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ABC CORDOBA 17-08-2012 página 82
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82 ABCdelVERANO Cine VIERNES, 17 DE AGOSTO DE 2012 abc. es estilo ABC Jean- Marc Vallée: Mi conexión es más fuerte con la música que con el cine D. MARTOS MADRID El director canadiense, que cosechó un rotundo éxito con C. R. A. Z. Y en 2005, estrena hoy en España Café de Flore La película, protagonizada por Vanessa Paradis, cuenta dos historias separadas por varias décadas, pero unidas por el tema musical que lleva ese mismo nombre. Completan el puzle algunos elementos paranormales y un sentimiento de culpa constante sobre los personajes. -En su película, la imagen que ofrece del divorcio es confusa: ¿Es una liberación o un pecado? -En la sociedad moderna y occidental, la gente que se divorcia es la mayoría. Así ocurre en Canadá. Ya no es muy común permanecer junto a tu compañero toda la vida como hicieron mis padres. Probablemente, la religión era un factor a tener en cuenta en la ecuación. En una familia francocanadiense cristiana de los cincuen- ta, uno no se divorciaba Yo vengo de ese pasado en el que no se hacían esas cosas, hay una culpa dentro de mí. Estoy feliz, pero en un rincón de mi cabeza pienso: ¡Dios mío! ¿Qué narices he hecho? Otra parte de mí respira aliviada. -Suele decir que ha tomado como referencia Los otros de Amenábar... -Sí, porque Los otros y El sexto sentido tratan asuntos paranormales, y yo no quería hacer una película movida solamente por los sentimientos de los personajes, sino que también estuviera fuera del realismo. Son películas muy basadas en la realidad, parecen reales, y de repente detectas algunos elementos extraños, te das cuenta... ¡de que están muertos! -Además de la culpa y lo paranormal, su otro motor es la música. ¿Por qué es director de cine y no compositor, por ejemplo? -Es mi frustración en la vida. Me en- cantaría tocar la guitarra, cantar... Cada vez que voy a ver un concierto me gustaría estar en su lugar, arriba, pero empecé a trabajar en el cine... ¡y me encanta! Tengo una conexión más fuerte con la música que con las películas, eso está claro, y he tratado de explicarla. Particularmente con la escena en la que el protagonista le explica a su psiquiatra lo que la canción Café de Flore significa para él. -Durante su rueda de prensa en Madrid ha preguntado a los periodistas por la subida del IVA sobre los productos culturales... -Me acabo de enterar. Me imagino que debe haber una gran controversia y quiero saber qué está pasando. ¿Le ha chocado, le ha sorprendido? -Sí. ¿Subir el IVA del 8 al 21 de un plumazo? Estoy tratando de entenderlo, y supongo que ustedes saldrán a la calle para protestar... a menos que los políticos reconsideren la decisión. Vanessa Paradis protagoniza el filme Elogio de la venganza digna HARAKIRI: MUERTE DE UN SAMURÁI Dirección: Takashi Miike. Intérpretes: Ebizô Ichikawa, Kôji Yakusho e Hikari Mitsushima. OTI RODRÍGUEZ MARCHANTE E l director Takashi Miike no es un renovador del cine japonés, sino su batidora: hace muchas películas y muy rápidas. Por eso es sorprendente la parada en seco de Harakiri: Muerte de un samurái versión hermosísima y calmada de la que hace cincuenta años bordara Masaki Kobayashi, una historia que licúa hasta el amargor de su néctar el concepto del honor y que hurga en la cara oriental, esencial y extraña de la condición del samurái, un hombre que para adaptarse ha de desaparecer. La película habla en grandes rasgos del cambio, de cuando se acaba la época de guerra empieza justamente la batalla por sobrevivir: no hay paz para un samurái. Pero también habla bajito del equilibrio de esa última pieza del puzle que es la venganza como un golpe de belleza y serenidad que en Occidente tantas veces se ha sacado del quicio. Miike narra prodigiosamente los diversos tiempos de esta historia y de un modo sorprendentemente calmado los efectos del rencor, de la ira, la fatalidad y el sinperdón. Podría decirse que es una película agitadamente serena o silenciosamente chillona: describe el ritual con un confuso cruce de poesía y brutalidad, al tiempo que empapa la acción con una sorprendente pero sencilla historia de amor. Los personajes son de una integridad extinguida, y sus actos y palabras se adornan con la constante perplejidad de un espectador que huele la violencia, la lucha, la perturbación y la tragedia constante mientras que este sorprendente Miike, un maestro del exceso, da una lección de cine contenido y lleno hasta su último hueco. La elegancia de la cámara, aún en los momentos más astillosos (la espada de bambú) está a la misma altura que la elegancia de su idea, revolucionaria, entonces y ahora, y allí y aquí, que es la de que no hay muerte digna, sino alguien digno que muere. Comedia multicultural QUIERO SER ITALIANO Dirección: Olivier Baroux. Intérpretes: Kad Merad y Valérie Benguigui. O. R. MARCHANTE N o es fácil exprimirle la comedia a la policromía cultural y a la crisis de identidad, aunque el cine francés lo intenta por el Norte y por el Sur. El director Olivier Baroux instala su historia en el Este, en Niza, donde su protagonista, un eficaz vendedor de coches de lujo, vive como si fuera italiano (Dino Fabrizzi) porque supone que eso le ofrece mejores oportunidades laborales y personales que su auténtico origen argelino. Hacer comedia con los tópicos sim- páticos de los italianos y con las cosillas del Islam requiere tanto sentido del humor como del común, y la mejor baza que tiene Baroux para ello es el desparpajo de su protagonista, Kad Merad, que se explota sin pudor como en Bienvenidos al Norte El sentido del humor está bien untado en la historia de este mentiroso que anda de puntillas entre dos mundos, y el sentido común está bien dosificado en asuntos tan prometedores como en el solomillo del argumento: la práctica del Ramadán desde su perspectiva de principiante, que mide tan bien la descripción como la sorna. Y ahí está probablemente la mejor virtud de la película, que es una comedia con cierto tinte dramático, que se hace agradable a cualquier mirada o sensibilidad y que no pretende hurgar en la herida y mucho menos orinarse en ella.

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