las primeras ofertas para hacer conciertos y de ese modo nació el Idan Raichel Project Los dos músicos durante una sesión de The Tel Aviv Session ABC Idan Raichel y Vieux Farka Touré recrean la gran música de Malí Juntos publican The Tel Aviv Session uno de los mejores discos de world music del año LUIS MARTÍN MADRID Más allá de un disco Hoy, gracias a su alianza con Vieux Farka Touré, este proyecto se convierte en el Touré- Raichel Collective, donde la riqueza musical de Mali cobra forma en cada una de las canciones de The Tel Aviv Sessions La idea, a decir de Vieux, tendrá más vida que la que proporciona un solo disco: Continuaremos, en efecto, juntos en el futuro, porque es mucha la energía que hemos empleado para realizar este trabajo. Habrá que hacer coincidir nuestras respectivas agendas, ir poco a poco, sin precipitaciones, grabando o actuando en directo, pero el público sabrá de nosotros Vieux Farka Touré e Idan Raichel son dos músicos de contrastada calidad expuestos, desde hace tiempo, en la línea avanzada de la música popular de sus respectivos países, Malí e Israel. Sus carreras separadas buscaron un encuentro accidental en el transcurso de una improvisada sesión de grabación en 2010. Allí nació y fructificó este proyecto de conciliación cultural llamado The Touré- Raichel Collective, que ha quedado registrado en un disco que, con el título The Tel Aviv Session lleva camino de convertirse en el mejor álbum de músicas del mundo de 2012. La primera impresión que tuve cuando conocí a Idan fue la de estar ante alguien con la cabeza repleta de sueños imposibles reconoce Vieux Farka Touré. Me sorprendió, no obstante, su seguridad. Más tarde, cuando finalmente tocamos juntos, tuve la certeza de que tenía un talento desbordante. Y lo que es aún mejor: un corazón enorme Y es completamente cierto: Vieux Farka Touré, que aún no ha cumplido los treinta años pero es considerado un digno albacea de los hallazgos de su progenitor, Ali Farka Touré, es el propietario de la capitalidad artística de estas sesiones gracias a la generosidad de Idan Raichel, que hace sonar las teclas de su piano como si de las cuerdas de una kora maliense se tratase. El planteamiento fue desde el principio ese y no otro afirma Idan Raichel. He admirado durante demasiado tiempo a Ali Farka Touré. Así que compartir estudio ahora con su hijo ha sido lo más parecido a realizar un sueño Cuentan, incluso, que Idan llegó a decir que dejaría su grupo para unirse al de Vieux Farka Touré como teclista. Y, a modo de rúbrica de la decla- ración, sirva el hecho de que, en una de las últimas ediciones del festival La Mar de Músicas, Idan compareció inesperadamente en la escena cuando el guitarrista ofrecía un concierto junto a sus músicos. Idan Raichel es, sobre todo, un compositor lúcido que lleva la creación hasta sus últimas consecuencias desde que comenzó a trabajar como ingeniero de sonido para algunas de las más populares estrellas de la música israelí. En 2005 se inició como conse- CRÍTICA La Orquesta, de estreno XX TEMPORADA DE ABONO Género: Sinfónico. Intérpretes: Alexandre da Costa, violín; Javier Riba, guitarra; Orquesta de Córdoba y Lorenzo Ramos, director. Repertorio: Obras de Albéniz, Martínez Rücker, Lorenzo Palomo y Schumann. Lugar: Gran Teatro. Días: 11 y 12 de octubre. F. JAVIER SANTOS Tras una breve alocución acerca de la necesidad de la cultura y de la música en tiempos tan difíciles como los actuales y que reflejaban de paso su entusiasmo por la nueva etapa que ahora comienza, Lorenzo Ramos empuñó la batuta para inaugurar la vigésima temporada de abono de la Orquesta. Eligió para ello una respetuo- sa orquestación que Luis Bedmar realizara de Córdoba de Albéniz (mucho me extraña que algún día muestre el más mínimo entusiasmo por cualquier transcripción de la obra del compositor Camprodón, insuperable en su lenguaje pianístico) bellamente interpretada en su laconismo y languidez, para ser seguida del convencional Capricho andaluz del compositor cordobés C. Martínez Rücker, cuyos estándares regionales no complicaron para nada su materialización. Tras estas dos obras introductorias cerró la primera parte Fulgores obra del autor de Pozoblanco Lorenzo Palomo. Fulgores es, a falta de una segunda escucha, eficaz desde el punto de vista escénico. De evidente carácter rapsódico y con indisimuladas referencias folclóricas, el trabajo concertante de Lorenzo Palomo se sostiene con soltura en parte gracias al importante papel realizado por sus dos solistas, guitarra y violín, que cargan sobre sus hombros con la responsabilidad teatral de casi toda la obra. El músico canadiense Alexandre da Costa, quien hace un año participó en el estreno de este mismo trabajo con la Orquesta de Valencia, es un intérprete brillante y enérgico que solventó con sorprendente eficacia y musicalidad la encrespada escritura violinística, aparentemente terrorífica desde el punto de vista técnico. El contrapunto sosegado y por momentos místico lo aportó un viejo conocido del público cordobés, Javier Riba, muy sólido con su guitarra ante la partitura más templada y serena que la de su partenaire, realizando entre ambos una versión vibrante e intensa y que supuso lo mejor de la noche. Porque la versión de la sinfonía Renana de la segunda parte, pese a estar técnicamente resuelta con evidente corrección y sonando empastada dentro de las posibilidades de la Orquesta y del Gran Teatro (mención especial a las trompas y a la escasez de graves) al menos el viernes acabó resultando poco evocadora y algo fría y distante. Mejorable, creo.