ABC CORDOBA 14-10-2012 página 20

16 OPINIÓN AD LIBITUM PUEBLA DOMINGO, 14 DE OCTUBRE DE 2012 abc. es opinion ABC MANUEL MARTÍN FERRAND RAÇA HISTORICA La verdad democrática se asienta sobre la debilidad que proporcionan la libertad y las muchas dudas que suelen acompañarla Ramiro de Maeztu le fusilaron los republicanos, en el cementerio de Aravaca, en 1936, en una de aquellas sacas que, al parecer, no caben en la memoria histórica Su condición tradicionalista tampoco le granjeó muchas simpatías en el ámbito de Falange Española y, en consecuencia, es uno de los muchos talentos olvidados, casi proscritos, con los que engrandecemos nuestra ignorancia colectiva. Ahora, cuando en uno de sus espasmos acostumbrados los nacionalismos pretendidamente separatistas lucen su brío y dificultan la solución de otros problemas más urgentes, no menos graves, es conveniente acordarse de Maeztu. No solo porque, con monseñor Zacarías de Vizcarra, acuñó la palabra Hispanidad sino sobre todo porque conoció de cerca los procesos germinales de esos nacionalismos que hoy nos inquietan y que, sobre su sentido político, conllevan responsabilidad en el retraso de la solución que esperan y merecen los españoles- -uno de cada cuatro- -que están sin trabajo ni esperanza. Maeztu tuvo el acierto de entender los separatismos vasco y catalán como un fenómeno urbano, no como un ensoñamiento rural y amorosamente tutelado por las madres, como apuntaban muchos analistas de su tiempo. No ha nacido el separatismo- -escribió en Hora de España- -en Urgel o en Azpeitia, sino en Barcelona, ciudad de población heterogénea, y en Bilbao, villa en la que hace más de un siglo se ha olvidado el vascuence Esa condición urbana del fenómeno niega muchas de las esencias literarias y románticas con las que tratan de disimular sus promotores lo que es, más prosaicamente, la defensa cerrada y xenófoba de la propia riqueza. En esa pugna entre los separatistas y los partidarios de una España descentralizada, pero unida, aquellos parecen meter más goles que estos. Es natural. La verdad democrática se asienta sobre la debilidad que proporcionan la libertad y las muchas dudas que suelen acompañarla. Los vociferantes del independentismo no tienen incertidumbre alguna, funcionan desde la fanática certeza que es inevitable cuando se siente la posesión de la verdad y se pretende la exclusión de los diferentes, sea cual fuere la diferencia a considerar. El nacionalismo viaja siempre con un aroma fascistoide y un pretexto social. Tan amalgamada confusión entre el fondo y la forma nacionalistas fue la que llevó a un prócer, como Enric Prat de la Riba, a plantear la idea de una raça historica. A orillas del Mediterráneo no cabe andarse con escrúpulos de ADN y la levedad de la idea permite evaporar el inconveniente antropológico. De ahí que convenga alejarse de los nacionalismos como del espiritismo. No es lo que prefieren nuestras autoridades nacionales, siempre dispuestas a sobredimensionar el problema; pero lo mejor es el desdén. A PRETÉRITO IMPERFECTO FRANCISCO J. POYATO DOCE AÑOS DE NADA La afición de la clase dirigente de Córdoba por inventar absurdos y trampas es inversamente proporcional a su capacidad E L movimiento en Córdoba se demuestra quieto. Aunque el ruido parezca estruendoso, la acción física es pura entelequia. Por ejemplo, pueden pasar doce años intentando construirse un nuevo centro de congresos porque el que habita el antiguo Hospital de San Sebastián en la calle Torrijos es pequeño, y al cabo del tiempo encontrarnos que la clave del ocho estaba precisamente en ese edificio denostado. Esto es, doce años de viaje para estar en el mismo sitio. Doce años perdidos. Aunque por el camino se hayan gastado 10 millones de euros, se haya engañado a los cordobeses, se hayan dado bandazos en el callejero, se haya ejercitado el escapismo, o la coherencia y la vergüenza hayan sido desterradas. Dada la crítica situación de las cuentas públicas, la escalada impositiva, la interminable lista de colectivos más o menos anónimos a los que se les debe dinero y el negro y corto futuro que adivinan, podíamos llegar a pensar que los tiempos de las chisteras y los conejos tocaban a su final en el muestrario político. Si es que resta algo de decencia en los políticos y los que juegan a serlo con la que está cayendo. Creíamos, ingenuos, que las épocas de las maquetas, los debates estériles, los circunloquios y los intereses bastardos que movían la noria de la ciudad habían pasado a mejor vida por obscenidad. La afición de la clase dirigente de Córdoba por inventar absurdos, trampas y coartadas es inversamente proporcional a su altura de miras, talento y servicio a esta ciudad. Carece de medida. Si han tenido que pasar doce años, repito, doce años, para que los lumbreras hayan encontrado la solución a nuestra bíblica maldición del centro de congresos y el turismo de negocios (también los de algunos) en ampliar un cachito del coqueto recinto de la calle Torrijos, es que, definitivamente, no hay remedio. ¿Por qué ahora sí, y hace cinco o diez años no, cuando ya era evidente el ridículo y el boquete económico... Que tengamos que aguantar ahora el enésimo sainete repleto de cinismo con la ubicación de las narices del espacio para celebrar jornadas y congresos no es más que la condena cíclica que nos ha tocado por destino y desafuero. Que haya dirigentes políticos y altavoces que defiendan ampliar ahora la sede junto a la Mezquita- Catedral por 2 millones de euros y a la vez sigan apostando por el monstruo de Koolhaas y los cerca de 80 millones de euros que cuesta, situado a menos de 800 metros, es una auténtica ofensa. Que lo diga la Junta, justo cuando acaba de quitarle 4 millones al Ayuntamiento del PP por plantear otro proyecto diferente al que ha dilapidado nuestro crédito como ciudad, enterrado en un solar de jaramagos de Miraflores, es un ejercicio de puro caciquismo. Estamos ante una clase dirigente y empresarial que actúa por venganza y odio. Estamos ante un PSOE empecinado en el sempiterno vicio de conquistar la ciudad imposible y maldita conspirando contra ella. Con la burda y rastrera alianza de IU, acostumbrada a seguir el compás por no perder comba. Estamos ante una clamorosa excusa por parte de la Junta de Andalucía para darle en los morros al alcalde con su maqueta del Parque Joyero, ungida aquel sábado de faralaes en la fábrica de los chiringuitos, la única que parece no haber entrado en barrena ni en concurso de acreedores. Estamos ante una oportunidad idónea para que el alcalde de esta ciudad dé un golpe en la mesa, de autoridad y credibilidad, y corte por lo sano, con realidades y hechos, una pantomima más en este círculo vicioso que hace de la quietud falso movimiento.