ABC CORDOBA 14-08-2012 página 73
- EdiciónABC, CORDOBA
- Página73
- Fecha de publicación14/08/2012
- ID0006129792
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ABC MARTES, 14 DE AGOSTO DE 2012 abc. es estilo ABCdelVERANO 73 Homenaje a Queen Brian May y Jessie J. sobreactuaron en el escenario de Stratford George Michael El fundador de Wham! ignoró sus clásicos y estrenó una canción inédita FOTOS AGENCIAS The Who Roger Daltry y su banda fueron los encargados de cerrar la gala olímpica El ruido de la discoteca Como suele suceder, la Prensa británica amaneció ayer dividida a la hora de evaluar el espectáculo que cerró los Juegos. Pesaba más el recuerdo de las medallas cosechadas por su equipo olímpico que una gala extradeportiva que los atletas de las islas sacaron de plano con sus decenas de metales. Muy partidario, el Mirror calificó el show de anárquico, entrañable y conmovedor Y añadía más adjetivos: original, impredecible, loco y excéntrico En el lado opuesto, inmisericorde con buena parte de los músicos que intervinieron en la sinfonía olímpica, el Telegraph -para el que el espectáculo fue una cacofonía pop -aseguraba que los responsables de la gala convirtieron el estadio de Stratford en un Glastonbury del deporte Seducido por el programa, el Guardian señalaba que lo que surgió a través a través del humo, las luces estroboscópicas y los efectos especiales fue la energía de la cultura popular británica durante las últimas décadas y la alegría de nuestras ceremonias olímpicas El Independent más del lado de los atletas que de los cantantes, echó en falta elementos deportivos en un estadio transformado arbitrariamente en una gigantesca discoteca. to y para los turistas- -junto a los Specials y los restos de New Order- -en Hyde Park. Fuera del estadio, Londres sí fue una fiesta. La música electrónica británica, tan bien representada en la selección comisariada por Underworld en la ceremonia inaugural de los Juegos, en la que figuraban Blank Mass o Fuck Buttons, fue caricaturizada por Fatboy Slim en su acelerado, deslavazado y caduco set sintético. Tampoco estuvieron muy atinados los Who en un popurrí de clásicos que la Decca ha tenido que retocar- -como en el caso del Our House de Madness- -para que sea editado y comercializado en condiciones. Viva Las Vegas El emotivo homenaje escénico a John Lennon o la resurrección videográfica de Freddie Mercury, desvirtuada por Brian May y su conjunto- -única aproximación guitarrera al heavy metal británico, excluido de la gala olímpica, como de cualquier festivalillo in- die- puso de manifiesto el creciente valor de la recreación musical, según los patrones creados y explotados en Las Vegas por el Circo del Sol, frente a la estampa de desamparo que, muy a su pesar, trasladan al público unas viejas estrellas del pop obligadas a reinterpretar su juventud a deshora y en directo, sin red. Fueron el teatro musical de última generación, las versiones abordadas sin complejos y las remezclas los elementos que salvaron una gala en la que los jóvenes no dieron la talla y donde los mayores, ya le pasó a McCartney dos semanas atrás, estaban muy lejos de la forma necesaria para competir. Amigas para siempre, las Spice Girls, género aparte, sarandonga en versión británica, fueron Los Manolos y la rumba de Londres, el elemento verbenero que, sin pudor, fiesta pura, cuestionó la pretendida naturaleza cultural del ambicioso montaje tejido sobre la mayor pieza construida en los talleres de Damien Hirst. T