ABC CORDOBA 28-09-2012 página 74

74 TOROS VIERNES, 28 DE SEPTIEMBRE DE 2012 abc. es toros ABC El coso de los Llanos en Pozoblanco culminará con una goyesca su centenario como uno de los mejores ruedos de Córdoba Más legado que tragedia POR VÍCTOR MOLINO CÓRDOBA L os Llanos es la plaza más conocida de Córdoba. Por suerte y por desgracia, un mismo golpe del destino fijó su internacionalidad hace ahora veintiocho años. El trágico suceso que protagonizó Paquirri el 26 de septiembre de 1984 hizo que el coso cordobés, que ahora celebra un siglo de vida, y el municipio que lo alberga hayan sido para el toreo lo que Linares es por Manolete. Así está rubricado por el legado taurino, pero el toreo tiene memoria para más. A finales del siglo XIX, Pozoblanco, con gran tradición ganadera, ya contaba con un primer enclave para celebraciones taurinas. Se trataba de una plaza estable, que no de obra. Por la actividad que allí se generó, en el municipio de los Pedroches se planteó la posibilidad de levantar en construcción un verdadero recinto taurino. Así, dos promotores, Joaquín García Gómez y Rafael Bueno Roldán, tomaron el impulso necesario para edificar sobre el paraje Los Llanos del Pilar el actual coso taurino. La nueva plaza fue inaugurada el 25 de agosto de 1912 con la presencia de Fermín Muñoz Corchaito y de Martín Vázquez, que sustituyó a Manolete (padre) cogido en Bilbao días atrás. El ve- El Fundi, en una reciente corrida en el coso de Los Llanos terano gerente y reputado aficionado Mateo Dueñas, hombre de reconocida valía por su gestión en la época de la empresa Canorea, explica que en los últimos cincuenta años han pasado todos los matadores importantes Dueñas recuerda con cierta nostalgia la época dorada cuando estaba al frente don Diodoro, en los años ochenta. Pero antes de eso, la cronología fija una actividad constante en el coso. Pasada la década de los cuarenta, el coso acogió a matadores notables de la épo- ARCHIVO ca, desde Pepe Dominguin hasta El Cordobés, pasando por Antonio Ordóñez. El V Califa consiguió el lleno con más gente de toda la historia; no cabía gente ni en el callejón Hubo que esperar a los ochenta para retomar la senda de una actividad enérgica que identificó al coso como una plaza de reconocido prestigio. Con Canorea al mando, toda la cima del escalafón pasó por Pozoblanco. Dueñas, que también estuvo relacionado en la gestión de Manuel Lozano llegando a co- mandar la plaza, explica que se daban ferias de hasta cinco festejos Felipe Arévalo, asesor artístico de la Presidencia y reconocido aficionado, explica que durante esos años, la plaza dejó de ser normal y adquirió fama. Advirtiendo lo ocurrido con Paquirri, explica que pese a ello, la plaza ha mantenido continuidad en cuanto a presencia de figuras se refiere Curiosamente, ambos aficionados coinciden cuando se les pregunta sobre la mejor tarde que han vivido, refiriéndose a la protagonizada por Julio Aparicio con un toro de Gavira a finales del siglo pasado. De todos los personajes que han trabajado y ejercen aún alguna función en la plaza, la figura de su cirujano, Eliseo Morán, que suma treinta y cinco años como médico del coso, no pasa desapercibida. Morán, que en todos estos años ha explicado por activa y por pasiva lo acontecido con Paquirri, subraya que, tras la famosa cogida, la localidad vivió unos años muy mediáticos Con alternancia en la gestión, tras las dos décadas de Canorea, la plaza ha ido acogiendo casi sin falta a las principales figuras de cada época. Retoma mañana su tradicional Feria de las Mercedes con dos festejos taurinos organizados por José Cutiño. El primero, una corrida goyesca que conmemorará su siglo de historia con la presencia de Juan José Padilla, El Juli y Morante de la Puebla, que matarán reses de Zalduendo. Al día siguiente, con astados de Fermín Bohórquez, Pablo Hermoso de Mendoza, Andy Cartagena y Diego Ventura. Esas dos actividades ponen el colofón a todo un año que ha girado alrededor de una plaza que, pese a estar señalada por la mancha de la tragedia, sustenta taurinamente todo su legado. A los cuatro años, ya toreaba Joselito POR ANDRÉS AMORÓS H oy se cumplen cien años de la alternativa de Joselito, la maravilla del toreo: lo hizo en la sevillana Feria de San Miguel, de manos de su hermano Rafael, con toros de Moreno Santamaría. El próximo año, se cumplirán cien de la alternativa de Juan Belmonte. Desde 1913 hasta la muerte de Joselito, en 1920, se extiende la Edad de Oro de la Tauromaquia. Formaba parte Joselito de la dinastía de los Gallo: era hijo de Fernando y hermano menor de Rafael. Todos saben que fue muy precoz: a los trece años actuaba ya, de luces, con el nombre de Galllito Chico; al año siguiente, formó parte de la cuadrilla de niños sevillanos. Cuenta Corrochano cómo se reveló Joselito, todavía niño, en un tentadero de Miura. Pidió que le dejaran torear una becerra complicada, lo hizo con la mano izquierda. Rafael le preguntó por qué no la toreaba con la derecha. El chiquillo se rió y le dio la muleta. En el pri- mer pase, la becerra se coló y derribó a Rafael; José, riendo, le hizo el quite. Cuando le preguntaron cómo había visto que no se podía torear con la derecha, no lo dudó: Pues porque, desde que salió, hizo cosas de estar toreada. No pueden haberla toreado más que en el herradero, y, como los muchachos que torean al herrar las becerritas torean con la derecha, comprendí que, al achuchar por el lado izquierdo, por el derecho no se podía ni tocar. Y ya lo han visto ustedes Comprobaron luego que el chiquillo tenía razón y don Eduardo Miura sentenció: Parece que lo ha parido una vaca La amabilidad de un lector, Francisco Martín Negral, me ha permitido localizar un dato nuevo, en el semanario Sol y Sombra de noviembre de 1899. Visita el periodista Victoriano de la Feria la casa de los Gallo, en Gelves. Va a hacer una entrevista a Rafael, que tiene 17 años y acaba de presentarse como novillero en Sevilla. Cuenta cómo le educaba taurinamente su padre, Fernando Gómez: Simulaba, con una cabeza de toro, suspendida de una cuerda, los extraños de la res, en perfecta escuela práctica Al final, añade el cronista un párrafo sobre el hermano pequeño: Tuve ocasión de admirar al menor de los hermanos, que cuenta cuatro años de edad, ejecutando, con una destreza impropia, varias suertes del toreo, sirviéndose de un pañuelo. Los hermanos intentaron traer una becerrita para que prácticamente viéramos cómo no se arredraba el infante ante ella. No pudieron encontrar cerca del pueblo ninguna pero uno de los hermanos avisó al pequeño, diciéndole que ya estaba encerrada la becerra. A medio vestir, José salió corriendo en dirección a la placita, en busca de la becerra, demostrando seguidamente su enojo, al verse contrariado Queda claro que torear una becerra formaba parte de lo habitual, para aquel niño de cuatro años... La anécdota corrobora lo que me dijo Marcial Lalanda: Toda su vida, José vivió dedicado íntegramente al toro ¿Algunos datos? En siete años de al- ternativa, toreó veintidós corridas como único espada (compárenlo con lo actual) en casi todas, además, estoqueó el sobrero; mató más de mil quinientos toros; sólo en Madrid, ochenta y una corridas; cortó la primera oreja que se concedía en Sevilla lo ha recordado Julio Domínguez Arjona a los veintiún años, en su corrida número 95 de la temporada de 1915: compárenlo con lo actual... Tiene razón el maestro Antonio Burgos: Joselito representa lo apolíneo; Belmonte, lo dionisíaco. Los dos polos confluyen en Sevilla (y, en general, en el gran arte) No tuvo rival en el conocimiento del toro y el dominio de las suertes. Por eso, encarna el toreo: como Bach, la música, y Velázquez, la pintura. Le ganó Juan por su percha literaria (Bergamín) que permitió a Chaves Nogales escribir una preciosa biografía novelada. José, en cambio, suscitó que se escribiera el mejor tratado técnico: ¿Qué es torear? de Gregorio Corrochano. Para el gran público, es más atractivo lo primero. Los profesionales y los entendidos valoran lo segundo: el más admirable intento de acercar el arte del toreo a una ciencia. A los cien años de su alternativa, Joselito sigue siendo la máxima referencia de la Tauromaquia clásica.