ABC CORDOBA 09-08-2012 página 57

ABC JUEVES, 9 DE AGOSTO DE 2012 abc. es deportes Piragüismo DEPORTES 57 Londres 2012 Los secretos de Suso Morlán El entrenador de Cal aprendió el oficio de un preparador de la Unión Soviética D. ÁLVAREZ LONDRES REUTERS no podía? -Lo que más echo de menos es estar con los amigos un fin de semana. Cuando me llaman y me dicen que se van de casa rural tengo que decirles que no puedo. Cosas que al final son tonterías, pero que como no puedes hacerlas es lo que más deseas ahora. -En 2016 hay Juegos. -Me da mucha pereza pensar en Río. lo que me apetece es coger vacaciones y aparcar la canoa. Mientras David remaba hacia la historia en el canal de Eton, más arriba, en las gradas, su entrenador contaba las paladas. Una, dos, tres, clic. Apretaba el botón del cronómetro. Una, dos, tres, clic. El aparato iba calculando el ritmo que llevaba por minuto. Siempre estoy tranquilo, pero esta vez estaba nerviosísimo dice Suso Morlán, 45 años, un tercio de su vida entrenando al canoísta gallego, ya mejor deportista olímpico español de la historia. Una, dos, tres, clic. Morlán se tranquilizó cuando quedaban 200 metros. Cal había subido el ritmo de 64 por minuto a 71. Sabía que iba a remontar hasta el podio. La tranquilidad en los números. Las certezas de las celdillas con cifras. Para mí es muy fácil estar todo el día maquinando con el ordenador, con hojas de cálculo dice. Morlán, 45 años, estuvo a punto de ser profesor de matemáticas, o de biología. Pero cuando le quedaban dos asignaturas para terminar la carrera, un día que iba remando por el río, en Pontevedra, vio a una niña de 15 años que estaba entrenando caerse de una canoa, y se acercó a ayudarla. Pasaba por allí el presidente de la federación gallega y me dijo: ¿Por qué no te metes aquí de entrenador? Te doy 25.000 pesetas al mes Era el año 97, y le dije vale. Fue una casualidad cuenta el entrenador. Así empezó a trabajar en el Centro de Tecnificación Deportiva de Pontevedra, donde conoció a David Cal cuando sólo tenía unos 10 años: Era un niño normal, así, pequeñito, regordete como son todos los niños recuerda Morlán La primera vez que lo vi estaba en un grupo y no me llamó la atención para nada. De hecho, cuando en los congresos me pregun- Cal, junto a Morlán (izquierda) y Nelo, constructor de sus piraguas ta por él, por el talento, el alto rendimiento, les pongo una foto suya de pequeñito, y ahí les reviento En realidad, no empezaron a trabajar juntos hasta unos cuatro años después, cuando Cal, después de probar el kayak y ver que no le gustaba se cambió a la canoa. Lo suyo fue un enamoramiento gradual: Al principio esto era un juego para nosotros. Hasta que en el Mundial de 2003, cuando íbamos a intentar quedar entre los seis primeros, consigue una plata. Ahí dije: Estamos listos para Atenas Mientras avanzaba Cal hacia el máximo nivel, también Morlán, el casi diplomado en Magisterio, tenía que aprender para entender cómo hacerle seguir progresando. Fui creciendo como entrenador con él dice. Aunque la clave, la piedra Rosetta del máximo medallista olímpico español de la historia la encontró en Sevilla: Estuve allí viviendo un año con Alexander Mikoronov, un entrenador ucraniano, del gran equipo de la antigua URSS dice Morlán Él fue el que me enseñó todo. Me enseñó sus hojas. Ahí estaba todo, y lo sigo usando, porque siguen valiendo, aunque cambien cositas, por las nuevas tec- EFE nologías La tranquilidad de los números la completa el entrenador de Cal con una serie de amuletos y rituales. Ayer vestía la misma ropa interior, las mismas zapatillas y los mismos calcetines que en Atenas y en Pekín. Sólo me los pongo cada cuatro años se ríe. También usó para secar la canoa la misma toalla rosa. Y los dos se pusieron la misma pulsera amarilla de la fundación de Lance Armstrong, aunque el palista no conserva ni la original ni la que usó en Pekín. Las regalé dice. Suso Morlán, metódico, minucioso, obsesionado con el detalle, se movía ayer feliz bajo el sol que bañaba el canal de Eton Dorney. Y aliviado. Ahora lo que queremos es recuperar la vida de la gente normal decía después de tres meses de encierro en Cervo, en el norte de Lugo. Tengo una bebé de un añito, y el 20 de mayo cuando empezaron la concentración en Cervo se fue con la madre para Sudamérica. Cuando se fue tenía nueve meses y ahora ya camina. He estado tres meses sin ver a mi familia por intentar la quinta y el hombre de las hojas de cálculo rompe a llorar. 500 m 1 (1: 51.39) 8 (1: 55.86) 7 (1: 55.10) 3 (1: 52.07) 2 (1: 51.49) 5 (1: 53.34) 6 (1: 53.72) 4 (1: 53.17) 7 (2: 53.37) 8 (2: 54.10) 750 m 2 (2: 49.36) 8 (3: 51.535) 6 (3: 50.926) 3 (2: 49.97) 1 (2: 49.09) 4 (2: 50.95) 5 (2: 52.09) 6 (2: 52.23) 7 (3: 51.166) 5 (3: 50.758) 4 (3: 49.255) FINAL 1 (3: 47.176) 3 (3: 48.502) 2 (3: 48.053)