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ABC CORDOBA 22-07-2012 página 72
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72 INTERNACIONAL DOMINGO, 22 DE JULIO DE 2012 abc. es internacional ABC La población laica israelí se alza contra los privilegios y creciente poder de la minoría religiosa ultraortodoxa Guardianes de un arcaico judaísmo SUSANA MENDOZA CORRESPONSAL EN JERUSALÉN T ambién conocidos como jaredíes o los que temen por lo estricto de sus leyes religiosas, los ultraortodoxos de Israel presumen de ser los guardianes de las esencias del judaísmo. Su estricto celo y sus privilegios, sin embargo, han provocado que la población más apegada a los valores laicos se alce frente a la creciente influencia que ejerce esta comunidad a través de sus partidos políticos. Los jaredíes representan un 10 por ciento de los casi ocho millones de israelíes y cuentan con un fuerte apoyo económico del estado, aunque muchos de ellos viven bajo el umbral de la pobreza debido a que la mayoría no trabaja sino que estudia en escuelas talmúdicas, o yeshivas. trado un magnífico filón en la política a través de varios partidos que tienen representación en la Knesset, el Parlamento israelí. El Shas, el partido jaredí más prominente, es también uno de los más poderosos en la coalición del primer ministro, Benjamín Netanyahu. Tanto, que puede permitirse torcer el brazo al jefe del Gobierno para evitar que la nueva ley de reclutamiento militar obligue a servir en el Ejército también a los jaredíes a partir de los 18 años, como todos los demás israelíes. Protesta social Las protestas sociales que comenzaron el año pasado en Israel bajo el título de Justicia social para protestar contra el elevado coste de la vida en el país, también tenían a los ultraortodoxos en el punto de mira. Aunque este año las protestas tienen menos fuerza, buena parte de la sociedad ha montado en cólera ante el desacuerdo que ha impedido poner a los jaredíes en pie de igualdad con el resto de israelíes a la hora de hacer el servicio militar. Si yo tengo que ir al ejército y perder tres años de mi vida y jugarme la piel por mi país, ¿por qué ellos pueden quedarse tranquilamente en casa sin trabajar siquiera? se pregunta un joven israelí durante una manifestación en Jerusalén la semana pasada. Aunque más rechazo suscita la presión que ejercen para que prevalezca la religión en un estado que nació con vocación laica. Sobre todo, en Jerusalén. Ya son muchas las rutas de autobús en barrios y ciudades ultraortodoxos que tienen separación entre hombres y mujeres, en una especie de regla no escrita por los jaredíes, que en ocasiones acosan a las mujeres que prefieren sentarse en la parte delantera. El acoso a las mujeres y la separación por géneros es un hecho común en Jerusalén y en las ciudades ultraortodoxas. Jerusalén está plagado de carteles con caras femeninas que tienen los ojos pintarrajeados o algún graffiti insultante, ya que según los jaredíes exhibir algo tan simple como una cara femenina va contra la halajá. Los jaredíes aseguran que cuando llegue el día en que todos los judíos sigan estrictamente la jalaká, llegará el prometido mesías a Israel. Los laicos sienten que los ultraortodoxos quieren hacer retroceder al país al medievo y se preguntan cómo es posible que los jaredíes florezcan en un Estado que presume de estar siempre a la vanguardia. Desempleo Esta es una de las principales quejas de los israelíes laicos: la elevadísima tasa de desempleo entre la comunidad jaredí, que supera el 60 por ciento, y que vive de las subvenciones del Estado. En el judaísmo ultraortodoxo, estudiar la Torá y el Talmud a tiempo completo en la yeshiva es mitzvá obligatorio, mientras que el trabajo queda para un segundo plano. En algunos casos, es la mujer la que trabaja y, a la vez, carga con el cuidado de la casa y de la numerosa prole que suelen tener los jaredíes: un promedio de ocho niños por familia. Por cada hijo reciben suplementarias ayudas del Gobierno. Algunos les llaman parásitos pero ellos se defienden asegurando que son valedores y guardianes de los valores judíos y que su obligación es rezar por el bienestar de Israel. Para garantizar la continuación de su modo de vida y de las ayudas estatales, los ultraortodoxos han encon- Judíos ultraortodoxos piden la segregación de las niñas en los colegios EFE La cuestión religiosa puede adelantar las elecciones israelíes La reciente salida de los centristas del partido Kadima de la supercoalición de Netanyahu en protesta por el poder del que gozan los partidos religiosos ha supuesto un duro golpe para el jefe del Gobierno, que ahora tendrá que evaluar si un adelanto electoral podría beneficiar o perjudicar a su partido, el Likud. El líder del Kadima, Shaul Mofaz, llevaba ya varias semanas Subvencionados Más del 60 por ciento de los ultraortodoxos no trabajan y dependen del Estado Suscita fuertes críticas Su exención del servicio militar y su ultrapuritana visión de la mujer amenazando con que si no se encontraba una salida al atolladero de la ley sobre el reclutamiento militar abandonaría la coalición. Se suponía que la entrada del Kadima iba a dar más fuerza al Gobierno. Netanyahu, que anunció elecciones anticipadas justo antes de que el Kadima ingresara en la coalición, las canceló a la vista de la nueva estabilidad alcanzada. Ahora que ya no cuenta con Mofaz, las cábalas sobre un posible anuncio de comicios adelantados son la comidilla en Israel.

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