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ABC CORDOBA 21-08-2012 página 5
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ABC CORDOBA 21-08-2012 página 5

  • EdiciónABC, CORDOBA
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ABC MARTES, 21 DE AGOSTO DE 2012 abc. es ENFOQUE 5 Samia Yusuf Omar, abanderada de Somalia en los Juegos Olímpicos de Pekín, falleció en el naufragio del cayuco que la llevaba a Italia ABC La desdichada historia de una atleta somalí El día que el mundo estuvo a sus pies ÁLVARO MARTÍNEZ Nada se parecía el formidable Nido de Pekín al estadio de Mogadiscio donde ella se entrenaba. Samia Yusuf Omar había llegado a los Juegos Olímpicos chinos después de dejarse los tobillos en aquel esqueleto de hormigón semiderruido cuyas pistas estaban salpicadas por cráteres de mortero en un país en eterna guerra civil. Tenía 17 años y se disponía a correr por la calle 2 una eliminatoria de los 200 metros lisos. Sonó el disparo y comenzó a correr. Llegó la última a casi diez segundos de la primera en una carrera que dura poco más de veinte. La ovación fue tremenda, conmovedora, con el público puesto en pie, pues aun corriendo menos que nadie su historia ya era famosa porque había sido la abanderada de Somalia en la ceremonia inaugural. Se sabía que parte de la población de su país la consideraba impura por practicar deporte, que la amenazaron de muerte para que se cubriera el cuerpo, que una mañana entró por la ventana de su chabola un proyectil que mató a su padre y a unos tíos, que vendía fruta por las calles para entregar algunos chelines en casa y que sus cinco hermanos pudieran comer, que le encantaba correr y que soñaba con que el atletismo la sacara de esa miseria... La presión sobre Samia se redobló cuando regresó a su chamizo de Mogadiscio. Aquella insólita fama de Pekín fue tan bella y efímera como un espejismo. Volvió a la fruta. Nada se supo de ella desde 2008, hasta que ayer su nombre apareció en una fría lista entre el centenar de muertos de un naufragio. Partió en un cayuco desde Libia con la esperanza de alcanzar la costa de Italia y una vida mejor. Bueno, una vida, sin más. Para embarcarse pagó a una mafia el dinero ahorrado en cuatro años. Samia ha muerto sin nada, pero nadie le podrá arrebatar la gloria de aquel día de verano, el único en 21 años de desdicha, en el que el mundo entero estuvo a sus pies en vez de moliéndola a palos. DEPORTES

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