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ABC CORDOBA 29-07-2012 página 110
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ABC CORDOBA 29-07-2012 página 110

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DOMINGO 29.7.2012 Editado por Diario ABC, S. L. San Álvaro, 8, 1 3, 14003 Córdoba. Diario ABC, S. L. Reservados todos los derechos. Queda prohibida la reproducción, distribución, comunicación pública y utilización, total o parcial, de los contenidos de esta publicación, en cualquier forma o modalidad, sin previa, expresa y escrita autorización, incluyendo, en particular, su mera reproducción y o puesta a disposición como resúmenes, reseñas o revistas de prensa con fines comerciales o directa o indirectamente lucrativos, a la que se manifiesta oposición expresa. Número 35.276 D. L. I: M- 13- 58 Apartado de Correos 43, Madrid. Publicidad 957 497 675 Suscripciones 901 400 900 Atención al cliente 902 530 770. LIBRO DE VIAJES A MI MANERA POR BEATRIZ MANJÓN ODIOSA COMPARACIÓN M Valderrama, uno de los mejores campos de golf de Europa; debajo un partido de polo ABC Sotogrande, del secreto al lujo Meca del golf y polo, Soto es el epicentro deportivo de toda la costa, ya sea en invierno o en verano PATRICIA ESPINOSA DE LOS MONTEROS SOTOGRANDE E n los años 60, un empresario filipino de origen español, Joseph McMicking, tuvo la idea de construir una urbanización de súper lujo en el sur de España. Necesitaba terrenos, agua, clima, vistas y comunicaciones. Junto a sus sobrinos los Zobel pensaron incluso en comprar la Isla de Formentera, pero antes encargó a Fredy Melián, por entonces empleado en su empresa familiar, que se recorriera en moto la costa sur española para buscar por Málaga y Cádiz el ansiado Eldorado. Lo encontró cuando llegó a la finca Paniagua y contempló el río Guadiaro y comprobó su caudal. Volvió a Filipinas con la cartera llena de ideas y, tras estudiarlas a fondo, McMicking y sus sobrinos decidieron comprar varias fincas y cortijos colindantes: Paniagua, Los Cano, Valderrama... Era el año 1962, y aquí y entonces empezó todo. El siguiente paso fue encontrar quienes se quisieran apuntar en esta aventura. Hay que tener en cuenta que se proponía algo diferente: ni era Marbella, ni el típico pueblo andaluz ni tampoco el veraneo de toda la vida. La idea era un resort al estilo de los que había en Filipinas o en California, muy deportivo y familiar, y que girara alrededor del mejor campo de golf. Se unieron unas cuantas familias, casi todas golfistas, y se Datos útiles Qué comer: Chambao y Bahía Limón; para cenar, MIDAS, lo dirige Né Solano; Río Seco (956 615272) El Molino del Conde en Guadiaro. Copas en After Polo. Excursiones: Tiendas Meridiana y Bohemia en Pueblo Nuevo, Mercadillos: Castellar de la Frontera (festival flamenco) En Castellar Nuevo, Casa Juan Curra (956 64 72 80) Felipe González expone. Manilva: comprar vino moscatel. Y Made in Manilva: (952 890 529) Muebles de Marina Fernández de Córdova. Casares: Baños romanos, al aire libre. apuntaron a este sueño. Primero se diseñó el campo de golf trazado por el número uno de entonces, Robert Trend Jones. Después, el club social proyectado por el arquitecto Luis Gutiérrez Soto, por último llegaron las casas, levantadas con un mínimo de terreno y firma- das por los mejores estudios. De ahí se trazaron calles, se urbanizó la zona y se construyeron más casas con las características del lujo escondido. Las familias Melián, Zobel, Vallejo- Nájera o Fernández de Henestrosa fueron de las primeras en llegar. Tenían en común su relación de amistad o parentesco con los Zobel o McMicking y su pasión por el golf y recuerdan como muy tranquilas aquellas primeras temporadas de vacaciones, cuando casi no había nadie. Habría entonces unas 20 familias dice una de ellas- y seríamos unos 20 niños, que nos apostábamos en la explanada, del tenis, mientras los mayores jugaban al golf Casi todos, extranjeros, americanos, filipinos, ingleses y diplomáticos españoles. Luego llegaron Gusinski, el magnate de la prensa rusa; George S. Moore, presidente del Citibank y banquero de los Onassis; Rainer Gut, del Credit Suisse; Enrique Zobel, Oppenheimer, magnate de las carreras de caballos o Patiño, el rey del estaño en Bolivia, que adquirió Valderrama y allí se construyó un campo de golf (el mejor de Europa durante años) para él y 7 socios más. Hoy, seguramente, tiene otra filosofía. Sotogrande se ha abierto a un número mayor de de veraneantes. Ha pasado a tener un buen número de residentes, ingleses y americanos además de los españoles, que aseguran que Soto es mucho mejor en invierno que en verano. La marina es una de las mejores de Europa y se pueden contar hasta casi 7 campos de golf de primera, entre los suyos y los de los alrededores y sus once canchas de Polo y los torneos veraniegos la han convertido en destino obligado deportivo de toda la costa. e encanta escribir en los días de fiesta. Trabajar mientras otros se divierten, con el alegre griterío de los niños trepando por mi balcón, mientras sus padres hablan con rotundidad por el móvil como si tuvieran la responsabilidad de convencer al BCE. Me vienen a la cabeza, entre bomba y bomba de palenque, las incendiarias palabras de Marta Sánchez, que la crisis no se arregla jodiendo al prójimo sino trabajando Últimamente este verbo se conjuga mucho. No me refiero, desgraciadamente, a trabajar, tampoco a la acepción más entretenida del segundo, pero sí a esa especie de competición por ver quién está más fastidiado, si el que no podrá comprar las próximas pascuas la gama completa de turrones, si el que tendrá que cortarse en las rebajas o aquel que ya no podrá viajar a Benidorm y volverse con un autógrafo de Belén Esteban. Y en esta querencia por ese yo más que recuerda al de las bobaliconas conversaciones de enamorados, se nos olvida que la frustración siempre llega al desear sistemáticamente lo que otros tienen, en vez de dedicarle una mirada, aunque sea fugaz y de reojo, a los que menos poseen. No será porque en este país andemos escasos de ejemplos. A menudo somos infelices solo por comparación y con frecuencia también nos da por compararmos en la hora del aburrimiento que, como dijo César González- Ruano en su revisión de Baudelaire, es la hora de los grandes, estúpidos e irremediables peligros Voy a practicar, pues, el ejercicio de comparación a la inversa. Me asomo al balcón, contemplo a unos padres regañando a sus hijos por colgar en Tuenti una foto de los encantos traseros de sus progenitores y pienso en lo afortunada que soy porque mi reloj biológico prefiera parir artículos.

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