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ABC CORDOBA 23-07-2012 página 14
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14 OPINIÓN POSTALES LUNES, 23 DE JULIO DE 2012 abc. es opinion ABC BREVERÍAS El negociador El alcalde de Lucena, Juan Pérez, nos ha recordado a Eddie Murphy en su papel en la película El negociador Y es que ha dedicado todo el fin de semana a mantener diferentes reuniones para buscar una solución a los trabajadores del hotel Ciudad de Lucena (antiguo Prestige) que cerró el pasado 3 de julio por un conflicto entre la sociedad explotadora y los propietarios del inmueble. Hoy se reúne con la plantilla para informarles de su mediación en las últimas 48 horas, con la que espera se despeje el futuro del recinto hotelero. JOSÉ MARÍA CARRASCAL Profeta en su tierra Un cordobés más Las cualidades deportivas y humanas de Carlos Machado no han pasado desapercibidas para la Corporación Municipal de su localidad, Priego de Córdoba, que en el pleno del pasado viernes decidió por unanimidad ponerle el nombre del palista a la Ciudad Deportiva del municipio. Machado, que este año ha conquistado la Liga y la Copa del Rey con el Cajasur, debutará este sábado en Londres en unos Juegos Olímpicos, y lo hará sabiendo que es profeta en su tierra y un ejemplo para que los más jóvenes de Priego se aproximen al deporte. El conocido periodista deportivo egabrense de Cuatro y Cope, Manolo Lama, tiene fama de hombre campechano. Pese a la popularidad creciente que le brinda su labor en la televisión y en la radio, él sigue comportándose con toda naturalidad. Así, cuando hace unos días un twittero amante de la fotografía sorprendió a Lama con su esposa dando una vuelta por la Ribera, le pidió a éste y a su mujer que posaran con la Mezquita- Catedral de fondo. Sin problema, Lama y su esposa accedieron. Y eso que el periodista egabrense no es muy fan de esta red social. EL MOMENTO DE LA VERDAD La alternativa es encontranos de repente solos, sin que nadie nos preste, expulsados del euro y con una deuda aplastante V A a ser, la que empieza, una semana clave para el Gobierno, para España y para Europa. España se encuentra en el ojo del huracán o, si lo quieren, en el punto de mira. Atención, pues, a los mercados, que nos dirán si lanzan su ataque definitivo contra nuestro país o esperan a que se debilite aún más. ¿Pero saben ustedes lo más grave? Pues lo más grave es que los españoles no queremos darnos cuenta de ello, ocupados en nuestro entretenimiento favorito: echarnos la culpa unos a otros y buscar la manera de que sean los demás quienes paguen los daños del estropicio. Cuando la culpa es de todos, por no haber admitido la gravedad de la situación ni tomado las medidas para atajarla. Pero de nada sirve llorar sobre la leche derramada, como dicen los anglosajones, y lo que importa es lo que ocurre hoy. Estamos llegando a una situación límite, o si lo quieren, al borde del precipicio (cuando lo decíamos hace uno, dos, tres años, nos llamaban alarmistas. Hoy, lo leemos en los titulares de los periódicos que nos lo llamaban) Todas las medidas que está tomando el Gobierno no están dando resultado ni se prevé que lo surtan a corto plazo. Al revés, los mercados se muestran cada vez más agresivos y sólo una intervención masiva del Banco Central Europeo podría frenarlos. Pero el Presidente de dicho banco, el italiano Draghi, ya ha dicho que la institución no está para resolver los problemas financieros de los Estados Lo que posiblemente quería decir, pero no podía decirlo, era que el BCE no tiene fondos suficientes para resolver los problemas de España e Italia, que vendría luego. En cualquier caso, no esperemos salvación por ese lado. Mientras al Tesoro español le crecen los enanitos, con unas Autonomías que han venido disparando con pólvora del Rey, endeudándose hasta las cejas y pidiendo ayuda incluso para pagar las próximas nóminas. Ayuda que el Tesoro ha prometido. Y por si todo ello fuera poco, en el otoño le esperan entre 30.000 y 40.000 millones de euros de deuda a financiar. A intereses, sencillamente, prohibitivos. ¿Acabaremos de entender de una vez los españoles nuestra verdadera situación? ¿Se darán cuenta nuestros políticos que ésta no es una cuestión política ni contable, sino de pura y dura supervivencia? ¿Que la alternativa no es ir a peor sino encontrarnos de repente solos, sin que nadie nos preste, expulsados del euro y con una deuda aplastante encima? Es decir, que la bancarrota no es sólo económica, sino también, o puede especialmente, de Estado. Ante tal perspectiva, surge la pregunta maldita, la que nunca creíamos que tendríamos que hacernos: ¿No sería mejor que nos interviniesen, dado que nosotros somos incapaces de poner nuestra casa en orden? CARTAS AL DIRECTOR Contestando a Aris Moreno El señor Moreno y yo no nos conocemos personalmente. De hecho, creo que jamás hemos cruzado una palabra. Pero Aris Moreno escribe en un artículo que titula Sainete una serie de opiniones y suposiciones- -edición del día 20 de julio del diario ABC y en su sección Perdonen las molestias -que, en la parte que me conciernen, están muy lejos de la realidad. En primer lugar afirma: Las razones por las que viene este abogado formado en Deusto a hacerse el recién llegado descansarán en alguna parte de su cuenta corriente. En el mejor de los casos Señor Moreno, -permita que me dirija a usted- -mi cuenta corriente es transparente, y los únicos ingresos que yo he obtenido como consecuencia de mi vinculación a Unión Cordobesa son los percibidos de las Corporaciones Locales por mi trabajo como diputado y como concejal. Con respecto al mejor de los casos al que usted se refiere, tendrá que decirme en qué escenario imaginario quiere moverse, pero le invito a que si tiene algo que decir, lo diga claramente, sin tapujos, con valentía, y permita entonces que yo pueda defenderme como corresponda. Y eso, aunque pueda reconocer- -no carezco de sentido del humor- -que usted no haya pretendido ofenderme con su artículo y que sepa jugar Entonar el mea culpa Son muchos los que no quieren oír lo de la herencia recibida: los que han estado gobernando la nación, los que han estado gobernando las autonomías, muchas de ellas por el PSOE durante muchos años, los de las nacionalistas catalana, vasca y canaria, y los de algunas tránsfugas, ahora del PP. Todos ellos no aceptan las medidas, reformas, ajustes y recortes que el PP está aplicando. Entonces, ante esta disyuntiva de seguir igual endeudándose cada vez más o aceptar la realidad y actuar con eficacia, no queda más remedio que optar por una de las dos, y lo más sensato es demostrasr valentía, aunque lo que se haga sea penoso e impopular. Ya va siendo hora de que muchos empiecen a entonar el mea culpa y pidan humildemente perdón a todos los españoles que sufrimos los estragos de esta asfixiante y desgarradora crisis económica y financiera que está mermando no sólo los bolsillos, sino las ilusiones y las esperanzas de muchos. Ilusiones y esperanzas que se han ido al traste por culpa de la mala gestión de la casta política y de la casta bancaria, entregados más a sus intereses personales que al interés general de España y de los españoles; gastando dinero a disestra y siniestra, despilfarrando, hipotecando al alza, engañando y enriqueciéndodose con un dinero que no les pertenecía ¡Menuda herencia nos han dejado! Y, ¿ahora qué? porque, seguir igual sería la destrucción total, el caos, la anarquía y el desorden. Luego, ¡Algo hay que hacer! y, lo que se haga será a base de sacrificios, como lo está haciedo el actual Gobierno, sacrificios que nos embargarán años y años cuando seamos capaces de ver la luz, Así que fuera las confrontaciones, las algarabías, las protestas, la propaganda, la demagogia, las milongas, las opiniones tertulianas y las manifestaciones sindicales, y más manos a la obra, porque el problemas no es de este gobierno, el problema, ahora, es de todos, y todos tenemos que colaborar. MANUEL LEÓN VEGA ESPEJO muy bien con la ironía. Dice además señor Moreno, que redacté de puño y letra los estatutos de la empresa que ahora quiere prescindir de mis servicios. Yo no he redactado estatuto alguno de UCOR, pero precisamente, si en parte, estoy metido en este embrollo, es justamente porque nunca hubiera querido que UCOR pudiera ser considerada como una empresa, ni por el señor Gómez, ni por nadie. Otra cosa es que lo haya conseguido, pues parece evidente lo contrario.

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