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ABC CORDOBA 08-08-2012 página 3
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ABC MIÉRCOLES, 8 DE AGOSTO DE 2012 abc. es opinion LA TERCERA 3 F U N DA D O E N 1 9 0 3 P O R D O N T O R C UAT O LU C A D E T E NA CATALUÑA DOCEAÑISTA POR JUAN VAN- HALEN Resulta chocante la escasez de celebraciones del bicentenario de la Constitución de Cádiz en Cataluña. Contrasta con la importancia de los actos anunciados para celebrar el tercer centenario de la derrota de Barcelona el 11 de septiembre de 1714 ante las tropas de Felipe V, que los nacionalistas envuelven en curiosas interpretaciones históricas Otra personalidad catalana consultada sobre la Constitución y el funcionamiento de las Cortes, aunque no diputado, fue el fraile Josep Rius, el único que defendió que las provincias deberían gobernarse por el código particular de cada una Pero los diputados de Cádiz huyeron de los particularismos y apostaron por la Nación. Para el catedrático de la Universidad Autónoma de Barcelona, Ricardo García Cárcel, la Constitución de Cádiz supuso un proyecto común español para Cataluña en el que se comprometió plenamente, y lo prueban los numerosos actos de júbilo y exaltación patriótica organizados en las poblaciones catalanas con motivo de la promulgación del texto constitucional. E STE año se suceden los actos conmemorativos de la Constitución de 1812, la Pepa, promulgada en medio de una invasión que había dado lugar a una guerra. Aquella dura experiencia se inició en 1808 tras el motín de Aranjuez, la vergonzosa renuncia de Bayona y el Dos de Mayo, y concluyó en 1814 tras la batalla de Vitoria, el Tratado de Valençay, y con el colofón del golpe absolutista de Fernando VII. Aquel periodo, sin embargo, fue fructífero porque se le debe el primer texto constitucional de España debatido en un Cádiz sitiado y doliente. No hay coincidencia en la denominación de aquella guerra. Para la historiografía británica, norteamericana y portuguesa es guerra peninsular mientras en Francia es guerra de España lo que supone un reconocimiento de su importancia, ya que se habla de campaña de Rusia o de campaña de Egipto sin otorgarles la consideración de guerras. En la bibliografía en lengua española, a uno y a otro lado del Océano, al poco de finalizar fue llamada guerra contra Napoleón o guerra contra Bonaparte más tarde se abrió paso la denominación guerra de la Independencia generalizada y consolidada definitivamente con los años, bastante antes del primer centenario en 1908. En España no hay unanimidad sobre esta denominación generalmente aceptada. En la mayoría de las obras de autores catalanes se emplea guerra contra el francés Que en Cataluña no se utilice un término común en el resto de España parece deberse a motivos políticos de mirada corta, al afán de apostar por la diferencia. Y precisamente fue un catalán, el militar e historiador Francisco Javier de Cabanes Escofet, quien acuñó la expresión guerra de la Independencia para referirse a aquel conflicto. Así en su obra Historia de las operaciones del ejército de Cataluña en la Guerra de la usurpación, o sea de la Independencia de 1815. Parece que se quiere desdibujar la presencia de los catalanes en una empresa nacional común caracterizada no tanto por el adversario- -el francés- -sino por el objetivo- -la Independencia- -y, a través de la Constitución, por la residencia de la soberanía nacional en el pueblo, la separación de poderes y el reconocimiento de las libertades y los derechos ciudadanos. El protagonismo de Cataluña en aquella lucha por la independencia nacional fue relevante. Entre tantos, con episodios tan destacados como el sitio de Gerona. En el movimiento gue- esde esta relevante participación catalana resulta chocante la escasez de celebraciones del bicentenario de la Constitución de Cádiz en Cataluña. Contrasta con la importancia de los actos anunciados para celebrar el tercer centenario de la derrota de Barcelona el 11 de septiembre de 1714 ante las tropas de Felipe V, finalizada ya formalmente la Guerra de Sucesión, que los nacionalistas envuelven en curiosas interpretaciones históricas. En 1714 hacía años que el archiduque Carlos era emperador del Sacro ImpeJAVIER MUÑOZ rio Romano Germánico y ya había renunciado a su pretensión al trono español. El rrillero, columna vertebral de la guerra, figura- conseller en cap Rafael Casanova, homenajearon muy significados catalanes, como Barceló, do por los nacionalistas cada 11 de septiembre, Baget, Clarós, Eroles, Manso, Milans del Bosch, fue perdonado por Felipe V y murió más de treinRovira y Llobera, entre tantos. Muchos de ellos ta años después en su casa de Saint Boi de Llopasaron de improvisados guerrilleros, a menu- bregat. Y nunca había existido un Estado catalán. do rústicos, a ostentar la faja de generales. La guerra de la Independencia fue, al tiempo, o resulta justa esa generalización con- una revolución. En 1835 el Conde de Toreno cotra el francés Hubo no pocos milita- menzó la publicación de su magna obra Histores franceses de nacimiento u origen ria del levantamiento, guerra y revolución de que, enemigos primero de la Revolu- España Y acertó en el título. Levantamiento ción y luego de Napoleón, lucharon en España de un pueblo, guerra por su independencia, y recontra los imperiales. No pocos de ellos alcan- volución por la conquista de su soberanía, que zaron el generalato: Bassecourt, Saint- Marcq, desembocó en la Constitución gaditana. La hisBessières, Balanzat, el conde de Espagne, Cou- toria del constitucionalismo español ha sido dipigny, vencedor en Bailén con Castaños, o De fícil. Absolutismos y dictaduras quebraron duFournas, que se distinguió en el sitio de Gerona, rante extensos periodos la normalidad constitucional que se recuperó con la Constitución de y muchos más. La participación catalana en el debate de la 1978, la de más larga vigencia. Cataluña se movilizó tanto en la guerra de la Constitución de 1812 fue también singular. Cataluña envió a Cádiz 17 diputados. Eran juristas Independencia como en la elaboración constiy eclesiásticos, con figuras tan importantes como tucional gaditana. Que se ningunee el protagoel militar e historiador Antonio de Campmany nismo doceañista catalán en aras de un nacioy el sacerdote y jurista Ramón Lázaro de Dou, nalismo errado es una falsificación de la Histoel primer presidente de las Cortes. Otro catalán, ria, como tiene poco sentido denominar guerra José Espiga y Gadea, fue uno de los diputados contra el francés a lo que fue una empresa por más influyentes junto a Agustín de Argüelles, al la independencia nacional. Pese a las manipuque se considera padre de la Constitución, y se laciones, Cataluña ha figurado siempre, y desmostró contrario a las secesiones americanas y tacada, en las grandes empresas históricas esa la Inquisición. Espiga y Gadea, miembro de la pañolas. Comisión Constitucional, mantuvo en los debaJUAN VAN- HALEN tes que los diputados no representaban a las ACADÉMICO CORRESPONDIENTE DE LA HISTORIA provincias sino al conjunto de la Nación. D N

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